"Yo derribando miedos y tú creando monstruos."
Elena Poe.
Sara.
Me mantengo junto a la puerta. Damián agarra mi mano con sumo cuidado y de vez en cuando sus labios viajan a los míos, dándome un tierno beso.
Mientras mi madre alisa su vestido justo cuando el timbre suena miro al padre Gael acercarse a la puerta, mi madre la abre forzando una enorme sonrisa.
Han visto esas personas que parecen sacadas de una revista de moda. Pues yo acabo de conocer la versión más realista de la familia Adams, solo que con otro apellido, los Peterson.
El señor Peterson, un hombre vestido elegante con un traje hecho a la medida, se ve alrededor de los 50 pero con un aura jovial y demandante. De la mano de su esposa, la cual luce un hermoso vestido rojo y mantiene una sonrisa amable en su rostro.
Trato de poner atención a lo que dice el padre Gael en conjunto con mi madre, quien se dedica a sonreír.
Miro a Damián, quien toca mi hombro disimuladamente, haciéndome girar la mirada hacia mi madre, quien me fulmina desde su lugar, obligándome a acercarme.
- Sara, él es Cross Peterson y su esposa Janet Peterson.
El señor Peterson estrecha mi mano a modo de saludo dándole un apretón amistoso mientras Janet me da un abrazo con entera confianza.
- A pesar de tener años siendo vecinos, por fin podemos hablar con ustedes – dice con entusiasmo.
- Eso es gracias a nuestro señor – susurro.
Su apariencia no influye en nada con su personalidad, su cabello negro cae en cascadas en su espalda, su vestido rojo hace juego con sus zapatos de tacón altos del mismo color y una sonrisa amable en su rostro.
Dejo de detallarla cuando mi vista se dirige hacia sus hijos, quienes me sonríen. Los miro enfocándome en el gran parecido que tienen. Dalton viste un traje negro con corbata roja mientras su cabello rubio oro está perfectamente peinado hacia atrás.
Dexter viste un traje blanco, sus ojos mieles brillan, levanta su mano haciendo que yo la choque y sonríe divertido cuando su madre lo regaña.
Pero mis ojos solo están pendientes de la persona. Que me repara de arriba hacia abajo, da un paso hacia adelante, dejándome ver su cabello negro un poco largo, el cual le cae en el rostro totalmente desarreglado, vistiendo un traje rojo del mismo color que el vestido de su madre.
Lo miro echarse el cabello hacia atrás, al tiempo en el que levanto mi mano, la cual él toma con delicadeza, haciéndome olvidar de todos en la sala. Baja mi guante dejando un casto beso a modo de saludo.
Una falta de respecto a los ojos de mi madre que se pasa la mano por el cabello disimulando su malestar.
Levanta la mirada, dejándome ver sus ojos grises, los cuales me hipnotizan. A pesar de tener mucho tiempo sin verlo, el simple hecho de tenerlo a dos pasos de mí me causaba estragos.
Por momentos como esto me pregunto ¿Qué me atrae más hacia él? Será el hecho de que su lado misterioso me hacía aún más curiosa o solo que su sonrisa de lado lo hacía ver como un peligro para mí. Me inclino más a lo segundo.
Siento a Damián tensarse detrás de mí.
Posa su atención a en mi madre al tiempo en el que veo el piercing en su labio. Este se estira en una sonrisa, dejando a la vista la hilera de dientes perfectamente blancos.
- Señora james – mi madre le da un asentimiento mientras le regala una sonrisa falsa.
Con su mano indica el camino hacia el enorme comedor donde la cena está perfectamente arreglada, todo digno de la realeza.
La razón de esta cena es incierta después que mi madre hablo por dos días seguidos sobre lo irrespetuosa que era la familia vecina.
Ahora está mostrando la mejor de sus sonrisas mientras les indica que tomen asiento.
- Estoy tan entusiasmada de poder pertenecer a la iglesia – Janet toma un sorbo de su copa de vino.
- Alabado sea nuestro señor Igor – Gael toma la copa mientras se pone de pie.
- Por eso le he pedido a nuestra secretaria de cofundadoras, Abigaíl —señala a mi madre— ayuda para poder integrarlos más a la iglesia.
Miro a mi madre tomar su cubierto concentrada en su plato.
—¡Oh, son tan amables! – dice Janet.
- Abigaíl – la llama Gael.
- Perdonen —se disculpa—. Como decía el padre Gael, les ayudaré con todo lo que no sepan sobre la iglesia.
- Sara y yo también nos comprometemos a ayudarles – pronuncia Damián haciendo que yo levante una ceja en su dirección, lo que hace que se encoja en su asiento.
- Gracias, son muy amables- Janet junta sus manos abrazando a su esposo.
Trato de levantar la mirada de mi plato, pero con esos ojos grises puestos solo en mí hacen que mis manos suden y mi nerviosismo salga a flote, me mira como si evaluarme fuera lo más interesante para él.
Él parece notar mis nervios porque ladea el rostro mientras forma una sonrisa burlona.
<<Por Ígor se está burlando de mí.>>
De seguro me ve como una estúpida. ¿Parezco una estúpida?
Mi cabeza es un caos total.
- Sara – mi madre toca mi brazo con sutileza.
- Perdón – susurro con las mejillas calientes de la vergüenza.
- Janet te preguntaba sobre el internado – mamá fuerza una sonrisa.
A este paso le dolerán las mejillas de tanto sonreír.
- Oh, duré 6 años en el internado, creo que fue la mejor decisión de mis padres - miento mirando a mamá.
La cual tose un poco, y termina volviendo a su postura de pura elegancia.
Es obligatorio en Jackson asistir al internado "señoritas de paz" donde doblegan tu voluntad haciéndote dócil y obediente a base de cualquier medio.
Todo con tal de hacerte manejable y que puedas cumplir tus promesas a nuestra religión.
La cena pasa en total silencio, lo que me incomoda conforme van pasando los minutos. Al momento en el que pestañeo, la mesa se encuentra vacía y mi madre está en la puerta despidiéndose a los invitados.
Jaece se acerca a mí dándome un abrazo. El que me toma por sorpresa acerca su boca a mi oído, mandando un escalofrío a mi espina dorsal mientras susurra aquellas palabras que me dejan helada.
- Eres una mentirosa —lo miro en el momento en el que se separa de mí caminando hacia la puerta sin mirar atrás.
Sin mirar el momento exacto en el que me dejo congelada y casi destrozada, ignoro a Damián subiendo a mi habitación.
¿La hipocresía también es pecado?
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A Través De Las Sombras [Sin Editar]
General Fiction"El pecado no está permitido" En el pequeño y tranquilo pueblo de Jackson existe una guerra de poder entre el bien y el mal. Todo debe seguir su curso, las reglas deben cumplirse. Pero que pasa cuando un asesino serial sale a la luz amenazando con s...