Capítulo 29

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Valentina abrió ojos y se encontraba frente a una pequeña cabaña con una vista al lago, está estaba iluminada por luces calidas mientras que el camino a la entrada estaba adornado con pétalos de rosas, la puerta estaba abierta dando un poco de vista del interior, mientras observaba cada detalle de la cabaña más se emocionaba, sus ojos ya estaban cristalizados, Rafael la estaba abrazando por la cintura mientras veía como había quedado todo cuando vio que ella se limpiaba las lágrimas que comenzaban a salirse

R: ¿Que pasa preciosa? -en su voz se podía apreciar la preocupación- ¿No te gusto? Si quieres en este momento nos vamos

V: No es eso, me encantó Rafa solo que nadie me había sorprendido de tal manera, gracias por amarme -dandole un beso-

R: Amarte no es complicado guapa, eres una mujer preciosa en todos los sentidos, tienes un corazón inmenso y hermoso, hoy quise darte una sorpresa para que este día fuera especial y lo recordaramos para siempre, el día que los dos nos atrevimos a ponerle nombre o palabras a esto tan inmenso que sentimos derribando los miedos que sentíamos y dejándonos llevar por nuestro amor -sonriendole- y creo que este es el momento adecuado para decirte que desde que te conoci confío plenamente en el destino pues el fue quien me hizo encontrarme contigo, que pase lo que pase nunca te voy a olvidar ni quiero hacerlo y aunque así fuera no lo conseguiría por qué te metiste en lo más profundo de mi corazón no pienso sacarte de ahí, decirte que me encanta mírarte, verte a esos ojos que nunca me voy a cansar de verlos, que contigo descubri lo que es amar sin condición y que eso sea el motor de todo lo que rodea tu vida, Valentina gracias por llegar a mi vida y hacerme tan feliz -sonriendole-

Valentina lo abrazo, nunca nadie la había hecho sentir tan especial, la relación con Camilo era monótona, el nunca le hacía saber lo que sentía pues siempre se mostró como alguien frio, desde que había conocido a Rafael algo la atrajo hacia él y ahí se dio cuenta de lo mucho que lo amaba y que a pesar de los miedos iba a arriesgarse pies ese juego lo quería ganar y quedarse siempre al lado de Rafael.

R: Vamos a entrar -sonriendole-

Ellos así lo hicieron, al entrar se podía observar cada detalle, en el centro había unos sillones bastante cómodos con una manta, adelante de estos una mesa donde había bastantes cosas para que pudieran comer, caminaban más y en otro cuarto había una tina lista con algunos pétalos que navegaban en esta, el piso de arriba era toda la habitación donde había una cama bastante grande, un par de buros y un sillón más grande que el de abajo, todo estaba preparado con sumo detalle para que esa noche fuera la más especial

V: Gracias, gracias gracias -sonriendole- eres lo mejor que me pudo pasar -dandole un beso-

R: Vamos a cenar para que podamos disfrutar guapa -sonriendole-

V: Me parece bien

Ellos comieron un poco de lo que había en la mesa, habia un plato de pasta, unos cortes de salmón ahumado, vino, ensalada, pan, fondue, en fin, una variedad para que pudieran disfrutar de una cena romántica, Valentina estaba sentada a lado de Rafael mientras que el la tenía rodeada con uno de sus brazos, platicaron mientras cenaban, compartían comida y risas, cuando terminaron llegó la hora del postre

R: Déjame voy por lo que te traje

V: Mejor quédate aquí, conmigo -sonriendole picaramente-

R: A usted lo que me pida -sonriendole- ¿Quieres ir allá arriba?

V: Mejor vamos a meternos a la tina ¿Si?

R: Vamos -sonriendole-

Rafael se levantó y antes de que Valentina lo hiciera el la cargo y la llevo en su hombro haciendo que ella soltara carcajadas mientras le decía que le bajara, cuando llego la.metio con todo y ropa al agua

V: Estás loco -riendo- ahora vienes tú también igual, a ver cómo le hacemos pues ni tú ni yo traemos ropa

R: Eso crees -riendo-

Rafael se metió junto con ella, rápidamente las caricias empezaron a hacer acto de presencia, poco a poco las cosas fueron subieron de tono hasta que dieron rienda suelta al amor y a la pasión, un par de horas después ya cansados del agua se salieron, Rafael busco una toalla y envolvió a Valentina en ella puesto que los dos estaban desnudos, el se puso un pantalón de pijama que había llevado y una camisa de tirantes, ya con Valentina envuelta la cargo como bebé y la subió al cama, ella solo le regaló sonrisas cansadas pues minutos antes estaban envueltos en la pasión y el placer, cuando la dejo en la cama ella se dio cuenta que el estaba vestido

V: ¿Y mi ropa?

R: Tu misma dijiste que no habías traído -sonriendole con picardia- la que traías está empapada, supongo que tendras que dormir así -riendo-

V: No no no, debe de haber algo - buscando entre las cosas que habían dejado en el sillon- listo, encontré algo

Ella se puso una camisa de Rafael seca puesto que el si había llevado ropa de ella pero no la había bajado del coche, ella ya vestida se metió en la cama y el la acompaño, Valentina se recargo en su pecho y el pasó su mano para abrazarla

V: Muchas gracias Rafa, se que te lo he dicho muchas veces pero es necesario, me haces sentir la mujer más amada de este planeta y por favor nunca dudes de lo que siento por ti, se que no te lo expreso mucho pero me da miedo aún, se que muy pronto te podré amar libremente y poder gritarle al mundo que mi corazón es todo tuyo y cuando eso llegué créeme que seré y soy la más afortunada de tenerte conmigo -besandolo- Rafael, yo te amo y esto no se puede comparar con nada -sonriendole-

Rafael se limito a sonreír, en realidad el sabía que Valentina lo amaba pues se lo demostraba pero también sabía que su corazón todavía estaba muy herido y esas mismas heridas iban a tardar en sanar aunque el estaba completamente seguro que esperaría un vida de ser necesario para estar con ella.

Poco a poco el sueño los venció haciendo que se quedarán dormidos abrazados como les gustaba hacerlo y así ese día disfrutaron de en realidad hacer el amor ...

Continuará...

Las dos caras de una sola mujer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora