Único

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Kim Sunoo, te conocí un día cualquiera a la edad de once

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Kim Sunoo, te conocí un día cualquiera a la edad de once.

Te mudaste a la casa de al lado y pronto nuestras madres se hicieron amigas, al igual que nosotros.

Yo siempre fui un poco callado, tímido y miedoso. A tu lado las cosas eran diferentes, yo no podía dejar de hablar, siempre se me ocurría algo para contarte. Dejaba atrás la vergüenza, porque contigo yo me sentía seguro de mí mismo.

Cada vez que yo tenía miedo de algo, tú me decías: "Está bien tener miedo, Sunghoon. Yo sostendré tu mano para recordarte que siempre estaré contigo", y se sentía bien. Era reconfortante.

Me gustaba empujarte en el columpio y cuando corríamos de Gaeul, el perro de la vecina, que nos perseguía con una pelota en el hocico para jugar con nosotros.

Un día que te quedaste a dormir en mi casa vimos en la televisión unos carritos que en ese momento nos parecían lo más extravagante del mundo. Le insistimos durante días a nuestras madres para que nos compraran al menos uno para ambos.

A esa edad, pedirle a mi madre un coche de plástico era un asunto sumamente serio. Ahora es un recuerdo que me hace reír.

Amaba pasar el tiempo contigo.

Todo lo que escribo es sobre ti.

A la edad de dieciséis no podía dejar de pensar en ti.

Estuve un poco confundido al inicio.

¿Por qué pienso tanto en él? Me preguntaba cada vez que notaba que había escrito de manera inconsciente tu nombre en alguna de mis libretas.

Tu nombre se quedó grabado en las hojas de papel, y en lo más profundo de mí.

Era algo inevitable, creo que tarde o temprano yo terminaría pensando en tu cabello negro y suave, en tus ojos color miel; en tu sonrisa, que para mí era la más hermosa que jamás había visto, y en tu piel pálida que se sonrojaba cada vez que conectábamos nuestras miradas.

Tu sola presencia era como un rayo de luz entre las sombras.

Sunoo, tú brillabas como nadie.

¿Por qué tuvo que terminar así?

Cada libro que leo, solo lo leo por ti.

Teníamos diecisiete cuando te volviste un gran fan de los libros.

Para ser sincero, no me gustaba mucho leer. Pero todos esos libros de fantasía que compré y guardé en mi habitación los leí solo por ti. Sabía que de esa forma podría entenderte y oírte hablar sobre lo mucho que te gustó la trama o los personajes, o para escucharte decir: "Estoy tan feliz de tenerte para hablar de esto" con una sonrisa y los ojos hechos medialunas.

Aún recuerdo el día que nos disfrazamos de alumnos de Hogwarts pues Harry Potter era tu saga de libros favorita.

Ese día fue especial. Durante la fiesta de disfraces de la escuela no nos despegamos ni un minuto, me llevaste contigo a todas partes. Comimos de los postres de la mesa principal que escondimos bajo nuestras túnicas hasta llenarnos y nos tomamos una foto en la que me diste un beso en la mejilla que me dejó sonriendo por el resto de la noche, al igual que los siguientes tres días y también cada vez que lo recordaba.

Thinkin about you ⋆ Sungsun [O.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora