Sakura

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Kiriasuweek2021

día 08 tema libre: Historias que nos inspiran. 

La leyenda de la flor del Cerezo








La leyenda de los cerezos en flor comenzó hace cientos de años en el antiguo Japón. Durante la época de los emperadores y los samurái.

Por aquel entonces, los señores feudales libraban terribles batallas en las que morían muchos combatientes humildes, llenando a todo el país de tristeza y desolación. Los momentos de paz eran muy escasos. No terminaba una guerra, ni se acababan de enterrar a los muertos, cuando ya comenzaba una nueva masacre. La nación nunca acababa de establecerse tras tanta perdida.

Pero, por otro lado, existía un hermoso bosque que ni la guerra había logrado mancillar. Estaba cuajado de árboles elegantes que exhalaban un delicado perfume y consolaban a los atormentados sobrevivientes de aquellas batallas. Por más combate que hubiera, ninguno de esos ejércitos se atrevía a afrentar semejante maravilla de la naturaleza.

Sin embargo, en aquel bosque, se levantaba un árbol que nunca florecía. Aunque estaba lleno de vida, en sus ramas nunca aparecían las flores. Por eso se veía desgarbado y seco, como si estuviera muerto en vida. Pero no lo estaba. Simplemente parecía condenado a no disfrutar del milagro de la floración.

El árbol permanecía muy solitario. Los animales no se le acercaban por miedo a contagiarse de su extraño mal. La hierba tampoco crecía a su alrededor por las mismas razones. La soledad era su única compañía y así fue por incontables años.

Pero, cuanta la leyenda, que una de las benevolentes diosas que habitaba los cielos, un día se conmovió al ver a aquel árbol tan triste y solitario

Una noche la diosa apareció junto al árbol y con nobles palabras le susurró al tronco 'Vive'. Estaba dispuesta a ayudarle para que lo lograra. Entonces, pensó una propuesta 'Te dejaré vivir por veinte años' le dijo con ternura, acariciando su corteza 'Durante ese periodo de tiempo, podrás sentir lo que siente el corazón humano. Todo sentimiento que ellos experimenten, también los sentirás tú...' Esperaba que, con eso, lograra emocionarse y así florecer.

Y la diosa agregó además una cláusula importante 'Durante ese tiempo no solo podrás ser un árbol, sino también convertirte en humano todas las veces que quieras. Sin embargo' prosiguió 'Si al cabo de veinte años no logras recuperar tu brillo y lozanía, morirás indefiniblemente'

Y tal como la diosa mencionó, el árbol vio que podía convertirse en ser humano y, luego, volver a ser hierva cuando así lo quisiera. Probó a quedarse un largo tiempo viviendo como hombre, para ver si las emociones humanas le ayudaban en su propósito final. Sin embargo, el comienzo fue una decepción. Por más que buscaba a su alrededor, solo veía odio y guerra, muerte y destrucción, dudando si alguna vez habría de llevar a cabo su misión. Entonces decidía volver a su estado original y se convertía en árbol durante una buena temporada.

Los meses fueron pasando y también los años. Él seguía como siempre y no encontraba entre los humanos nada que lo llevara a librarse de su estado. Pero, una tarde en la que se convirtió en humano, caminó hasta un arroyo cristalino y allí vio a una hermosa joven, de cabellos rojos como el atardecer. Impresionado y atraído por su belleza, el árbol convertido en humano se acercó fascinado a ella.

La joven fue muy amable con él, le contó que se llamaba Asuna y que vivía en un pueblo cerca de aquel bosque al que pertenecía. Para corresponder su amabilidad, él le ayudó a cargar las tinajas de agua hasta su casa. Durante el camino, tuvieron una animada conversación en la que ambos hablaron con tristeza del estado de guerra en el que se encontraba Japón y que como la maldad humana estaba diezmando tantas vidas.

Cuando la muchacha le preguntó cuál era su nombre, al árbol se quedó en blanco. Nunca nadie lo había llamado por un nombre, por lo que no sabía que responder. No quería pasar vergüenza, no delante de ella, por lo que se le ocurrió decirle "Kazuto", que significaba "armonía".

Pronto, los dos se hicieron muy amigos. Todos los días, antes de caer el crepúsculo, se encontraban cerca del arroyo donde se vieron la primera vez, para conversar, y conocerse. Cuanto más tiempo pasaba con Asuna, más necesidad sentía de estar a su lado. Cada vez que se despedía de ella, volvía al bosque contando los minutos para ir a su encuentro nuevamente.

Un día Kazuto no lo soportó más y entre nerviosos balbuceos, le confesó su amor a Asuna. Y no solo eso, también le contó de su verdadero origen; que era un árbol atormentado que pronto iba a morir porque no había logrado florecer como los demás. Ella lo escucho en silencio, quedándose muy impresionada. Pero lo que más le dolió al árbol fue que ella no respondiera a su confesión. Su falta de elocuencia era señal de que no tenía nada importante qué decir a su confesión. En otras palabras, lo había rechazado.

El tiempo pasó en ese ciclo interminable, y el plazo de los 20 años dado por la diosa estaba a punto de cumplirse. Kazuto, que había vuelto a tomar la forma del árbol al sentirse expulsado por su único amor, se sentía cada vez más triste.

Una tarde, cuando menos se lo esperaba, Asuna cruzó el bosque hasta detenerse a su lado. Sin perder el tiempo, lo abrazó con fuerza y exclamó que ella también lo amaba. No quería que muriera, no quería que nada malo le pasara, dijo que sería capaz de entregar su vida con tal de detener aquel hechizo.

Entonces, la diosa apareció de nuevo y le pidió a Asuna que eligiera si quería seguir siendo humana, o entregarse a Kazuto en forma de árbol.

Ella miró a su alrededor y recordó los campos desolados por la guerra. No tuvo que pensarlo, la respuesta siempre estuvo ante sus ojos. Sin titubear, eligió fundirse para siempre con Kazuto. Y se hizo el milagro.

Los dos se convirtieron en uno solo. El árbol entonces, floreció, pequeñas flores como botones de color rojo decoraron sus ramas por centenares. Y durante la primavera, expulsaban al aire sus pétalos, creando una preciosa lluvia de gotas rosadas.

La que muchas parejas de Japón aprovecharían para tomarse fotos, en el futuro, dando muestras claras de su amor.








Si no fue muy elaborado, pero es que tenía que dejarla aquí si o si o ya no participaba. Este año puede escribir bastante y estoy contenta conmigo. El año que viene espero estar mas presente.

Gracias a todos los que han leido mis historias

Leyenda de la flor del CerezoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora