8. "Failure"

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Un pequeño gruñido dejó los labios de Theo en medio de la madrugada, despertando al agotado lobo durmiendo sobre él. El rubio permaneció con su cabeza en el hueco del cuello del mayor, intentando volver a dormir cuando volvió a escuchar a este gruñir.

Levantando su mirada pudo observar lágrimas en las mejillas de Theo, y sus colmillos afilados asomando entre sus labios ahora entreabiertos.

"¿Theo?" Susurró, sin obtener respuesta.

El mayor se removió en su lugar y sus brazos envolvieron la cintura de Liam protectoramente, sin hacerle daño.

"T, despierta" habló otra vez pasando sus dedos por el cabello del coyote. Este se estremeció ante su toque, su cara inclinandose en busca de las manos beta. Sin realmente pensar en ello, Liam dejó un pequeño beso en su mandíbula, alejándose rápidamente cuando Theo abrió sus ojos.

Estos eran dorados, brillando en la oscuridad de la habitación.
Pero algo en ellos era diferente, una pequeña parte estaba cambiando lentamente a plateado. Esto desapareció en un parpadeo del mayor.

"¿Liam?" Habló confundido el coyote, dándose cuenta en ese momento de sus colmillos y sus garras comenzando a formarse.

"¿Qué te sucede? Cambia de una vez" grito en un susurro el beta.

Theo cerró sus ojos intentando concentrarse, pero su lobo y su coyote parecían fuera de control.

"No puedo, y-yo" habló comenzando a respirar agitadamente "Liam, no puedo"

Liam contuvo su aliento cuando al observar los ojos del mayor otra vez, estos se encontraban entre el verde y el dorado sin parar.

"Algo está sucediendo" dijo sin despegar su mirada del asustado coyote. "Tus ojos no paran de cambiar, y estoy seguro de que cuando despertaste estaban comenzando a ser plateados"

Ambos sabían lo que eso significaba.

Fracaso. Theo Raeken.

La tenebrosa voz de los Doctores del terror llegó a la mente de ambos chicos.

Theo era un fracaso, pero no lograron matarlo. Pensó Liam observando una y otra vez el cuerpo del mayor, en busca de algo que le diga que sucedía. La bestia los asesino antes. No lograron matarlo.

"Soy un fracaso" dijo Theo en un susurro, sus ojos permaneciendo dorados por algunos minutos, dejando ver pequeñas manchas plateadas en estos.

Mercurio.

"No, no lo eres" habló apresuradamente, tomando las mejillas de Theo sin pensarlo "Mirame" el coyote obedeció "Llamaré a Deaton e iremos a su clínica, él sabrá que hacer. Pero tú, quimera estúpida, no eres un fracaso." Acabó de hablar y dejó su lugar encima del mayor, corriendo apresuradamente hacia su cuarto en busca de lo que, el otro suponía, era su celular.

Theo sonrió ligeramente al oírlo caer en la habitación continúa.
Pero esta inmediatamente desapareció al sentir su nariz comenzar a sangrar, llevando sus manos rápidamente a esta se dirigió al baño de la habitación de invitados.

Sorprendido se observó en el pequeño espejo.
El pecho de su remera y la mitad de su cara se encontraban cubiertos de mercurio, sus ojos ahora verdes y sus colmillos y garras desapareciendo.

Sacando la prenda, lavó su cara y mojo su cabello, sintiendo calor comenzar a subir por su cuerpo.

"Th- oh, lo siento" Liam entró al baño, observando a la quimera sin camisa apoyado en el pequeño lavado.

"Está bien, sólo que-" habló entrecortadamente, sintiendo su nariz volver a sangrar.

"Maldición" Habló Liam asustado. Se apresuró a su lado cubriendo la nariz del mayor con pequeñas servilletas colocadas a un lado del espejo. Tomando el cabello en la nuca del otro, inclinó su cabeza hacia atrás delicadamente. "Llamé a Deaton, estará aquí en 20 minutos." Continúo observando el rostro del coyote.

"Estaras bien" dijo en un susurro, más para si mismo que para el otro. Theo cerró sus ojos recargandose lentamente en el cuerpo del otro.

Luego de un rato ambos se encontraban sentados en el suelo del baño. El mayor había caído dormido sobre sus piernas luego de que el sangrado parara, mientras Liam pasaba sus manos por el cabello húmedo del inconciente coyote.

El menor estaba intentando recordar la primera vez que realmente le importó el chico en sus piernas, dejando que pequeñas lágrimas se deslizen por sus mejillas.

Cuando lo enviaron a ese lugar. Escucho a su lobo aullar angustiado ante el recuerdo de Theo siendo arrastrado hacia el suelo por su hermana, la manda mirando sin hacer nada.

Recuerda haber querido correr, tomarlo de los brazos y ayudarlo a subir, liberarlo de aquello que quería llevárselo.

Pero no se movió. Permaneció observando hasta que la tierra se cerró ante sus ojos, hasta que los gritos aterrados de Theo dejaron de escucharse, incluso para aquellos sobrenaturales.

Recuerda llorar esa noche al regresar a casa. Sabía que Theo era malvado, que había asesinado inocentes y que no merecía ni siquiera un poco de piedad, pero había algo en la forma en la que pidió por Scott con sus últimos alientos, la forma en la que sus manos buscaban aferrarse a la vida sin éxito alguno. Y Liam necesitaba llorar por eso.

Lloró por el adolescente que Theo no logró ser, que no le permitieron ser. Lloró por los ojos de la quimera al observarlo por última vez, él había querido que Liam lo ayude, y el otro sólo pudo quedarse mirando. Esa noche, Liam lloró por todo aquello que Theo había hecho, y todo lo que lo había hecho hacer, pero aún así, lloró aún más por todo eso que no podría hacer.

En aquel entonces, el beta no entendía esa presión en su pecho al recordar al mayor, ese miedo constante de lo que le podría estar sucediendo. Pero ahora, con el coyote durmiendo a su lado, lo entendía.

Liam siempre supo quién era Theo realmente, incluso cuando ni el mismo Theo lo sabía. Había visto en el alma rota del coyote una pequeña luz de esperanza, una pequeña señal de arrepentimiento. Y sólo por eso, el menor lo había traído devuelta.

"No puedes morir, no ahora" pensó observando al mayor removerse, sus labios entreabiertos dejando ver el mercurio manchando estos. "No cuando acabo de recuperate"

Blood in the Water • Thiam Donde viven las historias. Descúbrelo ahora