Noté que alguien me sacudía y abrí los ojos.
-Alessia, ¿estás bien? -Miré a Newén que se había girado de lado y sus verdes ojos me observaban.
No contesté, tan solo me perdí en esos ojazos que me devolvieron a los recuerdos de antaño, de ocho años atrás cuando me mandaron allí. "Alessia", volvió a llamarme para captar mi atención. Sí, ese era mi verdadero nombre. Mi verdadera identidad.
-Lo recuerdo. -Mis palabras sonaron en un susurro. -Sé quién soy.
-¿Lo recuerdas? -Los ojos de Newén se inundaron en lágrimas en ese instante y yo asentí.
Él se acercó a mí y me abrazó.
-Soy Alessia Kühn, me mandaron aquí hace 10 años para proteger a vuestro clan de la diosa Esyre. -Me levanté y comencé a andar, a pesar de seguir teniendo la sensación de que decenas de ojos nos observaban–. Recuerdo que el mundo estaba gobernado por cuatro dioses diferentes que representaban los cuatro elementos: Tierra, aire, agua y fuego. Los cuatro gobernaban con armonía, todo fluía, jamás faltó de nada en el mundo, hasta que el corazón de Esyre, la diosa que controlaba el fuego, decidió ir por libre, alterando el curso de los elementos que conforman la naturaleza y, desde entonces, los clanes, leales a los diferentes dioses, se han unido para luchar contra la testarudez de Esyre y recuperar el equilibrio.
-Así es, pero el clan de Esyre consiguió capturarte y su Chamán borrarte la memoria. ¿Te encuentras bien? -Asentí.
En ese momento mis guardianes salieron de su escondite. Recordaba todas sus caras. Al fin podíamos continuar.
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Las alas de una diosa
FantasyLos recuerdos de Alessia Kühn son arrebatados. Se despierta en un bosque, más bien una selva, muy lejos de lo que ella recuerda como hogar. Solo dos nombres son la clave para que los fragmentos de su memoria vuelvan a reconstruirse: Esyre y Newén.