╰┈ 𝐈𝐍𝐒𝐓𝐈𝐍𝐓𝐎 🌸╰ my adlátere ࿐

33. 🌸【 PAM 】🌸

El silencio era asfixiante; deseaba girar y largarse de ahí, pero ¿por qué debía marcharse? Es su empresa, su oficina, y ella solo una intrusa en su espacio personal. La veía morderse el labio, pasando sus ojos por la pared de arriba abajo, de un lado a otro. Apretó los puños y caminó en dirección a la castaña.

— ¿Qué haces aquí? —cuestiono.

La chica dio un repaso por la pared una vez más, encontrándose con los orbes grises cargados de desprecio.

— Normalmente se tiene una foto de pareja, como la tenías cuando estábamos juntos —bufó—, pero tú decidiste hacer toda una pared para él, impresionante —el tinte de sarcasmo no pasó desapercibido.

— ¿En qué te afecta? —recrimino—. Si quieres mando a hacer un monumento solo para él, no te interesa. —espeto.

— En que me afecta... ¿Te parece justo Bri? No tuviste ni siquiera los pantalones para verme una última vez. Pudimos hablarlo, pude explicarte el por qué yo...

— Tomaste tu decisión, Pam —intervino—; yo tome la mía. ¿Qué esperabas? —dijo tranquilo mientras se sentaba al borde del escritorio. —¿Qué pretendes ahora?

— Bright, ¿acaso lo olvidaste? Nuestras metas, nuestros sueños. — Pam dio unos pasos adelante, intentado alcanzarlo.

—¡No te atrevas! —advirtió —No te atrevas a tocarme, ¿nuestras metas? ¿Nuestros sueños? —no podía creer su cinismo. —No hay nada de eso, no me interesa nada de eso ahora. Forman parte del pasado, Pam —suspiró—. Pero te lo agradezco, si no hubieras hecho las cosas de esa forma... no lo habría conocido, no conocería realmente ese sentimiento tan pleno de amar a alguien con tal intensidad... Win es todo lo que nunca pensé que podría conocer.

— ¿Acaso no te das cuenta de lo ridículo que es esto, Bright?

— ¡Por supuesto que lo sé! ¡Es ridículo que estés aquí! —exclama —Pam, yo no siento nada por ti, no me interesa nada que tenga que ver contigo, tú decidiste no tener a mi hijo y está bien, es tu cuerpo y tu decisión, pero no me puedes obligar a estar contigo. —Suspiro —busca a alguien que desee el mismo tipo de libertad qué tú. ¿No quieres hijos? Está bien, hay muchos hombres que tampoco desean esas responsabilidades; enamórate de quien desee lo mismo que tú, Pam, porque una relación va mucho más allá de sexo y pasión; debes tenerlo todo. Debes quererlo todo.

— Pero Bright... aún podemos... aún podríamos tener nuestra familia. No estaba lista, estaba asustada... pero ahora... — Se abalanzo sobre él, tomándolo por el cuello, pegando su delgado cuerpo. — Es diferente.

El rubio se tensó ante la acción de la castaña; su instinto decía que aventarla era lo correcto, pero era un caballero. La tomó por los brazos de forma firme, intentando zafarla de su cuello.

—Suéltame —mascullo—. ¡Por supuesto es diferente! No me interesas más, no te amo. Soy plenamente feliz ahora, Pam; espero que sepas lo maravilloso que es encontrar a esa persona, aquella que te da mucho más de lo que jamás esperaste tener. Amo a mi prometido, soy realmente feliz. 

— Bri, yo podría...

—No, no puedes... —afirmó, empujándola con un poco de fuerza —tengo una familia ahora, ¿no lo ves? —dijo mostrando la pared. —El hombre pelirrojo que ves ahí es el amor de mi vida, amo a nuestra pequeña familia —dijo pasando las yemas de sus dedos por el marco, donde una foto de los tres aparecía. —Por favor, Pam —suplicó— ¿puedes intentar comprenderlo?

La castaña suspiró pesadamente. Lo comprendía. Realmente puede ver en su mirada esa luz que nunca mostró con ella. Apretó sus puños ligeramente y mordió su labio inferior; rendirse era su única opción.