Mi Pobre Diablo (Yoontae)

Capítulo 71 (Rescate)

— Tae no lo hagas — me pide jimin y niego — No debes ir, lo sabes.

Niego dándole un fuerte abrazo y un beso en la mejilla, sigo con el resto así mismo abrazandolos a todos los que quedan en la casa.

— Tae no puedes ir — insiste mi hermano.

— Es mi hijo y por él soy capaz de hacer lo que sea.

Doy media vuelta y subo al auto, desde lo que dijo minho he estado preparándome llenándome de armas para el combate en rescate del amor de mi vida, de lo más preciado que tengo en este loco mundo.

Vamos en diversos autos junto al personal de la empresa de namjoon hyung, los policías no van porque Yoongi los echó diciendo que por su incompetencia nuestro hijo esta con ese loco.

Somos varias personas que vamos excepto nana, hobi hyung, Jungkook, jimin, Seokjin y su bebé, Yoonie va a mi lado sosteniendo mi mano mientras la suya tiembla con miedo, no menciono nada porque es mejor estar concentrado para la batalla.

Además, si me pongo a pensar terminaré dejando que otros vayan.

Eso no puede suceder, suho se metió con quien no debía, era distinto el que se desquite su odio contra Yoongi para mí nunca fue problema defenderlo, cuidarlo y protegerlo pero cuando se atrevió a tocar a mi bebé, eso derramó todo el vaso, esa guerra se volvió demasiado personal.

Nadie toca a mi bebé y queda vivo para contarlo.

— ¿Por qué jimin te insiste que no vengas? — pestañeo viendolo intentando concentrarme.

Esta vestido todo de negro como siempre pero con un chaleco antibalas y una arma en su mano mientras yo voy todo distinto, mi ropa si es negra como la suya pero cargo varios pesos conmigo como es el de una metralleta, dos pistolas, una detrás en mi espalda y otra agarrada en mi pierna, así mismo tengo varios cuchillos esparcidos en mi cuerpo mientras llevo algo más conmigo, una simple granada por si acaso la necesite.

— Porque esta loco —miento.

Debo mentirle porque si él sabe cual es el verdadero motivo estoy más que seguro que no me dejara ir.

— Quiero darte algo antes de todo.

Me giro quedando frente a él dandome cuenta que sus mejillas están sonrojadas, saca una caja rectangular morada de terciopelo y me la da, lo miro como si tuviera dos cabezas esperando que no sea lo que me imagino.

— Si se te ocurre pedirme matrimonio en un auto mientras estoy lleno de armas estarás en problemas ¿y los momentos románticos que me merezco?

Sonríe negando dejándome apreciar esos hermosos dientecitos junto a sus encías que tanto me gustan, sostengo su barbilla dándole un beso en los dientes.

— Quiero que me pidas matrimonio, si es que no te lo pido antes pero que sea todo muy romántico, puedo ser muy pobre diablo pero tengo mis momentos de romance.

— Ábrela amor — se ríe de mí, hago un puchero y enseguida lo besa haciéndome sonreír.

Con mucha cautela abro la caja quedándome anonadado por lo que estoy apreciando, lo observo a él una y otra vez que sonríe como me gusta, muy despacio saco mi arma, esa misma que creí haber perdido hace unos años pero aquí esta, la tengo conmigo nuevamente, la giro viéndola que sigue intacta como antes.

— Es para que te cuides la espalda — habla y lo observo nuevamente — Cuídate ahí dentro y promete que regresarás a mi sano y salvo.

Su mirada se entristece haciendome estrujar el corazón, solo sostengo su cara dándole un largo beso sin poder prometerle eso que tanto me pide.