Intenté levantarme nuevamente. ¡¿Pero qué había sido eso?! Busqué a Newén, pero no lo veía. Intenté incorporarme y otro rayo morado cayó cerca de mí.
Quería correr, pero algo me paralizaba. Cada vez que intentaba reaccionar, un nuevo rayo cayó y cada vez más próximos a mi cuerpo. Al final decidí gatear desesperada e intentar encontrar cobijo detrás de un árbol. Parecía que todo había parado. Me puse de pie arrastrando mi espalda por el tronco, no me atrevía a separarme de mi protector. Asomé la cabeza por si veía a Newén, pero solo veía bosque, ya no se escuchaban animales a mi alrededor. Aquel silencio empezaba a inquietarme.
Salí de detrás del árbol lo más sigilosamente que pude y observé a mi alrededor buscando... Realmente no sabía que quería encontrar, pero avancé poco a poco entre los troncos de los árboles. No sabía cuánto tiempo llevaba andando, pero finalmente vi a Newén en medio de un claro.
Aceleré el paso y fui hacia él. Asustada empiezo a correr, pero frenó bruscamente mi carrera.
Estaba a apenas unos metros de él cuando vi que levantaba un brazo y veo que de su mano sale un rayo morado mucho más intenso que los anteriores. Siento que me va a dar de pleno en el pecho, no había marcha atrás. Veía como el rayo se aproximaba a mí e instintivamente crucé los brazos en mi pecho.
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Las alas de una diosa
FantasyLos recuerdos de Alessia Kühn son arrebatados. Se despierta en un bosque, más bien una selva, muy lejos de lo que ella recuerda como hogar. Solo dos nombres son la clave para que los fragmentos de su memoria vuelvan a reconstruirse: Esyre y Newén.