The Fluff House

Compañero enfermo

Advertencia mujer mayor x mujer joven.

El día había comenzado bastante normal, bueno, normal en las Islas Hirvientes, algo parecido a ver demonios y brujas conviviendo entre ellos con bestias más allá de la imaginación mortal de un ser humano, algo a lo que Luz comenzaba a acostumbrarse. 

La mañana la saludó con el viento fresco que logra filtrarse por la ventana, una caricia tan tierna como la que le darías a un niño, una cosa que la chica pudo agradecer antes de levantarse con dificultad.

Dormir fue una hazaña para la joven, los ruidos nocturnos son comunes, sin embargo esta noche fue especialmente molesto seguir escuchando… lo que sea que viva en las cercanías a su habitación, a lo que su cabeza reaccionó con un dolor leve durante las horas oscuras hasta que fue llevada por el sueño.

Todo está pasando factura ahora, sólo la brisa tibia consoló un poco su cuerpo adormilado, recordando las caricias de su madre cuando algún travieso resfrío se atrevió a pasar las barreras de defensa en su cuerpo. Salir de la cama fue difícil en todo momento, incluso cuando su récord fue casi de 10 segundos en prepararse para la escuela, hoy no podría romper esa meta, sus brazos débilmente acomodaron cada prenda en su lugar hasta ser una estudiante de Hexside otra vez.

Al parecer se había levantado un poco más temprano que el resto, aunque sólo lo asume por no logra escuchar si alguien más se encontraba en el piso de abajo, está tan acostumbrada a los chillidos matutinos de King que no puede evitar extrañarlo un poco cuando no lo nota a los pies de su saco de dormir.

Se arrastra hasta llegar a las escaleras, sus zapatos blancos ya están hechos una porquería después de tantas aventuras, pero hoy con su deslizamiento constante tendría que lavarlos en sus días libres.

Finalmente, uno de los gritos de King llega a sus oídos, casi arrepintiéndose de haberlo captado, sólo intensificando el dolor de cabeza que habría jurado disminuir hace poco.

“¡Luz, me voy a comer tu desayuno si no bajas!” el demonio corre hasta llegar a la parte baja de las escaleras, sorprendiendose de la presencia de Luz, quien se obliga a erguir la espalda y dar una sonrisa radiante.

“¡Buenos días, King!” saluda con todo el ánimo que puede reunir, pero sus oídos retumban por culpa de su propia voz, toma nota de ser menos efusiva en un futuro, realmente llega a doler su energía en este momento.

“N-No era en serio” juega con sus dedos mientras ríe nervioso. Ser pillado no era exactamente su plan.

“En realidad podría darte la mitad, si quieres”

El demonio lo tomó como un trato coherente y se abalanzó sobre el desayuno de la humana, alegando haber sido bendecido para servirse medio festín.

La bruja mayor decidió darle un golpecito a King para que deje la comida de Luz en paz.

“Dejala, King” su severidad mañanera es suficiente para que el demonio refunfuñe y se siente junto al plato de la chica.

La joven procede a sentarse con una lentitud impropia, aunque King no cuestiona cuando mete un pedazo de sandwitch (chiste de brujas, si)  a su boca con toda la dulzura que caracteriza a su querida Luz.

“Entonces… chico, te ves extraño ¿Nuevo corte de pelo o algo?” bromea Eda con una sonrisa adornando su bello rostro mañanero, cansado y juguetón a partes iguales “Por qué en serio te ves terrible” su tono animado cae un poco con la afirmación.

“Los ronquidos de Hooty no me dejaron dormir” se excusa con tal de no agregar preocupaciones a la lista de prioridades de su maestra.

Eda encogió sus hombros fingiendo estar bien con la respuesta, aunque en el fondo sabe que tendrá que poner más de un par de ojos en la chica.