𝖀𝖓𝖆 𝖍𝖎𝖘𝖙𝖔𝖗𝖎𝖆 𝖉𝖊 𝖆𝖒𝖔𝖗

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Otro día se sumaba a el día a día de nuestros muchachos, pero un horario de clases terminaba, dejando a la mayoría muy contentos por esto.

Los seis amigos se habían ido en grupo mientras que platicaban de cosas triviales o que les ocurrieron en su día a día -En clases tuvieron que cortarle el pelo a un niño, porque una niña le había pegado un chicle- Dijo pahchin mientras miraba hacia al frente. Lo más común era que el caso fuera al revés, pero esos niños eran hermanos y se llevaban como perro y gato -¿De verdad? Que mala suerte- Le respondió el pelilia con los ojos abiertos. Odiaría que se le pegara chicle en el pelo, y peor aun, que te lo corten en clases -Bueno, igual fue su culpa, él la había tirado de la silla- Volvió a decir mientras miraba a todos -Que par tan agresivo- Había acotado el más alto con una pisca de orgullo por "no comportarse así" -Mira quien lo dice- Dijo Baji mientras se reía. Ya todos conocían lo volubles que eran ambos rubios cuando peleaban -¿Que quieres decir?- Preguntó mientras lo miraba con una cara enfadada -Nada, solo que tampoco te sientas orgulloso, porque tú y Mikey son iguales- Dijo moviendo la cabeza a su lado derecho, evitando así ver la cara del contrario mientras trataba no reírse, ya que su expresión era un chiste -¿Que yo que?-  Preguntó mientras miraba al ojicafé quien por los nervios le iba a dar un ataque de risa -Que ambos son insufribles- Dijo tapándose la boca para no estallar a carcajadas. Su cabeza lo estaba relacionando con pie grande enojado y Mickey mouse molesto, tan solo pensar eso le hacía botar lagrimas de tanto aguantar su risa -¿Y ahora de que te estas riendo?- Le cuestionó el de ojos amarillos con una sonrisa. El pelinegro se acercó al oído de su amigo para poder decirle lo que tanto le estaba causando la risa. Kazutora se había tapado la boca con la palma de su mano para evitar reírse junto con Baji -¿Que se les hace tan chistoso- Dijo mikey mientras los miraba a ambos, pero en ese momento su voz salió mas chillona de lo que debería causando que esa pareja explotara mientras se palmeaban las piernas tratando de calmarse. Sin importarles que todos los estaban mirando, se pusieron a hacer imitaciones de el ratón de Disney y el hombre de las nieves provocando aun más risas. Esto desconcertó a sus amigos ¿Qué era lo tan graciosos? Se preguntaron mentalmente mientras trataban que el dúo respirara de manera correcta, pues entre tanta carcajada y carcajada se habían ahogado  por la falta de oxígeno -¿Que les pasa? ¿Son retrasados?- Preguntó Draken mientras se acercaba a ellos junto a mikey con un nuevo Loli pop en su boca. Pero no uno respuesta por el par de pelinegros, ya que al verlos no podían parar de reír-¿Que mierda les pasa?- preguntó ahora Mikey quien ya estaba molesto, ya iban 5 minutos de sus imparables risas -Pie grande es el mejor amigo de Mickey mouse- dijo el de ojos cafés a lo que el de orbes amarillas se había tomado el estómago con ambas manos mientras recostado en una pared que ahí había para poder apoyarse en esta o de lo contrario caería al piso. Finalmente todos entendieron y a los empleados no les causo nada de gracia su broma. Un coscorrón le llegó a cada uno y las carcajadas de ambos pararon.

-Tengo que irme por este camino, mi madre me pidió que comprara verduras para la comida de mañana- Una completa mentira dicha por parte de él -Bueno, nos vemos otro día kazutora- Todos se despidieron de su amigo que había tomado otra ruta. Las verdaderas intenciones no eran comprar algo, sino que era visitar a ese señor al cual le había comprado la pintura anteriormente. El camino no fue tan extenso como pensó que sería, quizá fue porque esta vez no había gente que lo fuera a aplastar. A paso lento fue caminando donde recordaba que estaba aquel caballero, aún no tenía pensado que decirle, pero con el tiempo el tema saldrá a flote y podrán hablar. Pensó. Era como si el tiempo se hubiera detenido cuando se fue, ya que el señor estaba en el mismo sitio de ayer, con el mismo vestuario, la misma pose y la misma manera de ofrecer aquella pintura. Lentamente se acercó para poder divisar mejor lo que había retratado en el cuadro; eran unas flores azules brillantes hermosas, todo estaba cubierto de árboles, pero había espacio suficiente entre ellos para dejar que dos personas corrieran juntas, unas pequeñas luciérnagas que volaban alrededor de una bella mujer de cabellera larga de un color café claro, un bonito vestido color crema que llegaba un poco más abajo de las rodillas y estaba descalza. Se podía diferenciar que la mujer estaba bailando entre tanta vegetación, pero lo que más destacaba era la sonrisa que estaba dibujada en su rostro. Afortunadamente a hanemiya le habían dado su mesada -Hola niño- Saludó cordialmente el anciano mientras sonreía -Hola ¿A cuánto está la pintura?- Preguntó de una manera suave mientras la volvía a mirar detenidamente, tenía un alto detalle -Esta es de 12 mil yenes. Lamento que esté tan cara- Dijo mientras, también, miraba el cuadro que tenía en sus manos -No es problema- Dijo mientras sacaba el dinero, pero luego se quedó en silencio mientras hacía esta acción -Señor, una pregunta ¿Usted conoce el bosque que está pintando o solo es imaginación?- Le preguntó mientras le entregaba los billetes. El señor solamente lo miró mientras se sorprendía un poco, esa pregunta era poco común y lo tomó por sorpresa. Algo quería saber, ya que esas cosas no se preguntan así sin más, pero de todas maneras le respondió -Claro que lo conozco, yo lo llamo "fôret de conte de fées" lo que quiere decir bosque del cuento de hadas ¿Porque la pregunta jovencito?- dijo con algo de picardía mientras le entregaba el cuadro. Esto pilló desprevenido al de ojos amarillos, no pensaba que iba a devolverle la pregunta -No es nada- Dijo desviando la mirada a otro lugar. Lo habían descubierto -No me mientas, estos años no solo me han dado arrugas ¿Porque no vamos a sentarnos y me cuentas?- Preguntó amable aquel anciano que vestía una bufanda roja. Ya lo descubrieron, además no sería malo preguntarle sobre el tal bosque de cuento de hadas. El menor asintió y fueron a sentarse a una banca que se ubicaba cerca de aquel lugar. De vez en cuando kazutora le daba pequeñas miradas al señor quien caminaba a paso tranquilo y con una sonrisa pegada en los labios -Y, dime niño ¿Que quieres saber?- preguntó el adulto mayor mientras se sentaba cuidadosamente para no dañar su espalda más de lo que ya estaba. El de cabellos oscuros se quedó pensativo, buscaba la pregunta correcta que le ayudará a resolver las dudas que rondaban por su mente -¿Como es que conoce el bosque?- Era una pregunta simple y sencilla, pero al de orbes amarillos le resolvería esa duda de una vez por todas ¿Como era que conocía el bosque siendo tan viejo? Pensaba constantemente -Bueno jovencito, eso es una larga historia ¿Quieres escucharla?- Cuestionó amablemente el de bufanda roja -Si, por favor- Le respondió mientras lo miraba atentamente -Bueno muchacho. Todo empezó cuando me casé con mi amada, Aimée.

