Capítulo 18: Si tan solo fueras tú...

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- Hey...oye...tú...

Fuutarou sintió una pequeña vocecita a su alrededor, como si aquella tratara de llamar su atención a toda costa. De un momento a otro sentía que aquel murmullo provenía del frente, de su atrás, por su derecha, por su izquierda...

- Hey...por favor...

Pero por alguna razón, esta no le molestaba. Aquella voz se sentía tan cálida, reconfortante y dulce. Era como si la voz de un ángel intentara empezar una plática amistosa con él. Al sentirla, le nacía el deseo de responder a su llamado. De quedarse en el lugar en el que se encontraba en ese momento.

Flotando

En medio de la nada.

- Con ese tono de voz solo lograrás de que siga durmiendo... - apareció de pronto un murmullo - tenemos que despertarlo antes de que comience la hora del almuerzo...

Fuutarou se sentía como si fuera un pez. No como esos peces que son atrapados fácilmente por los pescadores, aquellos que por comida caían en su propia perdición. Sino como uno que flotaba en medio de la profunda oscuridad, sin un destino marcado, simplemente con ganas de sentirse...

Libre.

¿Qué había pasado? ¿Dónde se encontraba en esos momentos? ¿Qué eran aquellos murmullos que escuchaba tan distorsionada mente?

Eran preguntas que él quería cuestionarse, pero al mismo tiempo no quería.

- Oye...tú...

Por alguna razón, aquella segunda voz si la logró escuchar muy bien. 

- DES-PIER-TA!

Entonces, sintió como si una mano lo cogiera del lugar en donde se encontraba y lo sacara rápidamente hacia la superficie. En cuestión de minutos, segundos, microsegundos.

Se sentía como un sueño.

Al instante, Fuutarou despertó de sobresalto. Transpirando fuertemente, empezó a mirar hacía todos lados, totalmente confundido. 

Con solo mirar el ambiente, se notaban que ya eran más de las 6 de la tarde.

- Puff, hasta que al fin despertaste...

- ¿Eres Uesugi-kun, cierto?

El pelinegro giró su cabeza hacía el origen de aquel par de voces. Por alguna razón, inconscientemente, se tocó su mejilla izquierda. Sentía un ardor con tan solo acercar su mano.

A un lado se encontraba una chica alta. Llevaba en uniforme de la escuela junto a una chaqueta de color celeste. Tenía el cabello de color naranja, lentes de color blanco y una banda en su brazo derecho de color rojo. 

A su derecha, se encontraba una chica de una estatura menor. Tenía el mismo uniforme que la primera chica, pero no llevaba abrigo alguno encima. Su largos cabellos rulos por poco tocaban el suelo, si no fuera por el pequeño sujetador que llevaba encima de su cabello marrón. Un par de ojos celestes apuntaban fijamente la libreta que llevaba entre brazos. De la misma forma, una banda roja colgaba de su brazo derecho.

Eso solo significaba una cosa. Ambas pertenecían al consejo estudiantil.

- Esto... - la chica de lentes intentó llamar su atención

- ¿Donde...estoy? - respondió él, tocando la parte posterior de su cabeza.

La chica de rulitos continuó escribiendo sin parar sobre su libreta. Parecía concentrada y algo fastidiada. Se notaba que aquello era algo realmente importante para ella. 

The Day I Met a Shy Girl...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora