Capítulo 5: La Broma

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Marzo 24 de 1976

Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería

Fuera del castillo

3:33 p.m.

Era una tarde tranquila para Severus Snape después de realizar sus TIMOS. Se encontraba muy calmado leyendo sobre pociones bajo un árbol. Quería tener paz un momento, por lo que se encontraba alejado de sus amigos. Él sabía que ellos probablemente estarían en algún lugar usando hechizos que encontraron en algún libro sobre magia tenebrosa. Se avergonzaba a sí mismo por no poder decirles que pararan, incluso más por hacer lo mismo. Sin embargo, no quería quedarse sin amigos, en especial creyendo que Lily Evans podría alejarse de él.

La pelirroja llevaba siendo su amiga desde los once años. Se habían hecho cercanos por culpa de su magia, pero temía que, por como ha estado actuando últimamente, ella decidiría alejarse de una vez por todas. 

No le sorprendería, no es como si estuviera siendo la mejor persona dentro de Hogwarts.

De un momento a otro, Severus escuchó cómo unas risas se acercaban. Levantó la vista encontrándose con un grupo de estudiantes de Gryffindor, aquellos que se hacían llamar Los Merodeadores. Iban en una especie de diamante, James Potter iba de primero, seguido por Sirius Black, Remus Lupin y, hasta atrás, Peter Pettigrew. 

—¿Todo bien, Quejicus?—la voz de James llegó a sus oídos en tono burlón.

Sev tomaba sus cosas con rapidez, incluso buscó su varita, pero no logró hacer mucho. Primero le lanzaron un expelliarmus, que causó que saltara por los aires. Al intentar tomar su varita, Sirius Black le lanzó un impedimenta. Ambos avanzaron hacia Sev con las varitas alzadas. Varios estudiantes se voltearon a verlos y se acercaron con diversión.

—¿Cómo te ha ido en el examen, Quejiquis?—preguntó James.

—Me he fijado en él, tenía la nariz pegada al pergamino—Sirius sonreía con cierta maldad en los ojos—. Su hoja debe de estar llena de manchas de grasa; no van a poder leer ni una palabra.

Varios estudiantes se comenzaron a reír por los chistes de ellos dos. Él se intentó reincorporar bastante agitado.

—Esperen y verán...—comentó Snape con odio y la respiración agitada—¡Esperen...y verán!

—¿Ver qué? ¿Cómo limpias tu nariz con nuestra ropa?—preguntó Sirius sin expresión alguna.

Severus lanzó varias groserías mezcladas con maldiciones, las cuales no podía usar por la ausencia de su varita.

—¡Lávate la boca!—escupió James antes de lanzar un fregotego, causando que Severus empezara a expulsar burbujas de jabón de su boca casi ahogándose.

Detrás de ellos, una niña un año más joven se apresuraba a alcanzarlos junto con una pelirroja. Lily tomó el hombro de James y lo empujó.

—¡DÉJENLO EN PAZ!—gritó Lily cruzándose de brazos.

—¡Oye, Evans!—James la saludó sonriendo de lado al verla—¿Cómo vas?—su tono se voz cambió a uno más agradable y grave. Si no estuviera vomitando ya jabón, probablemente hubiera vomitado de verdad.

—Déjenlo en paz—Lily mantenía el ceño fruncido mostrando mucho desagrado—¿Qué les ha hecho?

—Bueno...—James se puso a pensar un poco en la pregunta—, es simplemente que existe, no sé si me explico...

La gente alrededor reía, sin contar a Remus, quién simplemente prefirió hacer que no existía y no participar en la broma, y Lily. 

—Te crees tan gracioso—su voz era bastante fría y lo observaba con atención—pero no eres más que un idiota arrogante y bravucón, Potter. Déjalo en paz.

La Noble Casa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora