Buenas Noches.

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Habíamos quedado en vernos a las 8:00pm y ella no llegaba. La noche ya había esparcido su manto por toda la ciudad y con ello el clima trajo un viento helado propio de finales de Noviembre. Lentamente la lluvia comenzaba a hacer su aparición para volver la espera aún más insoportable.

No me gustaba esperar sin embargo ya eran las 8:45pm y seguía parado en la esquina del centro comercial, viendo como viene y van los taxis. La llovizna me había obligado a acercarme al zaguán de aquel sitio para así mínimo no mojarme ──perdón, es que mi hermano no salía de la casa y al final no se fue ── la escuche decir a lado de mí, mientras extendía un vaso de café y una bolsa de papel── Te compre una dona de chocolate con chispas y para mí es la concha de vainilla, además traje dos panes de mantequilla para no quedarnos con las ganas── Al escuchar su voz, deje de temblar.

Caminamos hasta un parque cercano, donde pusimos las cosas en un espacio entre nosotros ──Perdón, espero puedas entender. Mi hermano terminó con su novia y no sale mucho de la casa ── decía ella mientras miraba la tapa de su café.

Aquella noche transcurrió lenta a diferencia de muchas otras noches que compartíamos en aquel parque. El pan y el café nos hicieron compañía durante las horas en las que platicamos de todo cuanto se nos venía a la mente, desde la novela de las cinco hasta lo difícil que sería vivir separados. Recuerdo haberla acompañado hasta su casa, donde salude temeroso a su padre que se encontraba afuera ──Buenas Noches ──le dije mientras Elizabeth se metía rápidamente a su casa.

Iba de regreso a casa, caminando por la acera de la avenida cuando la lluvia arrecio aún más sirviendo de poco el suéter que traía puesto, aquella noche la sensación de frío era poca porque mi ser era el que desprendía calor, en parte de frustración y en parte de coraje. Llevábamos cuatro semanas planeando nuestro primer encuentro íntimo que ya empezaba a impacientarme, parecía como si el destino nos estuviese negando la posibilidad.

Como debe ser un buen novio pensaba ya estando acostado en mi casa, mientras fijaba mi mente en el techo e intentaba imaginar cual es la manera correcta de tratar a una mujer, como hacerla sentirse amada, deseada y correspondida. Temía a caer en el vacío insondable que había hecho que ella abandonara a su antigua pareja por mí, por lo que mantenerla enamorada era mi deber.

Tome mis libros y comencé a releer los poemas de Pablo Neruda, Jaime Sabines y Mario Benedetti, tratando de encontrar la mejor manera para enamorarla. Marque cada hoja, frase, e imagine los posibles escenarios donde podrían ser utilizadas. Recuerdo haberme dormido mientras hojeaba la "La tregua"

De amor y otros infortunios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora