Capitulo dieciocho. Como tú quieras...

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Relaciones.

Una palabra que había quedado fuera del diccionario de Cordelia desde hace mucho tiempo.

Bueno... mucho tiempo hasta ahora, ¿Quien diría que un molesto chico que se encontró en la universidad pondría su mundo y sus ideas tan de cabeza?

Cordelia cepillaba sus dientes mientras sonreía, después de despedirse de Eric la noche anterior las mariposas no habían abandonado su estómago, al igual que la sonrisa en su rostro.

Estaba contenta, todo había salido bien con el padre de Eric, se había quedado más tranquilo y además, por fin habían dado el paso.

Ahora eran novios, en la cabeza de Cordelia todavía sonaba descabellado, estaba sorprendida de haber encontrado a un chico amable y gentil en estos tiempos.

Después de arreglarse, bajo a despedirse de su madre para ir a la universidad, Eric le había dicho que pasaría por ella.

-Ya casi me voy mamá, pero antes tengo que contarte algo...
-Dime, por cierto ¿cómo está el padre de Eric?
-Pues.. afortunadamente esta bien, Eric quedó más tranquilo después de verlo y hablar con él, se quedará unos días en el hospital y si reacciona bien lo darán de alta el sábado.
-Oh eso es genial, al menos ya saben que se pondrá mejor -dijo su madre sonriendo a su hija.

Cordelia estaba nerviosa pero emocionada por contarle a su madre...

-Mamá...
-¿si?
-Ayer... que regresamos del hospital Eric me llevo a un lugar...

Su madre prestaba atención a lo que decía su hija y asentía haciéndole saber que le estaba haciendo caso.

-Un lugar muy bello, hermoso en realidad, las estrellas y el cielo se veían tan lindos, había un pequeño lago y la noche era perfecta...
-¿Y luego? -preguntó su madre, quien se moría por saber que había pasado.

-Bajamos del coche, Eric abrió las puertas y encendió la radio, me dijo cosas tan lindas que... -Cordelia se perdió recordando la imagen de Eric

-¿Queeeeeeé?! -Exclamo su madre desesperada porque siguiera.

-Me pidió que fuera su novia... y le dije que si -dijo ella sonriendo y algo sonrojada.

Su madre sólo pudo sonreír con ternura, en su mente pensaba lo lindo que sería ver a su hija enamorada, solo esperaba que Eric no fuera a lastimarla.

-Me alegro mucho nena, Eric parece buen chico y bueno se ve que es responsable y atento, ojalá así se mantenga y luche día a día por seguir conquistándote.

Cordelia sonrió, amaba a su madre, era una de las personas más importantes para ella, y estaba tan feliz de tener la confianza de contarle.

El timbre sonó, Cordelia le dio un abrazo a su madre para después despedirse y salir por la puerta.

Eric estaba frente a ella, se veía lindo, y muy feliz, le encantaba verlo así, le gustaba mucho su sonrisa, o su risa, o la manera en la que sus ojos sonreían, era lindo en tantos aspectos.

-Hola bonita -dijo tomando su mano y acercándola a él.
-Hola ¿Bonito? -preguntó ella riendo mientras pasaba sus brazos al rededor de su cuello.

Eric la tomó de la cintura riendo.

-JA bonito me gusta -dijo soltando una carcajada y poniéndose algo rojo.
-¿Ah si? -preguntó ella sonriéndole.
-Si, o puedes decirme guapo, galán, extremadamente atractivo... -No pudo terminar porque comenzó a reír.

Seguían abrazados, si su madre saliera ahora mismo estarían en una situación muy incómoda.

-Si bueno mejor te digo Eric -dijo ella mirando a otro lado, era divertido molestarlo.
-¡No! Bonito me gusta -se acercó a ella - puedes llamarme como quieras Lia...
-¿como yo quiera? -preguntó ella mirándolo y quedando a centímetros de sus labios.
-Como tú quieras...

No la dejo contestar cuando beso sus labios, cosa que estaba deseando desde la noche anterior, estaban en un momento de euforia por haberse encontrado.

De pronto un ruido detrás de Cordelia los separo.

-Mamá.... -Cordelia estaba roja, apenada y muy, muy avergonzada frente a su madre.

Eric por otro lado, no sabía cómo desaparecer, estaba tan apenado con la mamá de Cordelia, no quería darle una mala impresión.

La mamá de Cordelia se quedó seria unos minutos, estaba procesando la imagen que acababa de ver, si bien le gustaba ver a su hija de enamorada, prefería solo escuchar las historias, no verlas...

-Eric buenos días -por fin hablo su madre - chicos yo entiendo que están romanceando pero por favor en frente de mi limítense a picos, no me gusta ver cómo mi hija es casi tragada frente a la puerta de mi casa -la señora por dentro se quería reír por sus palabras, pero trato de mostrarse lo más seria frente a la pareja.

-Si señora, lo lamento mucho -dijo Eric haciendo un gesto de incomodidad.
-Si mamá, perdona, ya nos íbamos.
-Vayan con cuidado, saludos a tus padres Eric -dijo dando una sonrisa tranquilizadora al chico que seguía rojo por lo que acababa de pasar.
-Muchas gracias señora...

Sin más los chicos se subieron al auto y iniciaron su camino a la universidad.

-Que pena con tu mamá, ¿viste la cara que tenia? -comentaba Eric ciertamente preocupado por lo que acababa de pasar.

-Ya seeee, va a matarme cuando la vea -decía Cordelia sonrojándose por recordar el incidente.

Hubo un silencio, llegaron a la escuela y Justo antes de bajar se miraron, y así, como si fueran niños descubiertos en una travesura comenzaron a reír.

Se sentían tan felices de por fin ser una pareja oficial, y les encantaba.

Eric bajo primero del carro, las amigas de Cordelia y algunos amigos de Eric esperaban en la puerta a sus respectivos amigos, por lo que se sorprendieron a verlos caminar tomados de la mano, sonrientes como si no hubiera mal que pudiera arruinar su día.

-Bonita te veo en el receso ¿vale?, tengo un plan para nosotros esta tarde - sin más y una pizca de inseguridad beso sus labios cortamente a manera de despedida, giño un ojo y se marcho.

Así Cordelia quedó completa y totalmente sonrojada, pero con el sentimiento de alegría al mil por hora, así que, ¿así serían las despedidas de ahora en adelante? Por qué si era así, estaría encantada.

QuiméricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora