PRIMER AÑO 1/2

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— Gryffindor — Grito el sombrero seleccionador, el pequeño solo sonrió.

Estaba en Gryffindor, la casa de sus padres, pero sin embargo por un minuto pensó que el sombrero lo enviaría a Hufflepuff, más bien, eso le dio a entender.

La mesa roja aplaudía, recibiendo al pequeño Potter, fue el último en ser seleccionado, el discurso de Dumbledore duro por lo menos unos siete minutos, ya había anunciado el banquete cuando se escucharon las puertas del gran comedor ser abiertas.

De ellas entraron cuatro chicos, entre ellos, un chico llamo la atención de Harry.

— El mago correspondiente con el uniforme de su casa, es el prefecto representante de esta— dijo Dumbledore para los pequeños de primer año— Emma Thomson prefecta de Ravenclaw, quinto año— la chica pasó a su mesa con la mirada de todo el comedor en ella— Cedric Diggory prefecto de Hufflepuff, quinto año— El apuesto tejón camino sin titubear asía su mesa, al pasar por el lado de Harry le guiño el ojo, Cedric recibió una pequeña y tierna sonrisa por parte del niño— Percy Weasley prefecto de Gryffindor, quinto año— miro como el pelirrojo camino hacia su mesa, volteo a ver a Ron y este solo sonrió y asintió con la cabeza, si, definitivamente son hermanos— Draco Malfoy prefecto de Slytherin, quinto año— el rubio levanto su pecho con orgullo al nombramiento de su casa y sonrió arrogante mientras caminaba con pasos elegantes a su mesa.

Harry no pudo apartar la mirada de él, todo el trayecto, desde la entrada hasta su mesa, se sentó en medio de una chica pelinegra que lo recibió con una sonrisa y un chico castaño, que lo recibió con un movimiento de cabeza.

—Él, es Draco Malfoy, heredero de la fortuna de los Malfoy, la familia más rica he influyente del mundo mágico, es un egocéntrico, se cree importante por la fortuna de su familia, dicen que si pudieran comprar el mundo lo harían— habla Ron al ver a quien Harry estaba mirando.

— ¿Y esa sonrisa la puede comprar?— Habla Harry sin pensar mientras sonríe.

— ¿Cómo?— pregunta Ronald sin entender lo que Harry quiso decir.

El pequeño solo ladeó la cabeza de un lado a otro en señal de negación, pero tuvo que apartar sus ojos del rubio cuando un fuerte ruido se instaló por todo el salón, eran ¿fantasmas?

...

Su primera hora había sido transformaciones con Mcgonagall, y el empiezo no había sido nada bonito, no quería que su profesora lo convirtiera en un mapa.

Caminado a pasiones, trato de asesorarse que tenía todo en orden para la clase y no tener problemas como en transformaciones, pero su libro no estaba o por lo menos no lo encontraba en su mochila, iba tan perdido mientras buscaba su libro, removiendo todo contenido existente y no existente de su mochila de trapo que no se fijó que iba caminado directo a alguien y cayo, ahora sus cosas estaban esparcidas por todos lado, ¿algo mejor?

Subió su cabeza con intención de disculparse con la persona con la que había chocado, pero al verla no supo cómo reaccionar, de su boca no salía palabra, de pronto a su cerebro se le olvido como formular una oración.

— Lo siento, ven aquí pequeño— el mayor lo tomo por la cintura y lo levantó— lo lamento iba distraído y aparentemente tu igual— dice divertido el mayor mientras recoge las cosas de Harry del suelo y se las entrega, este sigue sin decir nada— pero el impacto no fue mucho, no entiendo porque caíste, no tienes mucho equilibrio, ¿no?— ríe suave, fija su vista en la corbata del niño, la toma y lo jala hacia él levemente— Gryffindoy, por eso la torpeza— bromea.

Harry sonríe—Slytherin, por eso la elegancia— dice como alago a lo que el mayor siente sus mejillas caliente y quita su sonrisa, Harry celebra en su interior, el chico es muy pálido y cualquier mínimo sonrojo se le nota.

un pequeño gran problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora