GLORIA
- Buen día, Gloria. - Me saluda muy correcto.
- Buen día, señor. - Respondo mientras veo como camina a su escritorio y al escucharme, niega divertido, causando que dude.
¿Lo hice mal?
¿Tendría que haber dicho, señor L'Rou?
- Viniste temprano. - Me dice tomando asiento y tras susurrarle algo a Didier al tomar unas carpetas que le entrega y se marcha.
Sí, es verdad.
Lo hice casi hora y media antes de lo que me indicó ayer, pero la emoción me podía.
- No dormí mucho anoche y madrugué. - Me acerco a su escritorio. - También, pasé por la cafetería para avisar al dueño de que dejaba el trabajo.
- Espero que no hayas tenido inconveniente con eso... - Me dice, abriendo una carpeta.
- No, muchas chicas quieren ese trabajo y me deseó lo mejor. - Es muy buen hombre. - Sabía lo importante que es para mí, el arte.
- Me alegro. - Contento.
- Gracias. - Lo que se me ocurre del otro lado de su escritorio.
- ¿Desayunaste? - Me cambia de tema y recordando para que estoy, indico la puerta.
- ¿Quiere le traiga café o té con algo? - Tendré que averiguar, dónde está la cocina o parecido, pienso en el momento que la puerta se abre nuevamente por Didier y justamente, trayendo una bandeja de plata.
Guau.
Con tazas, tetera y platito de porcelana, compuesto por variedad de masas finas.
Y se lo señalo indecisa.
- ¿No se supone que como su asistente, yo debo hacerlo?
Arthur se sonríe al igual que su longevo amigo vestido de etiqueta dejando todo sobre el escritorio, seguido a mi nuevo jefe de indicarme con la pluma que sostiene entre sus dedos, que tome asiento en la silla que amablemente Didier acerca para que tome asiento del otro lado.
En silencio, vemos como sirve cada taza y depositando una frente mío, y otra a Arthur, luego se retira feliz.
Sí, el viejito está muy feliz.
Su rostro lo dice.
- Yo no lo hice. - Bebe un sorbo con ganas, tras ingerir una pastilla que descansaba sobre su platito.
- Debería... - También lo hago, sin preguntar por ese remedio, pero llena de curiosidad.
Eleva su rostro de la taza y me mira cálido y mierda, en serio lo digo.
Tiene que dejar de hacer eso, vea poquito o no, porque es muy lindo.
- También me costó dormir anoche... - Me confiesa. - ...y quise salir temprano, no quería perder tiempo.