Historias cortas | Twisted Wonderland.

Epel | +18

— ¿Qué tal? ¿Ganaron? —Sonreíste. Estabas hablando con Epel a través del teléfono. Habías tenido un buen día porque ibas a viajar a verlo.

Epel y tú eran amigos de la infancia, los únicos niños del pueblo en realidad, así que era de esperarse que ustedes se conozcan.

— Mmh... Sniff. —

No hubo respuesta de él, solo parecía como si terminara de llorar.

— Oh no, me suena a algo malo. ¿Pasó algo? —Te paraste en el lugar con la cara preocupada sosteniendo fuerte el teléfono.

— ¡Perdimos! Odio a ese Neige, lo odio, lo odio. —

— Ya veo... No preocupes, Epel. Debieron estar geniales igual, confío en tu talento, que no hayan ganado no significa que te tengas que rebajar. —

— ¡Igual fue culpa de Rook! —Quedó callado aún tratando de limpiar su nariz y volvió a hablar— Dijiste que me ibas a dar un premio si ganaba ¿No? Creo que ya no se podrá.

— El premio... Oh, ese premio. —

— ¿Lo trajiste ilusionada de que gané? ¡Oye para que sepas, yo aún lo quiero!

— ¿Lo quieres aún? —Reíste ligeramente.

— Sí. —Se notaba la firmeza que lo decía a través de la línea.

— Mmm, bien. Pero te daré solo la mitad del premio ya que perdiste y hay que ser algo justos. —

— ¡Oye! —

— Oh dios mio, se me están acabando los datos, debo recargar, te veo mejor en persona para darte tu regalito~ —Utilizaste la excusa barata.

— ¿Ah? ¿¡Qué!?  O-Oye, ni te atrevas a cort- —

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Tiraste a Epel a la cama y alargaste tu sonrisa mientras te acostabas levemente encima de él.

— M-Mierda, Y-Yuu. —No bastó otra palabra para cortarlas por el choque de ambos labios.

El beso era totalmente intenso, aunque claro solo es para “reforzar la amistad”, me entienden ¿verdad?

Cuando ambos adolescentes se separaron, observaste los ojos del sexo contrario y tocaste su mejilla con tu pulgar, él siguió tu acción haciendo lo mismo en la tuya.

— Estás rojo. —

— ¿¡Gagh!? N-No mientas. Hace calor, por eso estoy rojo. —

— Tienes razón. —Levantaste tu torso y te sacaste la remera. Epel se tapó la cara por unos segundos pero separó sus dedos para ver levemente tu torso casi desnudo. — No te avergüences, puedes ver.

Tanto Epel como Yuu, ya no eran vírgenes... Perdieron la virginidad a corta edad solo para copiar “una página de internet”, se habían visto desnudos por primera vez desde más chicos aún, porque su pueblo tenía normalizado que bañen a los niños juntos.

Aunque claro, con el paso del tiempo, los niños ya tenían más preguntas acerca de su sexualidad, lo que bastó con pasar momentos vergonzosos con los dos chicos porque uno tenía curiosidad sobre el sexo del otro y terminaron en “otras cosas" como lo ya mencionado.

La vergüenza había llegado a tanto que Epel y tú al recordarlo, sentían demasiada pena, llegando a incluso evitarse o dejar de salir con tal de no verse... Pero volvieron a hablar tiempo después.

Perdida en tus pensamientos, el peli-morado te sacó de allí mientras pegaba su torso con tus pechos desnudos ¿En qué momento te sacó el brasier?