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La mañana del sábado un joven beta se encontraba saliendo de su hogar junto a su mascota. Este había aprovechado los días libres que tenía en el instituto para pasar tiempo con sus padres y ayudarlos en su trabajo.

—Vamos kwan— dijo no muy alto para no despertar a sus padres.

Caminaron tranquilamente por las calles de su vecindario las cuales estaban un poco congestionadas de autos y pocas personas pasando. De un momento a otro el can se detuvo cerca de una casa a una cuadra de la propia y se mantiene alerta a la puerta de ésta.

—¿Qué pasa?  — preguntó a su mascota agachándose a su altura — ¿qué habrá ahí?

Esperó unos segundos y kwan comenzó a gruñir, estaba a punto de ladrar, pero el chico fue más rápido y lo llevó detrás de un árbol para observar a la persona que salió de aquella casa. Era un hombre alto que parecía alfa, su cabello (o lo que se veía) era negro cubierto por una gorra banca, su vestimenta eran unos pantalones oscuros, una camiseta ancha negra y unos tenis, a su parecer fue muy sospechoso el hecho de que llevara una gran bolsa negra y que kwan no dejaba de gruñir.

El hombre corrió hacia un auto y arranco rápidamente. Cuando el tipo se fue el can forcejeo con el beta para que lo soltara.

Y finalmente se soltó...

El perro había escapado y corrió con todas sus fuerzas dentro de la casa donde había salido aquel sujeto, el beta siguió sus pasos dándose cuenta que el hombre misterioso no se había molestado en cerrar la puerta

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El perro había escapado y corrió con todas sus fuerzas dentro de la casa donde había salido aquel sujeto, el beta siguió sus pasos dándose cuenta que el hombre misterioso no se había molestado en cerrar la puerta.

—Kwan, ¿dónde estás? — buscó por la sala—vamos amigo, ¿dónde estás?

Un pequeño olor llego a su nariz, no era su perro, debía ser alguien más en la casa, pero se sentía tan solitaria y fría. Unos segundos después apareció el can ladrando.

—¿Dónde te habías metido, ¿eh?  — preguntó casi gritando y el perro solo se acercó y golpeó su pierna para que lo sugiera a dónde quieres que vaya?

Se decidió seguirlo para ver qué es lo que tanto quiere mostrar. Subió por las escaleras, el pasillo se encontraba desolado y muy triste, era como si estuviera abandonada desde hacer millones de años.

Un sollozo lo saco de sus pensamientos para estar alerta a la puerta donde provenían los ruidos, pero kwan le indicaba que ahí no era donde quería llevarlo sino más adelante donde la puerta estaba abierta.

Ignorando aquella puerta cerrada avanzo hasta donde entraba el can y se sorprendió al ver el cuerpo de un hombre delgado tirado en el suelo, su rostro con moretones muy pronunciados y la ropa desarrollada. Lo primero que el beta hizo fue verificar si seguía vivo, agradeció grandemente a su padre omega por enseñarle primeros auxilios.

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