Cuenta la leyenda que a Stacia, la diosa de la vida y la creación, a diario se le encomendaban muchas parejas con la intención de que, por medio de su gracia y benevolencia, pudiera otorgarles su bendición para así unirse en sagrado matrimonio.
Así pues, la diosa, con su porte regio y elegante, atendía sin ningún titubeo las súplicas de su pueblo, puesto que si había algo que la hacía sentirse dichosa, era ver el lazo de amor puro que compartían dos seres.
Sin embargo, y pese a que ella se había ocupado de bendecir infinidad de uniones durante tantos años, se cuestionaba si aquel sentimiento que a diario se encargaba de consentir, era ajeno a su propio ser.
Hasta que lo vio. Un día en el que había decidido darse un momento de ocio de todas sus ocupaciones como deidad, vagó por el bosque aledaño y entre la espesura de los árboles pudo distinguir una figura algo escondida, como esperando el momento oportuno para salir.
La figura de aquella persona resultó ser la de Kazuo, un joven y apuesto cazador de vida errante, pero con un corazón puro y libre de malicia que se hallaba a la espera de su nueva presa.
Stacia se enamoró inmediatamente de él.
Repentinamente dejó de frecuentar sus lugares favoritos y comenzó a delegar sus deberes como diosa a sus hermanas Solus y Terraria, generando el enfado de Vector, dios de la oscuridad, quien desde el inicio de los tiempos, se hallaba encandilado por la belleza de la diosa.
Stacia llegó a preferir la compañía de Kazuo sobre cualquier otra actividad y éste, quien conocía muy bien el origen de aquella hermosa mujer, debido a su semblante divino, al principio rehuía a los acercamientos que la diosa procuraba.
Después de todo, ¿quién era él para atreverse a posar su mirada, siquiera en la sombra de la magnánima diosa Stacia?
No obstante, aquella barrera que el joven cazador había impuesto entre ambos, fue derribada gracias a la insistencia y al carácter dulce y modesto de la divinidad.
Comenzaron a pasar tanto tiempo juntos, que era imposible no percibir el sentimiento que iba naciendo. Ante esto Solus y Terraria sentían un gran gozo al ver a su hermana tan radiante y llena de vida. Por el contrario Vector, quién experimentaba un creciente odio, al ver como un simple y sucio mortal había conseguido con tanta facilidad, lo que a él le fue negado infinidad de veces por la misma Stacia.
En contraste con esto y ajeno a todo pensamiento negativo, Kazuo aún seguía con sus actividades de cacería, jamás tembló ante la presencia de los grandes animales que moraban en el bosque, después de todo, era su labor y necesitaba hacerlo para traer alimentos a su boca.
Cierto día, Vector ya hastiado de ver a su diosa en manos de aquel molesto cazador, decidió actuar en pro de sus deseos. Aprovechó la afición del joven por la cacería y la ausencia de la deidad.
Se transformó en jabalí de gran tamaño y se acercó lo suficiente para que el cazador lo viera, éste arrojó un venablo, una lanza corta que usaba para la caza e hirió al animal en las costillas. Pero la feroz bestia consiguió arrancar el arma con los dientes y se lanzó en persecución de su cazador.
Kazuo corrió tan veloz como sus piernas le permitieron, sin embargo, su destino estaba escrito: el jabalí le dio alcance, hundió sus colmillos en la piel del desdichado y lo dejó, despedazado, tendido sobre los pastos de la llanura.
Ante lo hecho, Vector volvió a tomar su forma humana y entre sonrisas cargadas de malicia y el dolor, producto de la herida ocasionada por el venablo de Kazuo, se perdió entre las sombras, satisfecho por haberse deshecho de su rival.
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Wind Flower
Historical FictionEste fic pertenece al último día de la KiriAsuweek2021, con temática "Libre", espero disfruten de la historia.