"1029 palabras"︿︿︿︿︿︿︿︿︿
Faltaba 30 minutos para la hora estimada que tenía el atraco, Horacio y Gustabo estaban nerviosos, eso se sabía ya que los delataba su aroma a vainilla y chocolate.
Horacio estaba en la cocina esperando a Gustabo, iba todo de negro y llevaba un chaleco antibalas, en la espalda portaba una carabina especial y en su muslo izquierdo llevaba una pistola normal, su cresta era tapada por un pasamontañas, el cual no estaba del todo puesto ya que estaba subido hasta la nariz y aún se podían apreciar sus preciosos ojos bicolores.
Por otro lado estaba Gustabo, este estaba sentado en su cama, iba vestido igual que su hermano, todo de negro, una carabina especial en la espalda, una pistola normal en el muslo izquierdo y llevaba un pasamontañas que no ocultaba sus brillantes ojos azules.
- Gustabo vamos, nos tenemos que ir - se escuchó del otro lado de la casa.
- Voy - respondió el omega rubio levantándose de la cama.
Narra Horacio:
Ya era casi la hora, si dijera que no estaba nervioso mentiría, sabía que todo iba a salir bien, pero no podía evitar ponerme así, era emocionante hacer estas cosas, hacía mucho tiempo que no atracábamos un badulaque o una joyería y creas o no,eso me gustaba.
- Vámonos - dijo Gustabo acercándose a mi empezando a caminar hacia la puerta.
- Espera - dije acercándome a un cajón de la mesa de la cocina y sacando de él una caja.
- ¿Qué pasa? - me miró confuso mientras se acercaba a mi.
- Esto - sacudí la caja de inhibidores que tenía en la mano.
- Agh... dame uno - respondió Gustabo estirando el brazo y abriendo la palma de la mano para coger los inhibidores.
- Sé que no te gustan, pero tenemos que tomarlos para que no reconozcan nuestro olor - le di un inhibidor a Gustabo.
- Ya, pero odio estas mierdas - dijo refiriéndose al medicamento mientras se lo tomaba.
- Pues vámonos - dije mientras me tomaba mi inhibidor, solo esperaba que funcionaran.
- Vale - contestó el otro omega caminando hacia la puerta.
[...]
Ya con las armas en el coche, nos montamos en él (sin las máscaras claramente) y conduje hasta aquel badulaque con nombre peculiar, "el Krule".
- Aparca en el parking y nos subimos a la azotea por esas escaleras de incendios - dijo señalando las escaleras de incendio.
- Vale, cárgate la carabina en la espalda y ve subiendo tú, yo de mientras voy aparcando el coche - le miré - ponte el pasamontañas, enano -
- Está bien, dinosaurio con cresta - dijo soltando una risilla por lo último dicho y haciendo todo lo dicho anteriormente.
- Gus - le llamé.
- Mgh... - me miró con el pasamontañas ya puesto.
- Por los viejos tiempos - le miré con una sonrisa.
- Por los viejos tiempos - respondió de vuelta con lo que supuse que era una sonrisa pero que la tapaba el pasamontañas - no tardes - salió del coche con rapidez.
Narra Gustabo:
Salí del coche con la carabina en la espalda y el pasamontañas puesto, me dirigí a las escaleras de incendio y miré a mi alrededor.
No había nadie cerca, lo que me pareció raro "Ah no espera, me equivocaba" había un par de gilipollas en la puerta del badulaque, supuse que eran betas, pero gracias a saber que, no me vieron.
Bueno a lo que iba, subí a la azotea por las escaleras de incendio con cuidado de no ser visto y me acerqué a una esquina de la azotea.
Desde aquí corría el aire, pero no lo podía notar muy bien por culpa del pasamontañas, miré hacia abajo y vi a un chico un poco más mayor que yo, de cabellos rubios y ojos azules más oscuros que yo, por su complexión física supuse que era un alfa aunque no estaba seguro, el rubio se dirigía al interior del badulaque.
- ¿Quién serás? - dije en voz alta para mi mismo.
- ¿Quiés será quién? - preguntó una voz detrás mía, me asusté y pegué un salto.
- Joder cabrón, me diste un susto espectacular - dije mirando de forma acusatoria a Horacio.
- No es mi culpa que hables en alto - recriminó el chico de ojos bicolores.
- Bueno, ¿Preparado? - le miré.
- Si, vamos - dijo mientras se acercaba al conducto de ventilación y lo desatornillaba con un destornillador.
- ¿Ya? - pregunté ansioso.
- Un momento... - desatornilló el último tornillo - ya está - me miró -
- Tú primero - dije mirando los conductos de ventilación.
- Agh... está bien, miedica - rodó los ojos mientras se acercaba a los conductos.
- Venga, dale - le metí prisa.
- Que ya voy - dijo deslizándose por los conductos.
- ¿Estás bien? - le pregunté.
- Si, baja - contestó desde abajo.
Me acerqué a los conductos y miré hacia el fondo, "De aquí a abajo deben de haber 2m de altura, si tengo suerte no acabaré aplastado como una tortita en el fondo, aunque ahora que lo pienso Horacio está bien, no le ha pasado nada" seguía pensando el las mil y una maneras en las que podía morir ahí abajo hasta que una voz, concretamente la de Horacio me devolvió a la realidad.
- Venga G, no tengo todo el día - dijo Horacio desde los conductos.
- 1, 2, 3 allá voy H - dije deslizándome por los conductos hasta el fondo, hasta que mis pies tocaron una superficie plana.
- Ves, no era para tanto - recriminó Horacio.
- Bueno a partir de aquí hay que ir agachados - dije observando mi alrededor - mira, esa rendija debe de ser la del almacén -
- Está bien, lo comprobaremos ahora - dijo Horacio agachándose y yendo hacia la rejilla.
- ¿Es esa? - pregunté curioso.
- Debe de ser, según los planos este es el almacén - contestó Horacio.
- Pues comprobémoslo, destornilla la rendija - dije nervioso.
- Voy - dijo Horacio comenzando a destornillar la rendija - este por aquí y... ya, ya está - apartó la rendija a un lado.
- Tú primero - susurré.
- Vale, pero tú también bajas - dijo Horacio bajando por el agujero de la rendija.
- ¿Estás bien? - pregunté sin recibir respuesta - ¿Horacio? - volví a preguntar.
Al no recibir respuesta me preocupé y decidí bajar, me deslicé hasta el suelo con cuidado y miré hacia delante, allí se encontraba Horacio mirando a la nada en shock, decidí ponerme a su lado y mirar lo mismo que él, entonces lo vi y me quedé igual de impactado que Horacio.
- ¿Qué cojones? - le pregunté al aire.
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Pongan teorías sobre lo que han visto Gus y Horacio.
Att: Misha
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Freccia del destino [Gustoni]
FanfictionGustabo y Horacio siempre han vivido en Los Santos, nunca se han dado el privilegio de tomarse unas vacaciones hasta el día de hoy. 3 meses son los que tienen ambos omegas para descansar de toda la presión del trabajo que les ocasiona el FBI. Pero...