Capítulo 24: Plato de segunda mesa

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Mads García

No sé si algo de lo que diga Ana pueda ayudarme a sentirme mejor, pero no pierdo nada con intentarlo. Tengo que ver que tiene que decir para justificarse esa envidiosa. Lo malo que no sé dónde vive ella ni tengo su contacto. Por lo que será mejor esperar hasta mañana.

—Oye deberíamos hacer algo. —Le digo a Danny porque de verdad me vendría bien distraerme —No quiero ir a casa a estar deprimida y a evitar a Yostin.

Sé que en cuanto lo vuelva a ver me pondré a llorar como una loca de nuevo. No sé si algún día seré capaz de superarlo, diablos, ni siquiera sé si algún día volveré a sonreír.

—Bueno si quieres podemos ir a al parque a comprar un helado. —Me sugiere él.

Creo que no he ido al parque con nadie desde que él se fue. Y bueno es que eso era como lo nuestro.

—Claro. —Le digo y me subo al auto, por un momento había olvidado que tengo que conducir esta máquina de la muerte.

Enciendo el auto y sujeto con fuerza el volante, tanta fuerza que mis nudillos se tornan pálidos. Conducir me pone muy nerviosa y esta no es la excepción. Miles de escenarios fatalistas cruzan mi cabeza y comienzo a imaginar todas las cosas que podrían salir mal.

—Hey tranquila. —Me dice Danny logrando que mi respiración se desacelere.

Pongo el auto en marcha y la tranquila voz de Danny logra calmarme y evitar que entre en un ataque de pánico. Llegamos bastante rápido al parque porque no está muy lejos de la escuela.

Nos bajamos y Danny se adelanta por los helados mientras yo busco una banca para sentarme. Veo a los niños jugar y reír por todos lados, a veces deseo volver a ser niña, regresar a esa época donde todo era más fácil.

—Uno de choclate con menta. —Me dice Danny al llegar y entregándome el helado.

—Lo recordaste. —Le digo sorprendida.

—¿Cómo olvidarlo? —Me dice encogiéndose de hombros.

Comenzamos a comer los helados mientras Danny me cuenta como aprendió a patinar y a jugar hockey cuando estuvo Canadá. Yo nunca he patinado, pero por lo que él me explica parece ser bastante complicado. También me comenta como conoció a una chica llamada Karen, pero que todos le dicen salchipapa. Según me cuenta Danny Karen casi se ahoga con una salchipapa y de ahí su apodo.

Yo le platico de todas las locuras que he hecho junto a Danna y del todo el drama que acompañado a mi vida los últimos meses.

—No me imagino a tú hermano como un chico romántico. —Me dice riendo cuando le dije que a Jayden le gusta Jhomy.

—Ni yo, está es la primera vez que lo veo tan interesado en una chica.

Claro que en comparación mi vida parece una telenovela. Fue divertido ponernos al día y poder charlar tranquilamente con alguien sin preocuparme. Conversar con Danny fue liberador y me ayudo a darme cuenta de ciertas cosas.

Luego de terminar de comer los helados comenzamos a caminar por el parque mientras nos reímos de las parejas empalagosas que viene al parque a hacer un espectáculo. Como solíamos hacerlo antes cada vez que veníamos.

—Espera fue en esa banca done nos conocimos. —Me señala Danny una banca que está un poco lejos debajo de un gran cerezo.

—No puedo creer que lo recuerdes. —Le digo incrédula.

—Ya te dije que siempre lo recordare, después de todo conocerte es sin duda el mejor día de mi vida. —No me gusta mucho el tono con el que me habla Danny. Es casi como si siguiera enamorado de mí.

Bajo la mirada de todosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora