La verdad sobre disney

4. Sin salida

Era una tarde nublosa en un pequeño y pobre pueblo en Alemania, cuando Eire, se empezo a sentar muy mal. Le dolia la tripa y la cabeza, no podia casi ni moverse y cuando se habia intentado levantar de la cama, se habia caido para atras en ella. En fin, su enfermedad se la estaba comiendo. Cada dia que pasaba era otro intento fallido de superar aquella enfermedad. Nunca se iria. Es incurable, le habia dicho el medico hace unos meses pero ella se negaba a pensar eso. No podia irse, no ahora que estaba embarazada de una hija. Se negaba a morir ahora.

Marcos, su marido, llego a la habitacion cinco minutos despues y se la encontro tirada en el suelo con lagrimas rodando por su mejilla. La ayudo a levantarse pero otra vez mas, esta se cayo al suelo, por suerte Marcos la sujeto para que no caiese.

-No puedo aguantar esto mas- Dijo Eire sollozando -No quiero aguantarlo mas

-No digas eso cariño- Dijo Marcos, sentandola en la cama y limpiando sus lagrimas. -Esto pasara, y estaremos juntos, todos.

-Soy terminal. No quiero que mi hija sufra.

-No, todavia tenemos tiempo. Encontraremos una solucion, confia en mi- Dice Marcos y le da un suave beso que dura poco porque Eire se separa.

-Tiempo. Soy terminal, no tengo todo el tiempo del mundo, tengo 3 años mas por vivir.

-Pero encontraremos una cura, juntos lo haremos.

-No hay cura, es incurable, es imposible.

-Mentira, nada es imposible.

-Esos son cuentos de hadas.

-¿Y si nosotros vivimos en uno?

-Estas peor que yo, las hadas no existen y menos la cura para una enfermedad incurable.

-Pero nosotros podemos buscar una, por nuestra hija, por nosotros.

-Dejame.

-¿Que?

-Que me dejes sola una hora, porfavor.

-No te enfades por esto.

-No estoy enfadada, estoy cansada.

-Vale, descansa.

-Gracias.

Marcos sale y cierra la puerta detras de el. Ve como ella se tumba y se echa las sabanas por encima. Es muy mona, piensa.