Capítulo 10

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Narra Max:

Hicieron llorar a mi Nat, puedo soportarlo todo menos sus lágrimas de dolor y muy molesto me levanté de la silla. Sin importar que me declararan en desacato, corrí a su lado, subí al estrado y lo abracé con fuerza dejándolo llorar sobre mi hombro.

- ¡Estoy aquí! No permitiré que te lastimen.

- ¡Max! No podremos tener hijos, ¿cierto?

- No digas eso... ¡Mírame! - Levanté su rostro. - Solo contigo quiero tener hijos, y esperaría toda mi vida para que eso pase.

- ¡Te amo Max!

Limpié sus lágrimas y volví a abrazarlo tan fuerte como pude mientras sentía cómo se iba calmando poco a poco. Después giro mi cabeza para darme cuenta de que el juez, el Fiscal Tanapon e incluso el jurado, todos estaban llorando junto con mi niño al verlo de esa manera.

- Su Señoría, le pido que deje bajar a mi cliente por favor.

- Concedido, Señor Nat, puede bajar sin ser interrogado por la defensa.

Aunque la verdadera sorpresa no fue esa, si no que la trabajadora social se le acercó a su abogado para susurrarle al oído. Él se quedó impactado por unos segundos y después se levantó para decir algo que a todos nos dejó sin palabras pero con la boca abierta.

- Su Señoría, mi cliente desea declararse culpable de los cargos.

- Señora, ¿está consiente de que podría perderlo todo? ¿Incluyendo su profesión?

- Sí su Señoría; me someteré a lo que pida la fiscalía.

Nat hizo exactamente lo mismo que ella al inclinarse para susurrarle algo al Fiscal Tanapon, y él solo sonrió complacido. Hizo algunas anotaciones en su documento y después se levantó como ese hombre que no ha perdido un solo caso, para decirle al juez lo que mi niño quiere.

- Su Señoría, mi cliente exige 10 mil dólares por daños y perjuicios; además, una disculpa pública por parte de la acusada.

- ¿Eso es todo? - Preguntó el juez sorprendido.

- Sí su Señoría, mi cliente considera que ella recibió una lección de vida hoy.

- Me parece que todos lo hicimos. - Contesta seguro el juez. - Bueno, debe pagar la suma en 30 días y disculparse lo más pronto posible.

- Sí su Señoría. - Contestó la defensa.

Después de que el juez declarara cerrado el caso, salimos de ahí y habían algunos paparazzis en el lugar por nuestra historia. Pero antes de que pudiéramos opinar sobre eso, la trabajadora social habló con ellos, diciendo las siguientes palabras.

- Este día se comprobó que yo actué mal en contra del matrimonio Saran; por esa razón quiero pedirles perdón públicamente para que todos sepan que no debemos discriminar a otros...

Su discurso siguió por algunos minutos en los que habló bien de mi niño y pidió a los trabajadores sociales no juzgar a nadie. Nos sentimos tan bien que Nat solo agarró mi mano y su rostro se veía lleno de felicidad cuando me jaló para que nos fuéramos.

 Nos sentimos tan bien que Nat solo agarró mi mano y su rostro se veía lleno de felicidad cuando me jaló para que nos fuéramos

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Siempre Estaré Contigo "MaxNat"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora