LONG WAY HOME

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Jaemin se sentía confundido, su ceño estaba fuertemente fruncido mientras veía a los dos chicos que habían estado recorriendo su mente en las últimas semanas hablando animadamente. El supuesto Yuta estaba al lado suyo, las piernas de una chica estaban encima de las de él y hacían una clase de competencia por quien se apartaba primero del apasionado beso.             

Suspiró, estaba sentado en un sofá extraño, en una casa extraña, en un ambiente extraño. Cuando se supone debería estar en clase. Él no era un chico de fiestas, evidentemente, tampoco era de salir mucho, entonces ni siquiera sabía en qué parte de la ciudad estaba.

Se recostó más en el sofá y cerró los ojos, no es como si intentase dormir, de hecho, aún si quisiese no podía, era muy desconfiado y la música estaba muy alta.

Comenzó a imaginar como sería su vida de no haber conocido a Mark, probablemente sería lo más aburrido del puto mundo, pasaría todos los días encerrado en su habitación viendo la misa en la TV, ya que ni siquiera tenía televisión por cable, al menos ese pecoso ponía emoción a su vida; después Renjun llegó a su mente, todas las tardes hablaban, nunca se imaginó que el pequeño podía ser tan rebelde, apenas tenía 17 años; pensó en Jeno, era su maestro, pero no podía evitar pensar en él de otra manera.

¿Era normal que tu profesor de filosofía te llevase a una fiesta de uno de sus amigos? ¿O era normal que le pareciese muy atractivo?

No habían pasado ni cinco minutos cuando alguien tocó su hombro, abrió los ojos de golpe, sonrió. Era Ten, el chico que recientemente había conocido.   
          
— ¿En qué piensas tanto, monaguillo?

— No me digas así — rió — me siento fuera de lugar.

— estas fuera de lugar, Jaemin, en serio ¿Qué hace un niño tan tierno como tú, aquí? Por dios este lugar está lleno de drogadictos y homosexuales.   
         
Ambos rieron. Ten miró a Nakamoto quien seguía comiéndole la boca a una chica rubia y tomó a Jaemin de la mano, lo hizo levantarse e ir a otro lugar, donde el menor seguía teniendo una perfecta vista de los dos chicos que lo tenían loco. 
             
— ¿Tu eres homosexual, Na? — dijo el mayor después de dar un trago a su bebida extraña.         
   
Jaemin hace tiempo se había planteado eso, recuerda cuando conoció a Renjun y su corazón se aceleró inesperadamente, recuerda cuando conoció a Jeno y se puso tan nervioso que sus mejillas se tornaron rosadas.

Inconscientemente miró hacía ellos dos, reían, el cabello de Lee se movía al compás de la brisa que entraba por la ventana, sus labios carnosos eran humedecidos por su lengua y sus delgadas manos cubiertas de anillos sostenían un vaso de alcohol.

Renjun no se quedaba atrás, ese pequeño que parecía inocente a simple vista, con su saco que parecía hecho a mano y sus pantalones cortos, sus facciones que parecían hechas por los ángeles, con una cintura tan pequeña que podía rodearla con una mano. Suspiró. Ten miró a donde él miraba.    
         
— Oh, ya veo ¿Te gusta Jeno?                

Na salió de su trance y casi se atraganta con el dulce que recién había metido en su boca.          
  
— ¿Qué? — dijo nervioso — n-no, no me gusta.     
          
Probablemente era gay, ya era algo que no podía negar. Noches atrás había tenido esa conversación consigo mismo, y con Mark. Por más que su religión no lo permita no es malo ser homosexual, y él lo sabía, esa fue otra de las cosas que le enseñó Mark, todos tienen derecho a amar.

Pero no creía que me gustase su maestro, sería impropio.             

— ¿Entonces te gusta Renjun?

— Hyung, no me...gustan.         

Ten asintió, obviamente no le creía nada.            

— ¿Usted es homosexual? — esta vez fue el turno de Na de preguntar.

Una fuerte carcajada salió de los labios de su mayor — Claro que soy gay, soy el más gay de todos aquí. Los únicos no-homo son Yuta y Yang Yang.

— ¿Jeno y Renjun son gays?

