Benny se encontraba recostado contra un árbol sentado sobre la tierra húmeda respirando con gran dificultad, su vista encontrándose a cada segundo con el rostro relajado del cazador dormido a su lado, ambos estaban ensangrentados (la mayoría no era su sangre, pero no estaban libres de heridas) y querían descansar, pero el vampiro sabía que era primordial que Dean fuera quien descansara primero, de todos modos Benny se regeneraba, ahora mismo muy lento, pero al menos lo hacía.
En cambio Dean necesitaba descansar al menos los músculos de sus piernas. Ante el pensamiento la mirada de Benny se dirigió a las fuertes y largas piernas del cazador, recorriendolas desde las botas con tacón ligeramente alto hasta donde los muslos dan paso a la entrepierna, y joder, Dean no tenía malas piernas, para nada, aún debajo del pantalón se notaba lo grueso de sus muslos y lo musculosas y fuertes que eran, y Benny había comprobado en primera fila que también eran muy resistentes debido a las incansables horas que pasaban persiguiendo a los monstruos del purgatorio, porque Dean Winchester no era presa de nadie, ni en ese lugar que el cazador llamaba puro, ni tampoco en el mundo real. Benny había muerto antes de conocer siquiera a John Winchester, el padre de Dean, pero sí había oído en el purgatorio comentarios como “corres como si un Winchester te persiguiera”.
Era casi cómico decir que en la tierra de los monstruos un humano era el que los asustara, aunque en ese lugar había dos tipos de monstruos, los que corrían lejos de Dean, y los que se creían lo suficientemente fuertes como para vencerlo, pero todos tenían el mismo destino, viniendo a cazarlo o escapando de él, todos eran asesinados por Dean.
Constantemente Benny recordaba en la suerte que tuvo al encontrar a Dean indefenso debajo de el vampiro que durante semanas había sido su compañero, librar a Dean de esa situación le valió el beneficio de la duda para que el cazador aunque sea le diera la oportunidad de decir algo en su defensa, porque Benny estaba seguro de que si Dean no hubiera estado a segundos de morir, él le habría arrancado la cabeza sin un ápice de duda en sus ágiles movimientos.
Eso lo llevaba a pensar aún más en Dean, el rubio era una fiera en ese lugar, era prácticamente otro lugareño más, perseguía a los condenados como un león acechaba a su presa, torturaba por información como solo un hombre que estuvo en el infierno podía hacerlo. Era increíble. Un espectáculo sangriento que cualquier demente disfrutaría de ver, era simplemente magnífico ver a Dean cubierto de sangre, respirando pesadamente pero sin perder el control de sus pulmones, sus ojos verdes parecían los de un dragón codicioso de la sangre y el sufrimiento de sus enemigos.
El camino junto al río parecía infinito, pero el camino hacia el ángel de Dean parecía cada vez más corto, cada vez más cercano estaba el destino. Otro tema que a Benny le interesaba, más no le gustaba: el ángel de Dean, Benny no recordaba su nombre, pero sabía que Dean le decía “Cas”...“mi Cas”, y no solo por eso a Benny no le gustaba, porque el vampiro sabía que el ángel había abandonado a Dean ni bien cayeron en la fosa oscura que era el purgatorio, el ángel ignoraba las oraciones de Dean y seguramente también se alejaba porque no quería ser encontrado, pero Dean se negaba a dejar de buscarlo, se rehusaba a salir del purgatorio sin su ángel, y pensar en eso lo destruía completamente porque el cazador no se merecía eso, se merecía todo el universo, Dean era el hombre más bueno y leal que había conocido en todos sus siglos de vida, pero en todo ese tiempo nunca había conocido a alguien que despreciara el amor de Dean como ese ángel lo hacía.
Aunque odiara al ángel no se atrevía a expresar su disgusto ante Dean, ellos eran amigos, se trataban como hermanos, pero en ese tiempo que pasaron juntos había conocido tan bien a Dean que sabía que Dean lo dejaría de lado e iría por su cuenta si tenía que hacerlo.
Apartando todo dolor de su pecho y pensamientos lúgubres de su mente, el vampiro se dedicó a observar al hombre a su lado. Por el latido de su corazón deducía que estaba dormido, pero no completamente, siempre alerta ante cualquier peligro, pero era cierto que ahora Dean sí dormía a diferencia de los primeros días que él y Dean forjaron su alianza, esos días Dean no confiaba para nada en el vampiro, no comía cerca de Benny y ni pensar en bajar la guardia cerca de él, pero ahora Dean estaba lo suficientemente cómodo como para hasta domir a su lado, y mentiría si dijera que eso no lo ponía profundamente feliz.
Miró sus párpados cerrados y las rubias pestañas que los cubrían, miró sus gruesitos labios que formaban un ligero puchero, sus mejillas repletas de pecas, de millones de pecas que no solo estaban en su rostro sino que también vagaban por su cuello y, sin mentir, Benny se moría de ganas de averiguar si esas manchitas llegaban hasta sus hombros e incluso su pecho.
Benny se sentía el ser más afortunado del planeta al compartir tan solo unos segundos con Dean, de escuchar su risa y de ver sus prefectos dientes en su bella sonrisa. Benny estaba tan jodidamente enamorado de Dean Maldito Winchester. Pero lamentablemente su amor era unilateral, porque el corazón del cazador solo pertenecía a ese maldito ángel, y Benny ya no sabía si lo odiaba por abandonar a Dean o porque el ángel tenía lo que él más anhelaba.
Benny no quería encontrar al ángel, nunca, él solo quería vagar por esas tierras infértiles en compañía de Dean, pero ser un humano en el purgatorio era como ser un faro para todo ser sobrenatural que esté a kilómetros de distancia. Benny amaba tanto a Dean que no podía dejar que el amor de su vida pasara más tiempo del debido en aquel lugar olvidado por Dios.
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Okey, que final tan de mierda JAJDJSJS
Loco que calidad laputamadre, me voy un mes de wattpad y vuelvo con tres One-shorts, soy el éxito.
—1048 palabras.
