Esta historia se ubica en una de las mejores calles residenciales de un lugar de Miraflores. A lo lejos vemos que alguien llega en motocicleta, es joven , tiene el cabello semilargo, un piercing en la nariz y varios aretes en la oreja derecha, su vestimenta es totalmente negra. Está llegando a su casa con una firme decisión. Hace algunas semanas ha culminado el colegio y a la vez a cumplido los dieciocho años.
—¡Por fin se acabará toda esta mierda! — Entraba pateando uno de los maceteros de madera que se encontraba en la puerta.
—¡Hermanito del infierno! ¡Estamos de sorpresas! Espera para traer la Go Pro para trasmitirlo en directo — Con la misma ironía de siempre su hermana le respondía.
—Eres una estúpida, si estuvieras apoyándome todo sería diferente aquí. Tan rápido te olvidas que tenías alguien que de verdad se preocupaba por nosotros — y las lágrimas comenzaban a salir como un manantial natural.
—Hoy no Rick ¿comenzarás de nuevo con tus revoluciones? Tengo una jaqueca imparable. Creo que siendo el nuevo compromiso de su padre me deben algo respeto. Esta casa es como si fuera mía, deja de estar gritando y exprésate. Lo digo en buena onda Darling — Se majea su cabeza y luego se acomoda la bata.
— ¡A la mierda con tu jaqueca! ¿Dónde esta Manuel? ¡Manuel! Seguro ya lo tienes experimentando en ese cuerpo. No te confíes mucho que pronto te engordarás y te mandará a la mierda como todas las que han intentando sacarle algo — Era su rabia incontenida la que le hacia decir cosas para hacerla sentir miserable.
—¿Qué mala onda eres Rick? Yo que te quiero como un hijo. Y me tratas como una puta cualquiera. A tu padre lo he tratado como todo un hombre de casa, con mis secretos de mujer. Cosas que tú nunca entenderás. ¿Cuándo has tenido un amor? ¡Nunca! ¿Cuándo hemos conocido a alguien que tú quieras? ¡Nunca! Entonces, no jodas. Ese es el problema que crees que el amor es solo para ti — Y le clavaba la mirada para dejarla en ridículo delante de su hermana Sheridam.
Ahí estaba esa familia enfrentada por cosas que no tenían sentido a primera vista. Sin embargo Manuel demoraba en salir de la ducha.
—Ya quisieran sangronas. Lo único que les interesa del viejo es su plata, su casa y sus negocios. Y tú moverle el culo. Anda mírate ese culazo que tienes, ¿no crees que eso es lo único que le interesa al viejo? — La jalonea de un lado a otro.
—¿Tanto interés tienes por esto? Solo míralo, que es tu padre. Ya deja tu machismo ridículo darling. Saquemos las banderitas de la paz. Destapemos un vino y brindemos por todo lo que tu padre te ha tapado ¿Qué crees? No sabré de las cochinadas que haces en la calle— Se acerca donde los vinos y saca uno.
—¡Hermanito infernal! ¡Baja tus revoluciones! Estamos cruzando la frontera y puede salir caro— Sacando unas copas del mini bar que se encuentra en la sala de recepción.
—Darling escucha a tu hermana y seamos civilizados. Es un gasto mental y la energía no fluye dentro del espacio donde estamos. La técnica del Feng Shui dice que la energía debe fluir—Destapa el vino y comienza a servir las copas.
—¡Calla mierda!
—Darling, eso no te puedo permitir— Lo empuja hacia el sófa.
—¿Qué pasa aquí? ¿Por qué empujas a Rick? Déjalo al muchacho. Y esas caras ¿estamos en un velorio?¿ O es un entierro? ¿a quién se la han enterrado?— Se comienza a reír de su broma de segundo sentido.
—Amor, algo pasa con Rick está demasiado intenso. Incluso hasta violento.
—Hijo ¿Qué ha pasado?¿Ese vino es por..?
—¡Alto! Viejo he venido para pedirte algo. He recorrido tus pedidos día con día, y ahora que soy libre deseo vivir fuera de esta casa.
—Pero, hijo ¿Cuál es tu apuro?
—No siento, que tenga una familia verdadera.
—Pero, ¿Qué te hace pensar eso?
—Acaso no es evidente ¿Cuándo será el día que respetes a nuestra madre?
—Ella está muerta, enterrada, sin vida.
—¿Y eso es una justificación?
—Andas en unas ideas que de verdad ya ni quiero contestarte.
—¡Entonces vete a la mierda viejo cagón!
—Me largo y punto. Sigue comiéndote a tus mujeres. El día que de verdad quieras a tus hijos. ¡Búscame!
—Me largo — Toma sus cosas y se va de la casa.
—Eso sí, ahora que te vas olvídate que tienes una herencia y ni pienses regresar.
—¡Vete a la putasumare!
Sale de la casa con una mochila, se sube a la moto y se va sin rumbo.
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Te amo y te odio
RomanceRicardo es el chico rudo de un vecindario de clase media alta. Ha terminado la escuela y ha decidido vivir una vida alocada en Lima, desea descubrir lo más lúgubre, sin embargo en ese camino de destrucción caerá en los brazos de una chica influencer...