El Tiempo Que Me Debes (EN PAUSA)

C A P I T U L O 3

Un grito agudo lo despertó.

Asustado salió de la cama enredando sus piernas con la sábana. Cayó de bruces contra el suelo pero ignoró el dolor y con torpeza se levantó, tomando un zapato que había tirado y salió al pasillo —¡Dayeong! ¡Jungkook! —gritó, mirando hacia todo lados y apuntando con el zapato —¿dónde están? ¿Están bien?

—en el baño —escuchó como respuesta de su hermana.

Corrió hasta el lugar —¿qué pasó? ¿Están bien? ¿Por qué gritaste así? —preguntó al ver a su hermana con una mano en el pecho y agitada —¿y dónde esta Kook?

—acá estoy —dijo saliendo del cuarto donde estaba el inodoro.

—mira lo que se hizo este mocoso —dramatizó Dayeong.

Yoongi entrecerró los ojos —¿qué se hizo?

—se perforó la ceja —dijo y el castaño la miró como diciendo ¿y qué? —se lo hizo solo ¿sabes qué pasaría si se le infecta? Tendría que ir a cirugía y arruinaría su lindo rostro.

—¡por favor! —rodó los ojos —no es para tanto y míralo, esta bien —apuntó al pelinegro —se hizo todos esos tatuajes sin quejarse, que se perfore la piel no es tan grave.

—eso no importa —se cruzó de brazos —después del desayuno iremos a una farmacia por alguna crema cicatrizante —salió al pasillo pero al instante regresó, asomando su cabeza —recuerden que al atardecer iremos al desfile, los quiero listos y limpios —miró al menor y lo apuntó con un dedo —en especial tu Jungkook.

—¡noona! —reclamó.

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Estaban terminando el desayuno cuando Yoongi recordó algo.

—¿dónde estuviste anoche Dayeong? —apoyó los codos en la mesa y unió sus dedos.

Jungkook levantó las cejas curioso, alternando la mirada entre sus hermanos. Dayeong, en cambio, tragó con dureza y siguió bebiendo su café frío sin mirarlo —terminamos tarde y la organizadora pidió comida para todos, por eso regresé tarde —mintió, mirando a su hermano luego de hablar.

Yoongi levantó una ceja, por muy extraño que parezca, su hermana estaba actuando raro desde que le contó sobre Jimin. Evitaba su mirada como si ocultara algo.

Estaba a punto de volver a hablar cuando la mayor lo interrumpió —¡muy bien! Ya que terminamos, vámonos Jungkook —se levantó rápido y salió de la sala.

—pero noona —se quejó el azabache, no había terminado su desayuno y al ver que la mayor lo ignoró, no le quedó de otra que seguirla —nos vemos más tarde hyung —se despidió.

En menos de veinte minutos encontraron una farmacia, ambos bajaron y Dayeong le dio dinero al menor para que comprara lo necesario. Jungkook entró solo mientras ella esperaba afuera revisando una última vez los preparativos, sonrió satisfecha al corroborar que todo estaba listo para la tarde y se sintió orgullosa de su trabajo.

—¡Dayeong noona! —la llamaron.

—¡oh TaeTae bebé! —abrió los brazos, recibiendo al alto —¿cómo estas? ¿Qué te trae por aquí? ¿Alguien se lastimó?