Contexto:
Draco Malfoy y Juliette Blackwood se vuelven a encontrar después de un largo tiempo separados....
- ¿Entonces, irás a la reunión?- pregunta Ginny mientras toma la tetera para servirse más té.
- ¿Quién irá?- pregunto estirándome por más galletas.
- Los de siempre - dice, aprieto los labios.
- Solo iré porque veniste a mi casa a pedirlo- digo, ella rueda los ojos.
- Es literalmente los únicos días del año que no estás ocupada- la miro mal.
- Estoy feliz de que al fin decidieras ir con nosotros un tiempo- dice, me hace sonreír.- Me gusta estar sola, pero ustedes también son mi familia- sonríe.
...
El día de la reunión, decido llevar un postre y chocolates que comía en Hogsmeade, mis favoritos.
Me transporto hacia la antigua casa de los Black en Londres, Ginny y Harry decidieron quedarse ahí, la casa tiene mucha historia y es muy grande como para dejarla sola.
Toco la puerta y me abre Ginny.
- Al fin, te estábamos esperando- nos saludamos con dos besos en las mejillas y entro dándole el pastel de vainilla en las manos.
Paso a el comedor donde están todos riendo y parloteando.
- Hola- digo sonriendo, ellos me saludan, Fred y George se levantan para abrazarme, ellos siempre serán mi dúo favorito, Hermione entra a la cocina mientras por detrás de ella viene Ron siendo regañado por ella.
- Te dije, no pongas tantas fresas- me mira - Ah, hola Jules- saludo con la mano y suspirando mira a Ginny
- Ron descompuso la licuadora- Ginny mira mal a Ron y él hace una mueca apenada, se levanta y se dirige a la cocina para repararla.Siguen siendo los mismos de siempre, solo que con más responsabilidades.
- ¿Dónde está James?- pregunto antes de sentarme.
- Está durmiendo, arriba, en su habitación- dice Harry.
- Oh, iré más tarde, no quiero despertarlo, traje algo para él- digo sonriendo de lado.
Traje un pequeño uniforme de Hogwarts, de Slytherin claro, para molestar a sus padres.
- Siéntate, aquí hay espacio- dice Angelina, me siento junto a ella.
- ¿Esperan a alguien más?- pregunto, Harry mira a Ginny y ella niega enseguida.
- Buenas noches...- el aire se queda atorado en mis pulmones al escuchar ésa voz.
Levanto la vista y veo a el rubio parado junto a el marco de la puerta del comedor, no lo había visto en un año y un poco más.
Sus ojos encuentran los míos y enseguida los desvía.
No respondo el saludo cuando todos lo hacen, en cambio me quedo callada y sintiendo una tensión enorme en el estómago.
No pensé que con solo escuchar su voz aún tendría el poder de remover mis pensamientos y emociones.
Ha pasado tiempo desde que nos separamos, desde que nos distanciamos y dentro de ése lapso han pasado muchas cosas, que en éste punto nos deja en extremos, tenemos diferentes metas, diferentes propósitos.