Capítulo 43

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Liam se despertó y notó varias cosas. La primera era que se encontraba en su cuarto, en la sala común de Ravenclaw. No había nadie más en la habitación así supuso que Dumbledore lo había llevado mientras estaba inconsciente.

También notó un sentimiento extraño, como si algo malo le fuera a pasar pronto, y lo atribuyó a lo que había cortado en su Segunda Separación. Tenía el conocimiento de las novelas xianxia de su mundo anterior, pero no había esperado algo parecido a una tribulación celestial hasta ese momento. Su maestro tampoco le había hablado de ello, así que probablemente no fuera algo común.

Sin embargo el hecho de que existiera una tribulación significaba que, o bien los cielos tenían una voluntad propia o algún cultivador desconocido había impuesto algunas leyes al mundo. Liam se decantaba más por la segunda opción.

Era cierto que, para establecer algún tipo de ley mundial, el cultivador debería ser inimaginablemente poderoso, pero ya había visto algo similar.

Entonces quedó la pregunta de por qué alguien haría algo así. ¿Quizás para controlar el crecimiento de los cultivadores? Era posible, sin embargo Liam solo podía formular hipótesis, sin probar nada.

Tampoco podía estar seguro del tiempo que le quedaba antes de tener que enfrontar la tribulación, pero podía adivinar que no serían más de cinco días y eso lo preocupaba. Una cosa era que él enfrentara la tribulación, pero al no saber cuándo ocurriría había una posibilidad de que tuviera gente a su lado.

La mejor idea sería probablemente aislarse hasta que pasara la tribulación. El bosque sería un buen lugar, de nuevo, pero se sintió mal al pensar en las posibles criaturas mágicas que morirían debido al proceso. Cuando luchó contra Dumbledore mantuvo una barrera hasta el ataque final, que la rompió. Aun así, ambos habían dirigido sus ataques hacia el cielo, por lo que el bosque no fue muy dañado.

El problema era que la tribulación lo llevaría al límite. La lucha contra su maestro fue agotadora, pero no había la tensión que tendría una batalla a muerte. Entonces no confiaba plenamente en poder concentrarse en sobrevivir mientras mantenía una barrera lo suficientemente poderosa como para restringir los rayos.

Fue entonces que se le ocurrió una idea. Quizás nadie más que él podría crear una barrera lo suficientemente poderosa, pero mantenerla era otra cosa. Liam podría levantar el hechizo y no tendría que hacer nada más, ya que la magia la suministraría la otra parte.

Justo cuando estaba pensando en quién podría hacer el trabajo, sintió algo que le hizo sonreír: alguien abriéndose paso a un nuevo Reino.

-Vaya, ese Ji Ming lo ha logrado finalmente -pensó, su sonrisa no desapareció mientras se movía por el castillo.

Encontró a su amigo desmayado en su habitación. Su magia era poderosa, incluso más que la suya con su recién adquirida Segunda Separación. Si su cuerpo fuera tan fuerte como el de Liam, probablemente ya hubiera superado a Dumbledore.

-El Reino de la Corroboración del Camino -Liam habló en voz baja y para sí mismo -. Tiene un concepto extraño.

Los dos primeros Reinos, la Recolección de Magia y la Formación del Núcleo, consistían en fortalecer la magia de uno, algunos podrían juntar esos dos para formar una primera fase en el camino del cultivador. La segunda, entonces, vendrían a ser la Separación del Espíritu y la Corroboración del Camino, en el que se les daba más importancia tanto a la moral y principios del propio cultivador, como a sus objetivos y metas.

Para esta segunda fase, lo más importante era una sola cosa: "Convicción". El cultivador no debía vacilar ni un solo momento a la hora de avanzar a través de cada uno de los avances. Era por esta razón que el último paso del Reino de la Corroboración del Camino se llamaba de esa forma, Convicción.

Pisotear los CielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora