La frase

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Kiriasuweek2021

Día 3: La frase que casi nos separa

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Dejó la mochila en uno de los muebles altos de su habitación, y se estaba quitando la chaqueta, cuando el timbre de su móvil lo interrumpió.

Decidió dejarlo sonar en lo que se desvestía, pero el sonido nunca se detuvo. Al final, tomó el aparato del bolsillo y respondió, malhumorado, al ver quién le llamaba con tanta insistencia.

-Herrera usurera espero que sea por una buena causa porque...

-¡ERES UN IDIOTA TONTO KIRITO! ¡TÚ SIEMPRE HACIENDO SANDECES...!

Tuvo que alejar el aparato de su oreja al notar que la intensidad de los gritos iba en aumento. Lo interrumpió sin darle explicación alguna. ¿Cuál era su problema? A veces se tomaba más libertades que Asuna, quién era su novia.

-¿Qué pasa contigo?- le preguntó de visiblemente mal humor.

-ESTA VEZ SÍ QUÉ HAZ CRUZADO EL LÍMITE, NORMALMENTE SUELES HACER TODO TIPO DE TONTERÍAS, PERO ESTA VEZ LA HAS REGADO DE FORMA IMPERDONABLE...-La oyó tomar una bocanada de aire para luego seguir con su discurso, nunca deteniendo sus gritos -YA LE HAS PEDIDO PERDÓN ¿VERDAD? ESPERO TE HAYA HECHO BESAR EL SUELO UNAS CIEN VECES..

-¿Pero de qué diablos hablas, usurera fastidiosa?

-¿Estas dónde Asuna?.

-No.

-¡Pues deberías hacerlo! ¿Te diste cuenta de cuáles fueron tus palabras, tonto Kirito?

-¿Eh?

- Dijiste qué ambas éramos tus amigas.

-¿Y no lo son? -pregunto con lentitud, de modo visible estaba conteniéndose para no estallar. Él también estaba perdiendo la paciencia tanto como ella.

-creo que Asuna no es solo tu mejor amiga ¿verdad? ¿O acaso pasaron esas dos semanas ocultos del mundo siendo solo amigos? Porque no es eso lo que ella me contó.

Kirito agradeció que ninguno de los dos hubiera accionado la cámara del móvil para tener una videollamada, de otro modo, no podría ocultar la creciente incomodidad que estaba sintiendo. Un fuego atronador subía por su cuello incendiando la piel que hallaba a su paso.

¿Qué tanto le había dicho Asuna?

-Guarda tus tonterías para ti misma, hazme el favor. Voy a cortar, tengo asuntos en los que ocuparme.

-¡Espera tonto Kirito!

Detestaba que le llamara así. Aspiró aire por la nariz para devolverle la provocación -¿Cuál es tu problema Lizbeth?

Al notar la ligereza del tono, la herrera del otro lado le imitó, bajando por completo los decibeles -Sé que tu fuerte no son las palabras, y créeme, no intervendría si no fuera necesario. Pero, traes a nuestra guarida a una nueva chica, quien está visiblemente fascinada por ti, y en lugar de dejar en claro qué clase de relación tienen Asuna y tú, de la nada la presentas como 'Ey, es mi amiga de sao' -pausó -¿Te parece correcto, tonto Kirito? ¿Y si Asuna hace lo mismo contigo?

-Estás exag... -No, la herrera no estaba exagerando. Kirito se vio a si mismo en el lugar de su novia y la sensación no fue para nada bonita. Y si ese fuera el caso, él habría interrumpido para esclarecer el error y poner sobre la mesa la relación que tenía con la ojimiel. La pregunta aquí era otra. ¿Por qué Asuna no hizo lo mismo? Bastaba con que le tocara la mano y soltara la verdad.

-Entiendes ahora, ¿no es cierto? A veces dudo de la capacidad de tu cerebro por actuar.

Ya estaba comportándose igual de fastidiosa que siempre.

-Adiós herrera usurera -no dejó que se despidiera. Alejando el móvil de su oído, cortó la llamada. Luego se dejó caer en la cama con la mente en blanco. Llevó a Asuna a casa en su moto, pero ella no mencionó nada en el camino. Cuando se despidieron, la ojimiel mencionó que haría todo lo posible por incluir a Sinon en el grupo. Luego se mostró preocupada por las heridas de su rostro que aun no cicatrizaban, pero jamás mencionó algo sobre sentirse desplazada.

Con ella había que andar con pies de plomo. Asuna escondía todo dentro suyo. Él era malo con las palabras, y por otro lado, ella era buena actriz.

Volvió a ponerse la chaqueta, se cercioró de que las llaves de su moto estuvieran en el bolsillo, tomó su mochila y volvió a salir.

El viaje hasta la mansión Yuuki se le hizo eterno. Lo habitual era que contara los minutos para verla, sabía que a su madre no le gustaba que viajara en motocicleta, por lo que intentaba prescindir del vehículo y acompañarla a pie.

Se detuvo en el parque estaba a solo unas cuadras de su hogar. Tomó su móvil sorprendiéndose, otra vez, de que no le diera un mensaje, preguntándole, o exigiendo la elección de sus palabras. Tipeó un mensaje rápido y esperó.

La respuesta tardó en llegar, pero allí estaba, junto a una afirmación, y el pedido de que aguarde unos minutos.

Tan solo quince minutos después la vio aparecer usando un conjunto de ropa casual. Tenía el ceño arrugado.

-¿Qué pasa Kirito kun?

-¿Estás enojada?

Asuna parpadeó -¿Debería estarlo?

-Posiblemente. ¿Lo estás?

-En este momento no -se acercó hasta detenerse frente a él -¿Qué ocurre?

-Eres mi novia, y te quiero.

-Lo sé -respondió con lentitud y entrecerró los ojos -¿Ya te metiste en nuevos problemas?

-¡No! Bueno, depende de cómo lo veas – apretó los puños -Hablaré con Sinon y remediaré mi error.

Asuna parpadeó con la mente en blanco, y no acotó nada de nada.

-¿Mi elección de palabras? -le recordó.

-¿Qué hay con eso?

-No fueron las adecuadas.

Lo miró en silencio hasta que estalló en risas -Kirito kun te conozco como la palma de mi mano, sé que no eres muy hablador. Muchas veces te cuesta decir lo que hay en tu mente, pero puedo ver a través de ti y sé que no hubo maldad -él la abrazó soltando un suspiro de alivio tan obvio que Asuna volvió a reír -No lo hiciste a propósito ¿verdad?

-¡por supuesto que no, señora!

-Eso creí -se alejó unos centímetros para depositar un pequeño beso en los labios delgados del espadachín -No te preocupes.

-¿Me perdonas?

-No hay nada que perdonar -esta vez fue el espadachín quien besó sus labios.

-De igual manera, me gustaría llamarle y ofrecerle una explicación.

Ella negó con suavidad -La pondrías incómoda. ¿Por qué no dejas que lo descubra por sí misma? Recuerdas en Aincrad, todos sabían, a excepción de nosotros, lo mucho que nos gustábamos.

-Tienes razón, subcomandante.

Ambos rieron algunos minutos. Luego compartieron otro pequeño beso y Asuna volvió a su hogar. El día de mañana tendrían clases, ya habrían de verse allí y orquestar el encuentro de Sinon con el resto del grupo.

Kirito se subió a su moto con tranquilidad, agradeciendo que su novia fuera una mujer dulce y muy segura de sus sentimientos.

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Se ha escrito de todo referido a esta frase, quise darle una vuelta distinta. Pues no creo que a Asuna le haya molestado la pobre elección de palabras de Kirito. Conociéndolo sabe lo inútil que es a la hora de explayarse en público.

Hasta aquí mi aporte, no podía dejar pasar mi semana favorita del año.

Gracias por leer.

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