Vino de boca a boca
Guía Peñín - Presentación DO5 HISPANOBODEGAS. Madrid 29/11/12
El buen vino siempre pasa de boca a boca.
Anónimo
El mundo
El mundo ha cambiado mucho en los últimos años. Antes, un consumidor iba a una bodega, compraba la botella que quería, que le sonaba o que le recomendaban y se iba tan feliz a su casa. O bien se compraba una guía (por ejemplo, la Guía Peñín lleva mucho tiempo en el mercado) y hacía caso de las sugerencias de quién la escribía, confiando en que sus gustos personales fueran parecidos a los del catador, o al menos confiando en que el catador pudiera valorar los vinos desde un punto de vista general, es decir, estrictamente técnico.
Hoy en día esto es así en mucha menor medida que antes. Ahora existe la Red (con mayúscula), existen las páginas web, los blogs, las redes sociales, y todo ello enmarañado en una tela de araña que al final compone una Opinión (con mayúscula) que salta de lugar en lugar y que llega en instantes a decenas, miles o millones de potenciales consumidores. Ni la mejor guía de papel soñó nunca con nada parecido.
¿Quién tiene ahora algo importante que decir en el mundo del vino?
Salvo excepciones conocidas, nadie en concreto, y todos. Quien ahora habla es el ser superior formado por todas las personas que tienen intereses en ello: productores, técnicos, distribuidores, vendedores, compradores, críticos… Todos interconectados como neuronas formando un pensamiento común, desarrollando opiniones comunes, tomando decisiones comunes que se transmiten como impulsos nerviosos, de axón a axón, en un boca a boca imparable que se extiende a través de toda la Red. Sin embargo, y aunque esto sea cierto, lo que hay al final del recorrido son personas individuales, algunas de las cuales, desde el pequeño huequecito que ocupan en la Red, contribuyen a mover ese inmenso bazar de compra-venta que forman todos los consumidores, mediante el simple hecho de experimentar, escribir y trasladar a los demás sus experiencias.
Y en este mundo en el que el consumo es la energía que lo mueve, hay quien ha sido consciente de ello.
Live tasting: encuentros con blogueros
Hace unos meses Guía Peñín me sorprendió con una propuesta que, para mí, era del todo novedosa, pues no me consta que nadie en este mundo del vino estuviera haciendo nada parecido: realizar una presentación de su propia empresa (Guía Peñín y sus empleados) dirigida específicamente a los blogueros.
Un bloguero (blogger) es una persona que escribe un blog, o bitácora, o especie de diario, a título personal, sobre un tema en particular de su gusto o predilección. En el caso que nos ocupa, el vino. Pero, en mi humilde opinión (aunque haya quien diga que mi opinión nunca es humilde) un bloguero, por mucho que sepa sobre el tema, sea experto o solamente entendido, es ante todo un aficionado. Es decir: alguien a quien nadie le paga (ni salario ni en especie) por analizar, opinar, escribir, divulgar; alguien, resumiendo, que no vive de ello, aunque pueda tener los conocimientos y experiencia para ello. Por otro lado están los profesionales. Estos obtienen una remuneración por su trabajo, se ganan la vida con ello y, aunque lleven blogs, no se les suele llamar blogueros, sino periodistas especializados.
Blogueros los hay a millones, cada uno hablando de lo que le viene en gana del modo en que le viene en gana. Cada uno lo hace como quiere y cuando quiere. Libertad total. Y cada lector, igualmente, selecciona y lee lo que quiere en función de sus propias y personalísimas preferencias, o de la más pura casualidad. Pero la importancia que un bloguero, considerado individualmente, puede tener en cualquier campo es nula. Su fuerza es la que le confieren los demás. Como hay muchos, esa importancia crece en función de las conexiones que haya entre ellos, y la Red facilita muchas conexiones.