— Jeno es bisexual, renjun es algo así como pansexual o alguno de esos conceptos extraños que aún no entiendo.

— Mi amigo Mark me ha dicho que la pansexualidad no existe y solo es un concepto bifobico.

— Chico, yo no sé — el mayor alzó los hombros y le restó importancia — soy viejo, en mis tiempos era; te gusta un chico o una chica o ambos o lo que salga, no sé nada más.              

Jeno sonrió, Ten tenía una curiosa forma de ver la vida.

Siguieron hablando sobre temas demasiado banales, conociéndose a ellos mismos y juzgando su entorno, al parecer, Ten tampoco era alguien de fiestas pero bailaba muy bien al compás de la música.

Ambos se llevaban muy bien, y Jeno se daba cuenta de ello, como reían y tomaban juntos. Lee conocía la parte de Ten que se moría por tener pareja y no iba a permitir que fuese Jaemin quien cayese en sus garras. Alzó una ceja cuando el mayor rodeó con su brazo los hombros del más chico, no pudo evitar seguirlos con la mirada cuando se fueron al jardín trasero juntos.             
 
— ¿Hyung? ¿Me está escuchando? — Renjun no sonaba enojado pero si resentido, no le gustaba cuando no le prestaban atención.

— Si pequeño, te estoy escuchando, pero ¿No te molesta que Jaemin se vaya con Ten?

Renjun dio un sorbo de su bebida y se encogió de hombros — ¿Por qué me molestaría? Él es libre de hacer lo que quiera.

— Pensé que te gustaba.

— Me gusta hyung, mas no es de mi propiedad.      
       
Jeno asintió, quizás él solo era un chico celoso. Celoso porque no podía llamar la atención de su alumno de la manera que él deseaba, no le gustaba esa parte santa y mojigata de Na y planeaba pronto cambiar eso.             

Jaemin se estaba divirtiendo demasiado, Ten era todo chistes, coqueteos e historias sin fin, ahora mismo se estaban riendo de la vez que Lee se cayó de un escenario en plena presentación de baile y estaba casi seguro que no volvería a presentarse en una audición de alguna empresa.              

— Y entonces el CEO se burló de mi, me sentí tan estúpido — nuevamente estalló en carcajadas — creo que JYP no era para mi.               

Jaemin iba a contestar hasta que se distrajo repentinamente, Jeno acaba de salir al patio tomado de la mano de una chica y ahora estaban juntos bailando. Entreabrió los labios y frunció el ceño, no había hablado con el muchacho en toda la tarde y lo que iba de noche y mentiría si dijese que eso no le estaba doliendo.               

— Sabes, deberías dejar de mirar hacía allá, no tienes que preocuparte por Sana noona, estoy casi seguro que a Jeno le gustas tú — dijo Ten con desdén.

— No me preocupa, hyung, simplemente soy muy curioso.             

Ten asintió, nuevamente no le creía.

Aunque el hecho de que Jaemin era muy curioso es verdad, aún antes de conocer a Jeno y a Renjun, aún antes de cuestionarse su sexualidad, Na siempre buscaba formas de cuestionarse a sí mismo, por todo lo que hacía, y quizás eso fue lo que le insistió a estudiar filosofía. Muchas veces había cuestionado su religión, y se había ganado muchos regaños por ello.              

Suspiró, ya había bebido demasiado, no tenía muy buena resistencia por lo cual aún estando sentado su alrededor daba vueltas, Ten seguía a su lado charlando (o eso creía él), la música estaba demasiado alta y en lo único que podía pensar era en que quería ir a casa, lejos de todas las personas extrañas y aquel ambiente incómodo.              
 
— Hyung, me quiero ir — pensó habérselo dicho a Ten pero para su suerte él ya no estaba escuchándolo.

— No soy tu hyung pero puedo llevarte a casa.     
      
Su vista enfocó a Renjun quien sonreía abiertamente, no parecía ni una pizca ebrio considerando todo lo que había tomado.            

— Podemos llevarte.             

Una voz apareció detrás del primero, no podía distinguirlo pero por su altura suponía era Jeno.
Renjun miró detrás de él y se mordió el labio.        
   
— Deberíamos tomar el camino largo a casa.

Del poliamor y otros pecados del Catolicismo ≤NoReMin≥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora