Silencio

8 1 0
                                    

-¿Pronto? ¿Para qué?

-Todo a su debido tiempo. Cuando llegue el momento lo sabrás.

Miré hacia el resto de los compañeros que nos miraban de forma atónita. Habíamos visto cómo se consumían muchos y cómo sus gritos desgarradores nos torturaban para saber qué nos deparaba el futuro.

Aún con miedo, observé como cogieron a otro y lo acercaron al fuego. Le pidieron que me observara, pues sería lo último que sus ojos verían. Y, agazapada dentro del fuego, vi como su cara ardía y escuché sus gritos desesperados.

Pedí clemencia por esa alma y por todas, no se merecían aquel trato vejatorio. Ese no podía ser el final deseado para cualquier guerrero. Nuestra muerte debía ser en campo de batalla, no torturados hasta el aburrimiento.

-Pronto llegará tu momento. -Me dijo el Chamán–. No desesperes.

Y tras esas palabras, me encontré rodeada de un silencio absoluto, abrazada por la oscuridad. Una leve brisa de aire fresco fue lo que me hizo reaccionar para volver a respirar.

Las alas de una diosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora