6. Recuerdo V: dos corazones destrozados

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Pase una semana borracho hasta que Naruto me ayudó a levantarme, cada día llore su ausencia, cada día llore por cada cosa que nunca le dije.

Me tomó dos semanas y 5 kilos menos darme cuenta que así no resolvería nada, las vacaciones comenzaron y cada cosa que hablamos y planeamos se esfumo con el alcohol y mis locas ganas de volver el tiempo atrás..

Hice una especie de ritual en torno a ella, cada día fui a su casa sin tener respuesta, cada día dejé una flor en su puerta con una nota de disculpas, pero ella nunca contentó mis mensajes y llamadas, nunca me mostró sus ojos verdes otra vez.

Después de un mes su padre salió con una mirada triste, le supliqué que me dejara verla, pero él solo me miró con lastima y dijo que ella se había ido de vacaciones con sus amigas..

Planee todo el verano la forma de decirle cada cosa que nublaba mi mente, de enfrentarla y pedirle perdón.

Pero cuando las clases comenzaron la esperanza de que esa dulce chica volviera a mi se esfumó.

Sakura volvió.. pero ya no era mi chica.

La dulzura que la caracterizaba se había ido, la chica que vi no era ni la sombra de mi alegre chica.

Su cabello estaba corto, el uniforme que alguna vez fue discreto ahora se burlaba de mí mostrando la suavidad de sus curvas, su mirada era fría, penetrante.

—Sakura.. -le dije-

Me había esquivado por dos semanas, su cuerpo se tensó cuando mis ojos se posaron en los suyos.

—apartarte de mi camino Uchiha.

Me lo merecía, tenía eso tan claro en mi mente pero aun así dolía..

Ella nunca me hablo, la vi sonreír con otros, la vi coquetear y besarse con idiotas.. ella se había vuelto como Ino y Temari, mi corazón destrozado no podía asimilar lo que había hecho, la había jodido, la había transformado en alguien que sabía que ella odiaba.

Volví a ser el chico frío y cruel, ese a quien las chicas se le lanzan encima.

No soportaba verla en brazos de alguien más, dolía tanto, era un dolor permanente en mi pecho que amenazaba con destruir todo de mi.

En casa me permitía llorar y golpear todo, yo había golpeado a cada idiota que había puesto sus manos en ella, me odiaba por no dejarla de querer, me odiaba por que a pesar de saber que ella reía no la quería así, la quería conmigo.

Era egoísta, era un maldito bastardo pero este amor se estaba saliendo de control..

Me metí en miles de problemas, pase de borracheras a mujeres por doquier, pero nunca eran esos ojos verdes los que me miraban cuando se corrían, nunca era su voz la que se gemía.

Estaba tan jodido que la busque en las fiestas, pidiéndole que me escuchara, pero sus ojos vacíos siempre me enviaban a la mierda.

Fueron meses de no dormir, de no estar sobrio y de ser solo un alma muerta que caminaba de forma mecánica.

Mi corazón lo tenía ella, lo estrujaba en sus manos y el dolor crecía cada día.

Pedí mi traslado y me cambié de colegio, era el último año, pero quedaban meses y yo ya no podía soportarlo.

Dejé una nota en su casillero antes de irme, un simple "te amo" que quizás quemo, pero era la cruda verdad de mi existencia.

Superar a esa chica no fue fácil, no fue un año fácil, poco a poco recupere un poco de mi viejo yo, Naruto evitó hablar de ella y de su innumerables conquistas, solo éramos los viejos amigos, me refugié en brazos de chicas nuevas cada día, logré bloquear esos ojos verdes de mi mente y resignarme.

Entre a la universidad con mi corazón frío y la mente calmada, cada cierto la recordaba, en mis meses de dolor le escribí cartas, le expliqué todo lo que sentía, pero jamás las envié, las dejé olvidadas en algún lugar de mi habitación, me convencí que jamás volvería a dejarme llevar por nadie, que no están hecho para entregar nada a nadie, que solo podía conseguir breves momentos de desenfreno en las piernas de alguna hermosa chica.

Pronto mi reputación fue conocida por todos en el campus, tuve a todas las mujeres suplicando por estar en mi cama, Naruto y Neji solían hacer apuestas sobre mis conquistas las cuales no duraban más de una semana.

Soy un jodido hijo de puta como mi padre.. y por eso jamás volví a llorar.

Olvidé cada cosa de esa chica, aprendí que mientras más la boqueaba de mi mente más normal me sentía, por mis estudios jamás me preocupé por que siempre me fue bien, destaque en ellos, en los deportes y en las fiestas.

Tenía la vida que cualquier universitario añoraba.

Deseado por las chicas, enviado por los idiotas..

Pase mi primer año de universidad rápido y entre risas y fiestas aprendí a soportar lo que en mi interior luchaba por salir.

Cada verano nos íbamos de viaje, Naruto y Neji sabían que no me gustaba pasar el verano en konoha, lo evitaba como veneno y este no sería diferente.

La playa y las olas siempre nos esperaban, nos íbamos a Australia a surfear, era como un rutina imperdible.

Mi segundo año empezó desenfrenado, teníamos más fiestas que antes, más chicas nuevas y más idiotas adictos al alcohol, pero no fue ahí donde la vi.

Fue cuando me senté bajo un árbol tratando de concentrarme en mis lecturas obligatorias cuando un destello rosa me hizo levantar la cabeza, ella estaba ahí.. aun más hermosa que la última vez que la vi, aun más radiante y alegre.

Su cabello volvió a estar largo, sus curvas ahora eran más que sugerentes, los años la habían transformado en una belleza irreal.

Sus ojos verdes buscaron en medio de todo, como si se sintieran atraídos por los míos, la vi abrir la boca con asombro y sus mejillas se sonrojaron cuando me vieron, en mi pecho brotó una alegría verdadera, no esa adormecida que me sacaba el alcohol.

Le sonreí y ella siguió mirándome con una clase de asombro y nostalgia, quise levantarme y abrazarla tan fuerte.. mis piernas actuaron antes de que les diera la orden y ella sonrió, vi que sus piernas se movieron con inseguridad y cuando pensé que al fin podría decirte todo lo que tenia reprimido una voz masculina la llamo por su nombre.

Ella miró en dirección contraria a mi y un pelirrojo de ojos verdes la estrechó en sus brazos como yo había ansiado hacerlo todos estos años.

Ella me miró con tristeza y él la besó.. yo recogí mis cosas y me fui..

¿Que esperaba, que me perdonara? ¿Que estuviera esperando por mi? ¿Que se lanzará a mis brazos?

Fui un estupido a los 17 años.. no pensé como un adulto por que aun no tenía la madurez para eso, hice algo que aun duele, algo que me persigue cada noche, por que recuerdo sus ojos tormentosos mirándome con tristeza, por que recuerdo sus llantos y la forma en que se fue..

No fui bueno para ella.. no fui lo que esperaba o merecía, pero yo la quiero, he tratado de negar esa verdad cada día, pero duele..

Por que ella alguna vez fue mía, por que tuve la pureza de su amor y se que jamás la tendré de nuevo..

Y la amo tanto.. la añoro tanto por que ella es irreemplazable..

Ella siempre será mi otra mitad.

IrreemplazableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora