《Penumbras del corazón》Farcus

~Parte única~

<Admirar y codiciar son términos tan distintivos, pero llegan a ser tan parecidos que sin darse cuenta entrelazó sus significados y dio a flote otro sentir. Hablar de sentimientos, un reino desconocido del ser humano, porque no sabes cuando y como es que llegamos a conocerlos, hasta caer en cuenta que ya estamos pisando el reino. Muchos los confunden entre sí que llegan a lastimar a otros para no sentirlos, algunos deciden hacer caso omiso a estos para protegerse de lo cruel que puede llegar a ser, pocos lo expresan al aire libre sin problema a ser machacados por su entorno y en su minoría lo expresan en silencio a la sombra del mundo, porque odian ser el centro de atención o simplemente jamás podrían expresar todo lo que tienen en su interior; sin embargo es obvio que tienen algo en común y es escribir  ya sea en papel o mentalmente solo dejan que las idean lleguen y fluyan sin fin. El sentir, nadie puede dejar de hacerlo, no importa cuanto trates siempre llegarán a tu ser y nunca te soltarán por mucho que hagas, permanecerán a tu lado.>

Como hojas cayendo ante la bienvenida de la primavera, como las pequeñas luces de las luciérnagas se apagan ante el amanecer fueron tus esperanzas e ilusiones que viste desaparecer. Si de una palabra tuviera que dar sería que el puesto que tanto admirabas era un juego de niños sin más, risas e ideas (que tú normalmente apoyarías) desde la más sangrienta hasta la más asquerosa, quién podría imaginar que mientras todos seguían con ferocidad y con mínima maldad, solo tú te ahogabas en el martirio de tu mayor admiración era un show para los demás, por no decir poca cosa e insignificante porque sabías bien que  nadie te iba respetar. Que más tenías que ver para comprenderlo a su mayor claridad, mas no querías creer eso de los demás porque creciste con ellos y los querías a tu modo aunque se te secaba la garganta y una pequeña impotencia e ira te intentaban arrastrar, solo pudiste suspirar con fuerza mientras te tratabas de ocultar un poco en la sombra que te proporcionaba un árbol y una de sus manzanas caía con elegancia a tus manos sin darte cuenta que los postulantes se alejaron un rato para hablar, fortuna la decisión que otro alcalde del pueblo 3 vino para llamar la atención por su victoria y a dar la mano al ganador de este lugar, no había que decir que los pueblerinos lo rodearon y felicitaron con leves golpes y abrazos de paz. Volviendo a ti, solo la agarraste e intentaste pensar como calmar tu martirio para no caer ante la incertidumbre que muchos quieren alejar, pero en eso volvieron los dos postulantes finalistas a paso rápido cogidos de la mano acompañados de un rubor pequeño desapercibido para quien no fue era observador y un leve tono diferente en el labio del postulante mayor te llamó más la atención. 

¿Eso era labial? Así es, un tono de labial que te acordabas que la rubia reina de cuernos rojos regalo a cada uno por el día del amigo, aclarando que era un símbolo de hermandad con ella, no pudiste evitar notar que tu compañero Auron no dejaba de mirar fijamente ese pequeño artículo que muchos como Dequiuv decidieron tenerlo como decoración, Axozer no dudó en pintarse un poco y hacer muecas con este generando risas y bromas alrededor, sigilosamente te sentaste a su lado y le expresaste que el tono combinaba con sus labios. Este al comienzo empezó a negarlo y tratar de cambiar de tema, pero solo esperaste que se tranquilice que nadie más que el se dio cuenta de su actitud, te miró y con una pequeña sonrisa te agradeció, sabías bien que no es fácil no poder ser libre como quieres en un pueblo, en especial uno totalmente inusual, pero siempre se podría establecer un respeto a los demás. Y ahora aprecias que el mismo tono deslumbra en sus labios y uno leve en los del otro postulante, te sentías feliz, porque tu gran amigo encontró quien lo aceptará y protegiera sin temor a los demás (sabías como era el otro sin dudar), pero por otro tu conciencia te estaba dando malas vibras de este momento. Apreciaste el discurso que ambos dieron y que llegaron a un acuerdo, las miradas de amor eran obvias a todo esplendor por eso no faltó el comentario comediante de Juan, quien es más distraído que los demás si eran parejas. No faltó poco para que el resto se diera cuenta que en efecto tenía "mala" pinta, ambos se miraron y sonrieron para dar paso a un apasionado beso sin pudor que dejó anonadados a los pueblerinos como algunos guerreros, pero pudiste alcanzar a escuchar como alguien salía corriendo del lugar, no te dio tiempo a ver con claridad, pero una corona de flores de colores en el piso reinaba sin más. Después de ese acto, ambos solo soltaron que lo pensaron y que lo mejor que podían hacer era dar la alcaldía a Juan, este dejó en claro su anonadada como los demás que tu conciencia en blanco  quedó.