La conocí en Francia mientras me había ido de vacaciones con mi familia. Fue amor a primera vista.

Después de tener una bonita relación de tres años y sumándole otros siete a distancia, ella decidió venir hacia acá para casarnos

La boda fue hermosa. Nos casamos en un túnel de flores, ya que ella amaba la naturaleza.

Poco después decidimos tener una casa propia, pero ella quería que fuera en un lugar lleno de plantas y vegetación. Así conocimos ese hermoso bosque en el cual decidimos construir nuestro hogar.

A ella le encantaba salir y recorrer todo lo que en el bosque de encontrara. Esa misma pintura es de ella. Yo solamente la seguía. Era una mujer muy buena y contenta, amaba a los animales, los libros y la música, mientras tanto yo la pintaba.

Pero un día la tragedia comenzó. De a poco sus pulmones se fueron deteriorando, pero ni aún así eso no evitaba que saliera todos los días. Yo le decía que se quedará en casa, pero era una mujer muy terca- dijo mientras reía con nostalgias. Kazutora solamente lo veía con atención y lo dejaba continuar -Después de un tiempo se le diagnosticó apnea obstructiva del sueño. Cada que dormía sus pulmones no funcionaban y dejaba de respirar. Siempre despertaba asustada y yo no dormía, mas su sonrisa jamás desapareció. Se empezaba a quedar en casa leyendo en su gran biblioteca. Pero...- Aquel caballero tomó una pausa para quedarse mirando hacia la nada. El de ojos ambarino ya sabía lo que venía -Un día jamás despertó. Su cuerpo no reaccionó a la falta de aire. Sus últimas palabras antes de dormir fueron "Je voudrais rester dans cette forêt enchantée pour toujours, à côté de toi" "me gustaría quedarme en éste bosque encantado para siempre, junto a ti"- Lágrimas corrían por las mejillas del mayor, obviamente kazutora se dió cuenta y le extendió un poco de papel higiénico para que se limpiara. El anciano le agradeció -Por eso conozco el bosque. Las pinturas me ayudan a recordar lo bueno que fue ese tiempo, pero me traen más pena y desgracia al verlas, por eso las vendo- Dijo con una sonrisa. Hanemiya solamente lo había quedado mirando, no pensó que iba a ser una historia de muerte y amor, creyó que iba a ser de aventura y romance. Que equivocado estaba -¿Y tú cómo conoces el bosque?- Acotó el señor mientras lo miraba. El joven se puso nervioso, le daba pena decir que fue porque conoció a una bruja que ahí habitaba, por lo que decidió dar una mentira piadosa para que el señor no lo tomara por un gallina o por un bicho raro -Lo explore por... Curiosidad- Dijo no muy convencido de su propia respuesta. El hombre de bufanda lo miró con una cara de saber que estaba mintiendo y eso hizo sentir nervioso a kazutora, más no le puso en duda su respuesta aliviando la ansiedad que el menor empezó a sentir -Bueno muchacho, debo irme. Un loro parlanchín me espera en casa- Manifestó mientras se levantaba lentamente y colocaba su bufanda alrededor del cuello del varón -Está empezando a hacer frío, ve a tu hogar antes de que sea peor- Dijo para luego marcharse por el mismo camino de ayer. Información del bosque le podría ayudar a buscar a la bruja. Pensó mientras miraba la chalina de color carmesí.



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Raquel me quiso seguir hasta mi casa. Es una gata muy linda

𝓛𝓪 𝓫𝓻𝓾𝓳𝓪 𝔂 𝓼𝓾 𝓶ú𝓼𝓲𝓬𝓪 [𝓽𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓻𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼] CanceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora