Limerencia

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Te conocí el primer día de clases, eras el nuevo, a pesar de ello estabas rodeado de gente, yo ya llevaba años en el mismo colegio y solo tenía un pequeño grupo de amigos. Realmente no recuerdo cómo es que terminamos hablando y mucho menos como me enamore de ti, simplemente paso y no duro.

Un día saliendo de clase, me agarraste la mano y me miraste fijamente a los ojos, sin decir ninguna palabra solo asentí y nos fuimos, nunca nos dimos el tiempo para comprender que éramos, mucho menos hablar de ello. Un amor joven con grandes errores.

Sin darnos cuentas los días se volvieron meses, se sentía bien estar a tu lado pero algo no funcionaba, tus palabras me herían y tus abrazos me sanaban, desesperada te buscaba a mí alrededor pero solo encontraba tus mentiras plasmado enfrente mío. Solo basto que me ausentara una vez para que me dejaras tirada sin rumbo y sin luz. Ansiaba saber si enserio no te importaba o fingías frente mío, siempre rodeado de personas y con muchas atrás, no hay reparo de lo que me decían tus ojos cuando cruzábamos miradas, con muchas preguntas y sin respuestas parecía que todo había terminado.

No importa lo perenne que sean mis gritos siempre término ahogada o silenciada, no tengo voz ni voto y mucho menos importancia. No me daba cuenta de nada, vivía sin saber que pasaba a mí alrededor y ahora que puedo ver ansió volver al pasado cuando era ciega por tu amor.

Desde tu partida encontré más amigos y gente que me aprecia, pero aun así el desierto dentro mío al cual no le encontraba motivo hasta que te miraba, todo cobraba sentido ese dolor, odio, rencor que ocultaba tras mi nueva persona proyectada ante los demás.

A pesan de todo ello siempre estuve para vos, en cada uno de tus pasos cuidando tus espalda, mis acciones que me destruían y te reparaban, mi ayuda era necesaria para tu felicidad pero no podía decir ni una sola palabra o llevarme el crédito.

Para mi suerte termine siendo tu mejor amiga, acudías a mí como un vagabundo sin rumbo, esperando que te de esa comida que te sacie tu sed y amargura. En ese punto de nuestra relación parecía que convivíamos bien, sin tener que pensar en el pasado.

Pues grande fue mi error, terminamos como empezamos. En un Vacio, espacio tiempo del ayer, encamino mi vida a la faz de tu ser, no comprendo tu sinopsis, el despertar abruma mi ser, te veo presente y ausente, antes de que digas ya sé que harás y porque lo harás, te siento, te veo, te presiento y te persigo. Te quiero aquí a mi lado pero no ausente, te quiero aquí a mi lado pero no tu orgullo, te quiero aquí a mi lado pero no a tu fugaz demonio.

No comprendo cómo me eres menester de mí ser, sedienta me dejas y sedienta me quedo, me buscas, me dejas y te vengas. ¿Qué sentido tiene que me quieras? si no haces frente a lo que sientes.

Solo nunca te deje pero si me aleje del mal vicio que te tengo, ¿es necesario que me hieras para poder comenzar de nuevo? ¿A qué es lo que le tienes miedo?

Siempre es el mismo cuento que leo, escritas al reverso de mí viveza y de la tuya, tal vez en otra vida me elegiste y me dijiste que esto dudaría para siempre, tal vez no sabías que me harías siempre lo mismo, siento que he vivido las misma historia millones de veces pero siempre quiero más de ti.

No sé si comprendes lo que te estoy diciendo pero ya me canse y no sé cómo parar con esto que siento, porque al final siempre soy no la que vuelve a recoger los trozos de mi corazón roto a causa de tus mentiras, tu calor no es el de antes, me dices que no hay marcha atrás, tal vez todo fue un juego para ti y para mi significo todo.

No tenemos nada en común, nuestras vidas recorren diferentes rumbos, vivo de noche tú de día, eres brillo y yo melancolía, pretendes que está todo bien y yo afronto las cosas. En mi cielo está escrito tu nombre y en mi infierno tú apellido, vida y muerte no pueden estar juntos, la luna y el sol no pretenden estar juntos, tu y yo no somos el uno para el otro.

Fin...

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