ᴛɪʀᴇᴅ || ɢᴏʏᴜᴜ

Itadori Yuuji

Yuuji no se rompe fácilmente, es una persona fuerte, otros tendían incluso a considerarlo como una tormenta, una que azota y sacude todo a su paso, alguien que da cara a sus problemas, pero Yuuji sigue siendo humano.

Y no es un gran problema el que lo rompe, no, es la acumulación de los pequeños, esos pequeños que hicieron que la montaña fuera creciendo un poco más con cada paso de los años, ni siquiera puede recordar cuando inició, tal vez fue cuando sus padres lo abandonaron o cuando su abuelo murió, no puede recordar cuando llegó al punto de no retorno, no puede, pero desearía hacerlo.

Así que cuando ve ese sostén en las escaleras, cuando percibe ruidos en la habitación, no se sorprende y no sabe si eso es mejor o peor. No sabe si subir, porque sabe que si lo hace todo se irá por la borda unos días y después regresará a como era antes para que pasado un tiempo regresen al mismo ciclo, porque Yuuji aún esta luchando por algo que ha dejado de existir hace mucho, pero está cansado, tan cansado, de absolutamente todo, de perdonar a Satoru, de creer nuevamente en él, de dar segundas oportunidades que se convierten en terceras, cuartas y quintas, oportunidades que se siguen acumulando una tras otra.

Y ahora viendo a Satoru, no, viendo a Gojo nuevamente en SU cama con alguien más, no puede evitar pensar cuando cambio todo, no puede evitar congelarse, porque su cuerpo no responde, sabe que está respirando, pero aún así siente que le falta el aire.

—Y-Yuuji, y-yo puedo explicarlo...

Observa hablar a Gojo, ve el movimiento en sus labios, pero es como si estuviera sumergido en el agua y el sonido no llegara a sus oídos y de repente recuerda el anillo, el anillo en su dedo anular izquierdo, ese anillo que se mostraba en su mano con gran orgullo, ese anillo que ahora siente pesado, que se siente asfixiante, entonces Yuuji toma un respiro, uno lo suficientemente grande para tener el valor de hablar.

—Ya basta, estoy cansado de todo esto, sigue viviendo así, ya no me importa.

Y puede ver la sorpresa en Gojo, puede ver en sus ojos que no esta esperando esa respuesta, pero no se va a arrepentir, lo ha hecho y no dará un paso atrás.

Es por eso que toma lo poco que queda de él, porque de repente Yuuji se siente pequeño, no se siente como una tormenta, se siente como si la mínima brisa en su dirección lo pudiera quebrar y no se reconoce, no sabe que ha pasado, no sabe cómo ha podido cambiar tanto, no sabe cómo ha dejado que Gojo lo despoje de tanto.

Aún así se arma de valor y recoge todo lo que queda de si mismo, incluso si sólo son fragmentos rotos y da el primer paso, sale de la habitación, sin reclamos, sin esperar una respuesta.

—¡Yuuji! Espera Yuuji, puedo explicarlo, solo dame una oportunidad, h-hablemos, por favor Yuuji, n-necesitamos hablar.

—No, yo ya no tengo nada que decirte.

No lo hará, Yuuji no retrocederá, porque está cansado de hacerlo, está harto de dar mucho más de lo que ha recibido y es por eso que toma la decisión, una que probablemente le dolerá y lo derrumbará, pero esta decidido y ya no tiene mucho que perder, pero si tiene poco que salvar, por eso voltea, voltea una última vez antes de abandonar lo que sea que haya tenido con Gojo.

—Ten, es tuyo, te devuelvo el anillo, yo no lo necesito, ya ha dejado de significar algo para mi

—Y-Yuuji, por favor, espera, no hagas esto, aun podemos arreglarlo, aun podemos ¿si?

Sin embargo, incluso si Yuuji está en piloto automático,no va a ceder, porque sabe que si voltea, no podrá irse, si voltea no será capaz de salir, por eso no lo hace, por eso toma el pomo de la puerta del apartamento y abre, de repente el aire se siente un poco menos agobiador, entonces avanza, avanza y no voltea atrás, dejando sus recuerdos, su cariño y su amor por Gojo, avanza y no deja de hacerlo.