Capítulo 52: El Espíritu

4 0 0
                                    

Mis nuevos oponentes tenían toda la certeza de ganar, más era normal al tener cantidad y calidad de su lado, mientras que yo estaba sola sin nadie a mi alrededor, solo el sonido del aire y las plantas en todo su esplendor. El primero que caminó fue Himejima, pero andando lentamente daba sentimiento de estar tranquilo, era obvio por su nuevo nivel pero que no ser de Izanagi, prácticamente no serían rivales para mí, o al menos eso esperaba. Cada vez más se acercaba, quería hallar alguna forma de ganar pero se veía inútil, todo intento que hiciera sería interceptado por Kyoko, mi supuesta tía o el afamado Gyomei por el sonido de sus oídos y reacción casi instantánea, ¿qué se supone que harían Kanae o Shinobu en estos momentos? 

--Quietecita, ¿eh? Se supone que deberías ser más fuerte después del tiempo que has entrenado, pero me decepcionas, no eres más que una imitación de mi tía. Ahora… ¡sé eliminada!--Se burló Kyoko soltando a través de su cuchilla otro arco de sierras lunares, pero decidida en actuar suspiré un poco tratando de pensar en un plan para evadir y atacar sin ser afectada por la diosa cósmica.

--No es así prima, más bien ya lo sabía. Soy consciente que el poder de una semidiosa como yo no es suficiente para dominar tales habilidades en su totalidad, hasta Kanae o Shinobu lo hacen mejor que yo. Sin embargo… si hay algo que puedo hacer, es usar el poder divino a mi antojo. Aliento Forestal sexta postura: Árboles Peligrosos.--Añadí sin más para saltar a la vez que traspasaban las lunas y en su lugar lancé seis cortes aéreos entrelazados que gracias al viento fueron empujados contra el suelo justo el lugar donde se encontraban las dos seres divinos de forma veloz, en el que se agregó un tajo vertical en llamas por parte del poder divino solar que envolvió el campo en llamas. 

--Respiración y poder divino, dos elementos completamente distintos pero a la vez se complementan, interesante. Kaede, te han entrenado bien, tienes mis respetos. No obstante también es ridículo lo que intentas que hacer, deberías conocer bien que entre una diosa y una semidiosa la diferencia es abismal.--Corregía la diosa mientras caía en el suelo, pero entonces recibía un impulso de Himejima a plena potencia chocando armas, en el cual empezó a golpear desde distintos lados moviendo su hacha, su martillo, y otras armas a través de la cuerda metálica con gran velocidad. Por mi parte me limitaba a contrarrestar desviando el hierro por movimientos horizontales o verticales, pero claro no llegaba a tocarlos, sino el propio fuego que rodeaba al filo me ayudaba a enviarlos a otra dirección. 

--Eres lista Kocho, pero ya te dijimos que estamos tres. ¡Señora, el plan!--Ordenó Gyomei con respeto y con clara decisión, lo cual no llegaba a entender lo que ocurría. Sin embargo la llave empezó a rodearse de un brillo celeste al notar como una especie de polvos estelares salían de la diosa, con lo que en un instante el pilar había aumentado su velocidad y precisión, al punto que llegó a lanzar su maza y martillo de forma lineal y tuve que evadir su golpe bajando mi cabeza, error que cometí al ser dañada de forma severa por un pequeño corte del hacha que había perforado uno de mis tendones, ¡tan eficaz y poderoso había sido que hasta él sonrió satisfactoriamente! ¿Desde cuándo sentía este miedo que me recorría el cuerpo? 

--Deja que te lo explique Kaede. En primer lugar Amenosagiri nos presta parte de su poder para potenciar nuestras capacidades, o de otra forma Llamada de la Campana, lo que nos hace más fuertes mientras seamos capaces de resistirlo. Nos recomendó que si lo utilizamos sea rápido, y eso es lo que haremos ahora--Finalizó Kyoko para volver a impulsarse y de la misma manera conectar armas, pero la pelivioleta se mantuvo neutral y sólo se dedicó en lanzar ataques continuos y poderosos contra mi espada, cabe destacar que incluso subí la intensidad para hacerme retroceder, demasiado difícil el intentar hacer algo contra ella con tal sucesión repentina. 

--Llamada de la Campana… con una diosa así, es normal que seáis tan fuertes. Aún así tampoco usáis el resto de vuestras fuerzas, ahorráis tiempo y queréis esperar hasta masacrarme por completo, pero no volverá a ser así, no voy a perder y quiero luchar para proteger a aquellos a los que amo. Aliento Forestal séptima postura: Naturaleza Salvaje.--Usaba mi postura de triunfo para que una ilusión de un bosque estuviera cegando sus mentes, incluso para la ceguera podía dislumbrarse a través de sus oídos, con eso podía acercarme a los tres y soltar tres cortes eficaces, o al menos eso era lo que esperaba, la diosa sonrió sin ni siquiera sentirse afectada por mi habilidad. 

La Mariposa Cósmica Donde viven las historias. Descúbrelo ahora