Capítulo 4 (segunda parte)

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2019, Londres:

Eric se encontraba frente a la ventana francesa de la habitación presidencial del hotel donde se llevaría a cabo la fiesta de compromiso, ya todo estaba listo pero el aun sentía que en algún momento se desataría el caos.

Son esos momentos en que uno presiente que está en el ojo del huracán donde todo es paz, donde se puede ver el sol pero al segundo todo se vuelve destrucción. Hay quien creen que los seres humanos tienen sus momentos de júbilo, de alegría, de paz o de gran excitación antes de una tragedia, que sin querer somos nosotros mismos lo que labramos nuestra propia condena. Y para Eric haber aceptado el compromiso traería hartas consecuencias.

Tomó lentamente el ultimo sorbo de su whiskey, sintiendo el ardor bajar lentamente, tratando de idear un camino que lo lleve a la gloria y por sobre todo contener a la bestia. Pero fue sorprendido por Thomas quien ingreso a la habitación como si estuviera siendo perseguido por el mismísimo Lucifer.

- La novia se ha dado a la fuga. – Gritó Thomas sin poder controlar su nerviosismo ya que sabía que con esto serían 2 las bestias que necesitaran ser contenidas.

- ¿Qué? – Preguntó escéptico.

- No sé qué tanto te sorprende Eric. Esto se venía venir y lo sabes.

- ¡ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO! – Gritó con una furia descomunal. Intentó llamar a Lisbeth pero lo enviaba en buzón de voz una y otra vez aumentando así la ira de este hombre que poco a poco se convertía en una bestia capaz de quemar al mundo hasta encontrarla y hacerla pagar por semejante humillación. "Que se cree esta puta para dejarme plantado"

Thomas intentó contener a Eric, pero esté lo atropello sin importarle que fuera su mejor amigo y se dirigió directo al ascensor con la idea de encontrar a su novia fugitiva y sabía dónde la encontraría. Trato de llamar nuevamente al móvil cuando una vez más lo mando al buzón de voz.

- Más te vale que regreses para la hora marcada, esto no es un maldito juego Lisbeth. – Dijo entre dientes dejando plasmado en pocas palabras la ira que lo estaba carcomiendo.

Eric siquiera trato de disimular cuando se abrió las puertas del ascensor y se dirigió a la salida pasando por el vestíbulo del Hotel donde se encontraban varios de los invitados que se dirigían al gran salón.

Muchos de los invitados ya se encontraban ahí, ya que sería la fiesta del año debido a que todos sabían cómo era el carácter de los novios y darían de que hablar, algún chisme tendrían y nadie estaba dispuesto a no tener su lugar en primera plana de lo que podría suceder.

El Sr Felipe acababa de estar al tanto de la huida de su hija e intentó acercarse a Eric pero este salió disparado hasta los aparca coches exigiendo su móvil urgente. Thomas se acercó al Sr Felipe y pidió que le acompañara ya que debían detener un asesinato, literal, Eric tenía tanta ira contenida que no dudaría en ahorcar a Lisbeth.

- Ya todos los invitados están en el gran salón aguardando a la futura Johnson llegar con aquel perfecto vestido azul, PERO NO, a la muy maldita se le ocurre escaparse – gritaba para sí mismo Eric mientras se dirigía a toda velocidad hacia la casa de Rebecca. Otra que no hacía más que meterse en problemas ajenos.

"¿Cómo podía esta niña mimada jugar con los sentimientos ajenos?"... Bueno, bueno, sentimientos muertos es lo que tenía por Lisbeth, pero eso no impide a que gran papelón le hiciera pasar.

Se conocían desde que tenía 10 años, y tras un accidente quedó solo a los cuidados del amigo de la familia: el Sr Felipe Moore. En aquel entonces Lily apenas tenía 4 años, cuando la vio por primera vez le pareció muy mona con esos grandes mofletes y es ridículo moño que era más grande que su propia cabeza.

Atrapadas en otro sigloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora