Letting go

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Thitipoom observó su imagen en el amplio espejo de su habitación mientras ajustaba un par de gemelos en su traje y le fue inevitable suspirar y sentir asombro al admirar su figura que lució corpulenta y saludable aun pese al tono extremadamente blanquecino de su piel; le sorprendió quizá tanto como el primer día e incluso llegó a concluir que aquella sensación de sorpresa simplemente nunca disminuyó. Recordó con claridad y detalle la que solía ser su apariencia, tan moribunda y lastimera que hasta él mismo sintió repugnancia al observarse; era sumamente llamativo por razones opuestas a las anheladas. Por un momento a Thitipoom le pareció observar su piel amarillenta y apariencia débil en el espejo frente a él, producto de su momentánea ensoñación, lo cual causó que diera un respingo y se alejara sobresaltado con la misma rapidez con que apartó la vista.

—¿Estás listo, New? —preguntó Perawat desde el otro lado de la puerta.

—Espera un momento —respondió, alzando levemente la voz para que el contrario pudiera escucharlo, a la vez que tomaba asiento en el borde de su cama. Cerró los ojos y contó hasta cinco con lentitud en un intento de recobrar la compostura y, cuando finalmente se sintió sereno, salió de su habitación topándose con el menor en el pasillo.

—¿Ocurre algo? —preguntó con genuina preocupación, al ver al contrario tan pálido. Thitipoom no quería hablar al respecto y habría preferido que aquella pregunta no fuera planteada aunque en el fondo agradeció el interés y estima del más pequeño.
Revolvió los cabellos del susodicho con cariño antes de comenzar a andar, siendo seguido por él. Aprovechó ese instante, el recorrido por los caminos de grava que recorrían todo el recinto hasta la entrada de la mansión, para pensar en su respuesta. Al aproximarse a su transporte fueron recibidos por su conductor, quien los esperaba con una de las puertas traseras del vehículo abierta a su disposición. Callaron ante su presencia y se apresuraron a ingresar al coche para poder retomar la conversación con tranquilidad.

—No es nada por lo que debas preocuparte, simplemente cavilaba sobre mi pasado. —Observó al menor cautelosamente, notó la mirada perdida y dubitativa, como se mordió los labios y frunció el entrecejo levemente, como si algo agobiara su mente—.  Por el contrario, y a juzgar por tu expresión, parece que a ti sí te inquieta algo. ¿Siquiera me escuchas?

—Claro que sí, aunque no lo parezca, puedo escucharte y pensar al mismo tiempo perfectamente. —Tras vacilar un momento, Perawat decidió sincerarse y continuar—. Me pregunto si Singto estará en casa de Jumpol y Atthaphan —dijo a la par que frotaba sus manos entre sí, en un vano intento de calmar su nerviosismo—. Ya pasaron varios años desde la última vez que lo vi. Tras convertirme no me atreví a buscarlo por temor a lastimarlo y, cuando finalmente logré controlar mis impulsos, consideré que era demasiado tarde y seguramente me habría olvidado. De todos modos, aunque lo buscara ¿por qué querría estar con un monstruo como yo?

—Seré franco, Krist. Hace mucho que te enteraste de que Singto conoce la naturaleza de Off y Gun y este la acepta sin reparos. ¿Por qué no te arriesgaste? Él te amaba y seguramente eso no habría cambiado sin importar tu condición actual. —Posó su diestra en el hombro del más bajo e intentó reconfortarlo, aunque sabía que sus palabras eran desalentadoras—. Fue una mala decisión. No obstante, aún puedes intentar acercarte a él y, por lo menos, recuperar su amistad. Sé que lo aprecias demasiado y quisieras que forme parte de tu vida de nuevo.

—Siendo honesto, no lo sé. Realmente no sé si pesa más sobre mi razón la necesidad de tenerlo cerca o el rechazo egoísta a aferrarme más a él y perderlo eventualmente. Creo que no podría soportarlo; no sé si me dolería más dejarlo ir ahora y verlo progresar desde la distancia o perderlo para siempre después.

—En ambos casos lo perderás en el momento en que fallezca. La diferencia es que si lo dejas ir desaprovecharás su breve existencia en este mundo y, por otra parte, si decides acompañarlo hasta el final de sus días, habrás hecho que cada segundo de los próximos cuarenta años valgan la pena.

❛ letting go ❜ ⚘ taynewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora