Necesitaba confiar en alguien

50 5 2
                                    


|5|

SKYLER

Siempre me sentía de la misma manera antes de presentar cualquier examen. Era una mezcla de nerviosismo y creer que no era autosuficiente. Que quizá me había equivocado al estar en ese lugar.

Pero eso se remontaba no solamente a hace un par de años, sino a toda mi vida, desde que era un pequeño niño. Tal vez sacaba siempre buenas calificaciones pero eso no aminoraba ese extraño sentimiento.

Sí, amaba mi carrera, me encantaba el trato con pacientes, aunque había algo que no me producía. Tranquilidad.

La misma que tenía cada vez que sacaba la vieja guitarra que me había regalado el abuelo. La misma que utilizaba para cantar para Edén cada noche cuando despertaba en medio de la madrugada a causa de pesadillas; aquella guitarra era la única que lograba que me perdiera por un momento entre acordes y rasgueos.

Aunque cada día, la última fecha en que había tocado se volvía más lejana.

—¿Qué tal el hospital? —me preguntó el profesor al darle mi examen frente a su escritorio.

No me había volteado a ver, se mantenía ocupado, acomodando los papeles sobre la superficie.

El profesor Antonio Cervantes tenía el rostro demasiado largo, su barbilla era bastante picuda. Era un hombre de mediana edad que escondía su mirada taciturna debajo de un par de anteojos ovalados.

—Eh, bien —respondí. El hombre siguió en lo suyo pero me miró por encima de los marcos de sus lentes, bajando el rostro levemente. Como si se hubiera dado cuenta de que algo no estaba del todo bien —. Bueno... Masomenos.

—¿A qué te refieres? —preguntó de manera intimidante.

Ajusté la correa de mi mochila para tomar unos segundos de tiempo antes de hablar nuevamente.

—Tengo una nueva paciente —dije. Algunos compañeros solían consultar a los profesores cuando tenían alguna duda sobre algún caso. No era que yo estuviera ajeno al tema, pero era la primera vez que atendería a una paciente con dicha patología. Y no quería echarlo a perder. El profesor Cervantes me dió incapié con la mirada para que continuara —. Ella tiene Guillian Barré, estoy un poco preocupado por su recuperación.

—Lo imagino —habló y por primera vez adoptó una postura que me hacía saber que sí estaba atento a lo que le estaba diciendo —. El proceso de rehabilitación neurológica puede ser tardado.

Dijo con tranquilidad, como si tuviera todo el tiempo del mundo.

—Lo que sucede es que ella es estudiante foránea, se encuentra aquí haciendo una licenciatura en piano.

El profesor abrió ligeramente la boca, como si fuera a decir algo. Pero en lugar de ello se quitó los lentes y masajeó ligeramente el puente de su nariz.

—Vaya, no imaginé que sería alguien tan joven. Y mucho menos su situación. Entiendo tu preocupación.

Me sentía un poco culpable porque le había prometido a Renée que podía ayudarla, que aquello era reversible. Pero jamás le había dicho a qué grado y si podría tener alguna secuela. Le había mentido un poco para hacerla sentir mejor, para darle una esperanza sobre su recuperación al cien porciento.

—Me gustaría creer que su recuperación va a ser exitosa; sobre todo porque sé que su mayor preocupación es regresar a tocar.

El profesor respiró profundamente ante mi comentario.

—Debes entender —habló —, que muy posiblemente esta chica de la que me estás hablando quedé con secuelas; como podría también presentarse el caso de que se recupere casi en su totalidad.

El Silencio de Sky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora