Capítulo cuatro;Bienvenida a las porristas

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Pov' Sophie.
Me levantó con algo de pereza pero lo hago, 20 minutos después salgo ya cambiada por algo así.

Me maquilló y peinó, ya una ves arreglada buscó ropa deportiva y la echo en una maleta

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Me maquilló y peinó, ya una ves arreglada buscó ropa deportiva y la echo en una maleta.

Ayer creo que no les conte pero antes de salír me inscribí para las porristas como me dijo Nathan y hoy son las pruebas.

Desayuno algo y me voy en mí auto ala escuela, bajo como toda una diva y llegó en donde esta Nathan con una chica, chica muy hermosa por cierto.

-Hola mejor amigo - le sonrió y le doy un abrazo y un beso.

-Sophie te presentó a Paula,Paula ella es Sophie mí mejor amiga - dice Nathan y Paula me sonríe, yo no lo hago.

-Mucho gusto, Sophie - dice amablemente.

-Hola - digo de manera fría y me alejó de ahí.

Llegó al Salón de clases y me siento a un lado de Emiliano bajo la atenta mirada de todos, que incómodo. La maestra llega.

-Por que te sentaste a mi lado - me dice un Emiliano de mal humor.

-Porque no aserlo - le sonrió y el bufa, ja si  creé que me importa pues esta muy equivocado.

-Ustedes dos - dice la maestra en dirección a nosotros, todos se nos quedan viendo - diganme la respuesta de esta ecuación - dice la maestra y Emiliano y yo nos miramos al mismo tiempo, no contestamos - como me lo imaginé ala Oficina del director - dice y me levanto indignada.

-Solo porque no supimos que responder - le grito y todos se me quedan viendo.

-No me grite - dice enojada.

-Pues usted que se pasa de - antes de poder decir algo Emiliano me tapa la boca.

-Ya nos vamos - agarra nuestras cosas y salimos ambos del salón.

-Mugre maestra - digo enojada.

-Pareces una manzana enojada - dice y ríe.

-Idiota - le pego y el no me de tiene, así que le pego a un más.

-Más tranquila - dice y asiendo.

-Si, lo siento - digo apenada y me da mis cosas - la maestra me enojo mucho - le digo y el asiente.

-Ya se, a mi también - dice simple.

-Vamos a comparar algo ala cooperativa - le digo y el asiente.

Mientras que nosotros nos vamos a la cooperativa Yael nos mira de manera enojada, idiota que bien se sabe ocultar noten mí sarcasmo.

No hablamos en el camino pero no es un silencio incómodo, pedimos unas aguas y nos sentamos en la misma mesa en la que el se sienta.

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