𝟮𝟱

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Jennie despertó, se asustó porque sentía el abrazo de alguien así que hizo tiró patadas y manotazos a todos lados.

—Ya, vuelve a dormir.

Oh oh, esa era Lisa.

Sabía que esto iba a terminar mal.

—¿Lisa?...— susurró Kim, mientras se despertaba del todo comenzó a recopilar pruebas suficientes para entender todo.

Ropa en el piso, estaba completamente desnuda, y la más evidente, Lisa estaba en su cama intentando dormir.

Jennie se lo tomó con bastante calma, no quería alterar nada ni poner histérica a Lisa.

Se levantó con cuidado con las piernas temblorosas y se puso la ropa interior, ya no se sentía tan descubierta. Después se puso un polerón que le quedaba bastante grande.

Miró a Lisa, ¿Qué mierda hacia ahí?

No entendía nada, ¿Todo eso pasó en la fiesta?, lo único que lograba recordar con claridad fue cuando llegó al mini bar junto a Haneul.

Pasó sus manos por su cara estando frustrada, tal vez debería echar a Lisa de su casa. Pero Kim no era así de rencorosa.

No sabía qué hacer. ¿Debe despertarla?

Sus pensamientos se derrumbaron cuando un enorme dolor en su entrepierna comenzó a surgir. Ahora entendía todo.

—Lisa, Lisa, Lisa— Jennie se acercó a ella con vergüenza, y la movió con la mano.— Lisa despiértate...

La antes mencionada se quejó y abrió los ojos, viendo a Jennie enfrente.

Manoban se sentó enrrollada en la sábana, miró a la contraria y luego miró a otro lado.

—Uhm... hola Kim...— trató de sonreir, pero estaba demasiado avergonzada.

¿Cómo puede actuar tan normal?

—¿Qué pasó anoche?— preguntó la más baja jugando con sus manitos.

—¿No es obvio? Tuvimos sexo.— escupió la de pecas.

La contraria se avergonzó y sonrojó, aclaró la garganta y luego la miró.

—Deberías... ve-vestirte...— dijo la castaña.

—¿Porqué? Estoy cómoda así.— sonrió.

Jennie se puso nerviosa y le lanzó una camisa y un pantalón de buzo.

—¡Y-Ya ponte eso!, ¡Ahora!— ordenó avergonzada y salió corriendo de su habitación.

Pero volvió porque recordó que no traía puestos sus pantalones. Se lo puso veloz como el rayo y volvió a caminar a la puerta.

Y de nuevo, volvió porque tenía frío en los pies y se puso pantuflas.

Pero ahora no se fue, Lisa la jaló y la hizo sentarse.

—Quédate, vas a ir y volver, me estresa.

Dijo Lisa, y se puso la camisa que le dió la más baja.

La contraria se tapó los ojos para no ver, cada momento se ponía más tímida, ¿Realmente estaba con la chica que hace dos semanas dijo que no quería estar con ella?, tiene muchos cambios de idea.

Lisa terminó de vestirse, pero se abalanzó sobre Jennie para abrazarla.

—¿Uh, Lisa qué haces?

—Perdón.— dijo.

—¿Perdón?

—Perdón por lo que te hice hace unas semanas, perdón, perdón...— Jennie  la abrazó también.

—Sigo molesta, pero por lo que veo lo que dijiste era mentira...

Y así, mientras estaban abrazadas ambas empezaron a llorar.

Pero a Lisa le dolía la cabeza infernalmente.

She | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora