CONOCIDOS

Un golpe curioso.

                                                                 STORMY.

Salgo de mi cuarto hacia el salón bostezando. Anoche estuve estudiando hasta tarde y hoy apenas me mantengo en pie.

— Buenos días. — Rachel se acerca a mí con un café en su mano.—

— Gracias.— le doy vueltas mientras me siento en la isla de la cocina.— ¿No se supone que deberías estar ocupada?

— Me voy dentro de una hora. Por cierto, en el sótano he dejado todo lo nuevo que nos han traído.

—De acuerdo, luego lo miro con Lisa. —digo asintiendo. —Entonces está todo listo para el viernes.

—Sí, el jueves por la noche nos iremos en el furgón como siempre y lo haremos de madrugada.

— ¡Buenos diaaaas!.— grita eufórica Lisa.—

—Joder me dan ganas de asfixiarte cuando te pones a gritar por las mañanas.

Lisa se acerca a Rachel dándole un beso. Me levanto dejandolas hablando de sus cosas y me voy  a mi cuarto con el cafe en la mano. Coloco las cosas de la universidad y me voy a mi cuarto de baño  para darme una ducha.

—¡Hey!.— grita Alex entrando al rato en mi baño y sentándose en el lavabo.—

— ¿No se supone que deberías llamar antes de entrar?.

— Bueno, en esta vida se presupone muchas cosas.— sonrie inocentemente. — Las gemelas no vienen hoy a clase, así que vamos las tres en mi coche.

— A mí me da igual mientras lleguemos puntuales.— salgo de la ducha  y ella me tiende una toalla. — Venga suelta ya lo que me quieras decir.

— A veces pienso que eres adivina joder.— suspira — Ayer intente decirle a Max que quizá lo nuestro no podría seguir, y bueno acabamos discutiendo en mitad del pasillo.

— Este tio es gilipollas. —susurro cabreada.— Parece que quiere que vuelva a tener una charla con el.— la miro secandome.— Cosa que deberias hacer tu en realidad. 

— No, no hagas nada. Sabes que no debemos llamar la atención.— suspira— Ayer al irse, solo  choco conmigo, y se me cayeron los libros. Debo admitir que quise partirle la cara contra la pared pero ya buscare otra forma.— ella mete su corto pelo detrás de la oreja.—

— Tu más que nadie sabe que estos temas son superiores a mi.—suspiro fuerte metiéndome dentro de mis pantalones anchos rotos.— Le doy una semana para que decida dejarte en paz, si no me va a dar igual todo.

— Si en una semana no cambia esto, te aseguro que no necesitare tu ayuda.

Asiento y coloco mi camiseta de manga corta roja por debajo del pantalón. Ella ya está lista, seguro que ha salido a entrenar por la mañana. Alex es en la que mas confio, despues de Rachel. Con tan solo mirarnos nos conocemos a la perfección.

— Por cierto, ya me ha dicho Rachel que el jueves de madrugada salimos.

Asiento mientras me cepillo los dientes y cuando voy a contestar la puerta se abre de golpe.

— Joder que os queda que al final llegamos tarde.— entra Lisa con los brazos en jarra.—

— Oh perdone mi bella dama, ya salimos hacia la corte.— Alex le hace una reverencia y suelto una carcajada.—

— ¿Podéis dejar de entrar en mi cuarto como si nada?. — suspiro y me pongo las lentillas.— Me peino y podemos irnos.

— Vamos, una hora más. Porque para desenredar ese pelo...—se queja Lisa.—

Asiento por en cierto modo es real. Tengo el pelo por la cintura, el problema es que depende el dia parezco el rey leon y otras se queda ondulado, domado.

Salimos las tres y nos montamos en el coche de Alex. Yo voy de copiloto, y Lisa atras. Observo la ciudad callada , suena The Beatles de fondo, hasta que Alex rompe nuestro silencio.

— Bueno, ¿está todo listo para el viernes?.

— Sí, Stormy y yo haremos recuento de los materiales nuevos.

— Por lo visto, el otro día vi en las hojas del pedido que hizo Rachel que hay cosas nuevas.— comento mirando a Alex, y luego a Lisa que tiene una sonrisa de oreja a oreja.—

—Estoy deseando pro...

La frase se queda en el aire cuando un coche se atraviesa en nuestro camino haciendo que choquemos con él.

—¡Joder!-grita Lisa.—

—¿Qué coño?— toco mi cuello mirando a las chicas, para asegurarnos que estamos bien.—

—Oh no puede ser...—susurra Alex saliendo del coche.

Enseguida salgo también acercándome a los tres chicos que se han bajado del coche. Observo el desperfecto que le ha quedado al coche y luego paso mi mirada por esos chicos. 

—Vaya forma de reencontrarnos.— dice el rubio mirando a Alex.—

—¿Os conocéis?.—pregunto ganándome la mirada de los tres.—

—Me ayudaron el otro día a recoger las cosas que se me cayeron.

Asiento y mi mirada se fija en esa persona que me está mirando fijamente mientras que el rubio y Alex se ponen de acuerdo con el porrazo.  Lo miro fijamente, el lleva unas gafas de sol, pero puedo sentir esa mirada en mí. 

—Te llamare entonces y concretamos día y hora.— sentencia Alex de camino al sitio del conductor.—

— Hecho. Un placer y lo siento chicas.— asentimos y nos montamos todos en el coche.—