Capitulo 22

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  • Dedicado a Fernanda Zepeda Osorno
                                    

Capítulo 22

Bueno sé que no es exactamente la mejor forma de enfrentar las cosas…en eso (desgraciadamente) estoy de acuerdo con la reina, pero aun así no tiene derecho de hablarle así a mi mamá.

Sé que debo volver pero estoy realmente feliz de estar aquí.

-¿Feliz? ¿Estás feliz de estar sola y sin nadie? ¿A eso le llamas felicidad?- busqué por todas partes de donde venía la voz pero no encontré.

-¡¿Quién eres?!

-Piénsalo, después de todo él se lo busco…tú le dijiste que parará y él simplemente no lo hizo. Si lo hiciste en defensa propia, sin embargo no debes de repetirlo; usar ese encantamiento es solo como última opción.- fruncí el ceño, ¿a quién? Pues a la voz porque no encontraba a nadie aún –Te puedo enseñar ¿sabes? Puedo enseñarte a controlar todos tus poderes…y te puedo enseñar a ver cuál es tu camino.

-¿Mi camino? ¿De qué hablas?

-Vamos, siempre te has estado torturando con lo mismo. Los desterrados te quieren para volver a su mundo, y tu reina para enfrentarlos; en ambos casos solo hay pelea, pero hay una tercera opción.

-No la hay- lo sabía, ya que sí, me he torturado desde que comenzó todo esto…busque un montón de soluciones para poder evitar una guerra o incluso una mínima pelea pero jamás encontré una solución.

Era de un bando o del otro. Solo así iba a poder terminar esto.

-La hay, solo tienes que saber dónde buscarla.

-¿En serio? ¿Y exactamente donde debo buscar?- comencé a caminar dentro de los árboles del jardín, intentando buscar el dueño de la voz.

-Simple...-se calló o lo dijo y no lo oí.

-¡¿Dónde?!

-Tú sabes dónde está. Ahora ¿quieres que te enseñe a controlar tus poderes? Quieres saber cuáles son tus límites…si es que tienes.

-¿Me vas a decir la respuesta? ¿La tercera opción?

-Debes aprender a ser paciente y sólo así vas a poder descubrirla.

-Genial, lo que menos necesito es la voz de la conciencia- murmuré.

-En definitiva no soy tu conciencia…soy más como tu guía.-

¿Miedo? Para nada. Solo quiero saber de dónde viene la vendita voz.

-¿Te puedo ver? ¿Cómo sé que esto no es una trampa o algo por el estilo?

¡Nada! Dios ¿Por qué no contesta? Bien, tranquila Aria puede que te lo hayas imaginado y simplemente es señal de que debes regresar a casa.

Bueno creo que si estoy sola, regresaré al lago y me quedaré ahí un rato para pensar. Camine de regreso hacia el lago, observando todo lo que tenía a mi alrededor.

Los pájaros en los árboles cantando, un colibrí azul…hermoso. Los enormes árboles con cientos de años encima, las flores en sus raíces, el pasto verde y lleno de vida. Simplemente encantador.

Al salir de los árboles y acercarme más al lago pude notarlo, el o la dueña de la voz. Justo parado en la orilla dándome la espalda, creo que es mujer por su largo cabello dorado, alta como de 1,80 m. delgada y buena complexión.

-¿Disculpa?- susurré, sé que debí hablar más fuerte pero si me oyó desde lejos seguro me oyó ahorita.

-Aria Rochely Nuvola Bounanotte, es un placer al fin conocerte- la voz, es él.

Es hombre, lo puedo notar ahora que estoy más cerca y ¡dijo todo mi nombre!

-¿Cómo sabes mi nombre completo?- aparente tranquilidad pero de verdad no lo estaba.

-Déjame presentarme ¿bien?- se volteó.

¡Oh mi Dios! 

Es…es…es el mismo adonis, no puedo creerlo. Sus ojos verde pasto, sus labios rojos y redondos, carnosos; sus mejillas con un poco de rubor ¿tal vez por el sol? Su piel, perfectamente lisa, clara y creo, no tiene que serlo, suave. Cómo me gustaría poder pasar mi mano por su cabello largo dorado y lacio, se ve tan suave y me gustaría comprobarlo. Y bueno que decir de lo demás.

Su pecho desnudo con un perfecto bronceado, un abdomen completamente marcado y sus bíceps. Sus largas piernas con una notoria evidencia de los muslos debajo de sus pantalones de manta, con los pies descalzos, unos hermosos pies; pero sus ojos y su…

-Si has acabado de observarme, me presentó- juró que me puse rojísima –Soy tu guía, ya nos habíamos conocido. Cuando te encerraste a los cinco años, por lo del pájaro ¿lo recuerdas?- ¿Qué si lo recuerdo?

Creo que recordaría haberlo conocido, en definitiva. Pero si recuerdo lo del pájaro. Cuando tenía cinco años e iba para mi casa me encontré un pájaro en el garaje de mi casa, el pobre tenía la ala rota.

Me lo lleve  a casa e intente cuidarlo e incluso curarlo con mis poderes pero…bueno mi intento no sirvió de nada porque en lugar de ayudarlo lo empeore e hice de la muerte de pájaro demasiado dolorosa ya que le arregle el ala pero no me di cuenta de que tenía enterrado una astilla de madera en su cuerpecito y al arreglar el ala esa astilla se metió más y se infectó lo que causó la muerte del pájaro.

-Me acuerdo del pájaro pero no de ti- dije apenas en un susurró.

¿Qué me pasa? Sí, estoy embobada con su belleza.

-Lo sé, pero recuerdas el conejo que estuvo contigo esos dos días ¿no?- asentí.

Había un pequeño conejo gris conmigo siempre, en todo momento. Cuando paso eso, mi lugar de refugio fue un bosque. La verdad no sé qué bosque porque nunca lo había visitado, sin embargo, recuerdo que era enorme y que entre tanto bosque estaba el conejo que nunca me dejo sola.

-Bien, ese era yo. En ese momento eras demasiado pequeña para que me mostrará ante ti con mi forma humana pero ya has crecido y visto los acontecimientos era mejor que me vieras en persona- lo miré confundida, porque aunque fuera hermoso no entendía de que me hablaba –Verás, todas las hadas tienen un…un guía o como en el mundo de los humanos le dicen: un ángel guardián.

-Dices que ¿eres mi ángel guardián?- ya me perdí.

-Sí y no. Lo soy pero no exactamente como los humanos lo pintan, para empezar no soy un ángel- no me sorprendería si me dijera que lo es –Y para continuar, yo soy una persona independiente…en este caso soy un elfo.

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Bueno aquí les dejo el penúltimo capitulo...espero les guste y espero sus comentarios y votitos =) Besos.

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