𝐂𝐔𝐄𝐑𝐕𝐎 𝐄𝐍 𝐂𝐄𝐋𝐎 彡 𝗙𝗮𝗿𝗰𝘂𝘀

CUERVO EN CELO

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Fargan paro al lado de un árbol que le proporcionaba sombra antes de contestar el celular que sonaba insistentemente. Lo tomo y contesto la llamada.

— F-fargan...

El gemido pronunciando su nombre lo hizo tragar saliva, reconociendo perfectamente aquella voz baja y tranquila.

— ¿Estás bien Focus? No suenas bien, ¿Estás en peligro? — Atinó a preguntar rápidamente, casi desesperado por la respuesta.

Escuchaba la respiración agitada del otro lado, y se mantuvo de esa manera unos segundos. — Lo estaré si no vienes a ayudarme con el celo que tu me provocaste.

— ¿Disculpa?

— No soy tonto, Fargan. Se que esto lo hiciste tu, y vendrás a hacerte cargo o tendré que buscar a otro híbrido que me ayude. — Decidido, Focus corto la llamada tras lo dicho, a sabiendas de que esa provocación haría reaccionar a Fargan automáticamente.

Tan pronto como la llamada fue cortada del otro lado de la línea, Fargan tardo unos segundos antes de que comenzará a recoger sus cosas ante las atentas miradas de sus compañeros ante su repentina retirada.

— Tío, ¿Todo bien? —. Se animó a preguntar Auron.

— Focus entro en celo por mí culpa — Explico como si fuera lo más normal, mientras se aseguraba que las últimas herramientas estén guardadas correctamente en su inventario. Sintió las miradas en su espalda, y recordó que ellos probablemente no conocían como funcionaba la vida sexual de los híbridos. — Oh, cierto, ustedes no lo saben... Entre machos también suceden celos, aunque pasa rara vez, y generalmente es causado por las feromonas de otro macho...

— ¿O sea que tu pusiste a Focus así a propósito? — Pregunto está vez ocho, tratando de seguir la información recibida. Auron lanzó una pequeña risa por eso, la situación le parecía surrealista a estas alturas.

— Podría decirse, si — Admitió con una sonrisa traviesa dibujada en sus labios, volteo a ver a sus compañeros. — Bueno, creo que tengo que irme, entre más rápido mejor, ¡Los veo luego!.

Se apresuró a saltar de aquella meseta, dejando a sus compañeros de exploración aun consternados por la situación. Tenía suerte de no haber hecho un recorrido largo aún, y eso significaba que no tardaría mas de unos minutos en llegar a la casa que compartía con el cuervo. Estando ansioso por llegar a su destino, desplegó las fuertes alas marrones a cada lado de su espalda, para luego tomar impulso y alzarse por los aires, tomando vuelo hacía al lugar con el objetivo de llegar lo más rápido posible. 

Luego de unos minutos, finalmente aterrizó perfectamente delante de la puerta de la residencia, y tan pronto como sus pies tocaron la tierra guardo sus alas detrás de su espalda donde permanecían la mayoría del tiempo, excepto por circunstancias urgentes como la actual (Claro, follar con Focus era muy urgente para el, ¿bien?). La puerta se abrió luego de que introduciera el código correspondiente como si se tratara de su propiedad, y apenas como tuvo acceso al lugar, un olor delicioso lo golpeo repentinamente. Aspiró el olor como si fuera la primera vez que lo hacía, cayendo encantado como todas las veces desde que lo sintió por primera vez en el instante que conoció al cuervo, un olor dulce similar al caramelo adornado de una amargura que le hacía recordar al café, uno suave, una perfecta combinación que no se cansaba de probar. 

Cerro la puerta detrás de si, camino un poco por el lugar buscando algún indicio del pelinegro. Unos segundos pasaron para verlo en el marco de su habitación, apoyado débilmente sobre la madera y pequeños temblores en su delgado cuerpo.