𝐍𝐨𝐬𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬

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Esa misma tarde conversaba como nunca en
mi vida con ahora mis dos compañeros, en la
cafetería compartiendo de unos deliciosos
cup cakes de vanilla y diferentes bebidas. Había aceptado que ellos me tomen como su
"proyecto", obviamente me sentiré como una
rata de laboratorio, pero que más da.

La parte que mas odie era cuando Armin se
levantaba para ir al baño y me dejaba sola, ¡con
Eren! me ponía tensa y creo que él podía
notarlo por que se me quedaba viendo hasta
que el aparecía. Conocía solo sus gustos
nada más, aún así creo que cualquier chica que lo viera se le caería la baba. Él es la tierra y yo pluton, yo voy a desaparecer del sistema solar y el seguirá cautivando a todos con sus maravillas ocultas.

-¡___!- mire asustada a Armin incluso casi caigo al suelo.

-Disculpen.- mordí mi labio para no reir, estaba imaginando mi aparatosa caída.

-¿Qué piensas? Me pregunto Armin.- y negué
con la cabeza mirando a mis uñas, suelo
sonrojarme ciertas veces pero normalmente
me pongo más pálida de lo normal.

-¿Cuantos años tienes?.- dijo Eren.

-17- bebí un poco de mi malteada de fresa.

-¿y ustedes?

-19, los dos, somos tus abuelos.- reí ante lo que dijo.

-Creo que Eren es solo bueno con los chistes por que con la cocina, mejor me calló.- Armin tapo su boca y contuvo la gran carcajada que deseaba expulsar.

-Yo tampoco soy buena en muchas cosas, ni
siquiera puedo correr, me canso solo con dar
dos paso jaja.- Me miraron con pena, como
odiaba eso. Si odio que me miren con pena,
odio que me pidan perdón cuando no les eh
hecho nada, odiaba eso, odio mi homuncula
pubertad.

La sombra de los árboles nos permitía permanecer en la penumbra, y eso al menos
era de agradecer. Pero mirando a nuestro alrededor, el pequeño parque estaba atascado de gente, jugando, besandose, leyendo, comiendo e incluso durmiendo, Maldita suerte.  Me deje caer sobre el cesped y cerré mis ojos en un intento de dormir, alguien acariciaba mi cabello, no sé si era Armin o Eren pero lo disfrutaba, el sueño estaba ahí pero algo
me lo impedia, y solo llore.

-Estoy harta.- Dejé de intentar y levanté la
vista hacia el pedacito de cielo que se
vislumbraba entre los árboles.

-¿Que pasó?.- sus cabellos castaños tapaban
su rostro como cortinas y me impedían apreciar el universo que cargaban sus ojos.

-Eren me gustan tus ojos.- expulse y le dedique mi "mejor" sonrisa.

-Me gusta tú cabello, lleno de estas flores, te
las puse yo así que no destrullas mi obra.-

-jaja son margaritas, amo las margaritas.

-¿Dónde esta Armin?.- mire a un costado
encontrado mi respuesta, estaba con su novia,
supongo, pero se la veía tan enamorado.

-Pensé que a las mujeres les agradaban las
rosas.- me levante y nos miramos fijamente.

-Algunas sí, Algunas no. No digo que las odie
solo que me gusta más este tipo de flor, es tan
pura e inocente.- me encantaba la botanica y
me gustaba indagar el significado de cada flor
existente.

-Ya veo.- supiro.

-Que tipo de flor te gustan Eren.-

-No tengo Preferencia.- se acerco más a mi
lado, el corazón empezó a latirme con fuerza,
es normal sentirse así.

Mire mis manos la cuales temblaban, justo ahora me estaba dando una taquicardia, mierda.

Quería llorar y salir corriendo, que maldita vergüenza, solo quiero que esa rama gruesa me caiga en la cabeza y me mate. -Perdón...-

-Ven, arriba.- tome sus manos y se me erizo la
piel, era calida y áspera pero se sentía tan bien.

Hizo un ademán con sus manos hacia el rubio, no sé a dónde íbamos pero esto de caminar me hacía bien ahora. Después comprendí, solo íbamos por unos tacos.

-¿Qué hora es?- intente mirar su reloj.

-Van a ser las seis, ¿ya te quieres ir?.- intento
lo mismo que hace horas, pero esta vez era un
puchero, volví a reir.

-Por qué me dejaron votado.

-Te dije que veníamos aca, pero tu estabas perdido con Annie.- habló en tono de burla.

-Cállate, ella es linda.- se sonrojo.

-Pero se le veía más nariz que cara.- comente.
Jamas había escuchado el sonido más nítido
y perfecto sobre la faz de la tierra... la risa de Eren Jaeger.

-Tres tacos por favor.- habló con neutralidad. Volvimos al mismo árbol y nos acomodamos nuevamente, mi taquicardia no paraba y me comenzaba a desesperar, necesitaba pedirles ayuda pero no quería que gastaran su tiempo conmigo. Solo tenía que aguantar y evitar hablar.

-Annie se quiere unir con nosotros Eren, comento Armin con la boca llena a lo que Eren
asintió y miro a otro lado. Seguía temblando
tanto que Armin lo noto por que el taco salió
volando de mis manos, me levante, en cualquier momento iba a vomitar y no quería
hacer el ridículo.

-___... estás-Armin me tomo de las muñecas y me zafe en el momento.

-Adiós.- comencé a caminar rápido anque se
me complicaba, mire de reojo y los dos me
seguían, Corrí.

Baje por la gran colina, cruce las calles mareada aún me seguía preguntando ¿Cómo
había llegado con vida al edificio?. Me adentre y subí hasta llegar a mi piso. Abrí la puerta y vi a mi madre preocupada con el teléfono en la mano. Una negrura épica se apoderó de mi, pero antes de perder el conocimiento por completo, oí el gritar de mi nombre por parte de mi madre.

Sentí alivio y el salpicar de mis lagrimas sobre mis mejillas.

𝐕𝐢𝐝𝐚𝐬 / 𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐘𝐞𝐚𝐠𝐞𝐫 𝐱 𝐑𝐞𝐚𝐝𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora