Luz.
Una luz fuerte que lo hacía entornar los ojos. En esa luz se aparecían caras de vez en cuando, traían cubre bocas y una clase de red en en cabello, se enfocaban mucho en su cabeza. Al no sentir nada, no supo que hacían además decían palabras que no comprendía.
—Esta despertando, pongan más suero— esa fue la primera frase que había escuchado.
Ese fue su primer recuerdo.
Cumplió los dos años de vida en el laboratorio, vivía como un niño normal, tenía una nana que suplantaba a su madre y el estaba consiente de ello. Siendo un niño pequeño, nunca se intereso mucho de donde venía o porqué no tenía un padre.
Su nana le enseño lo que una madre haría, ella era una persona consentidora y hacía muy bien el rol de madre, actuaba como si estuviera familiarizada con el papel. Cuando se requería era estricta, al enseñarle a hablar y escribir, por ejemplo.
Ahora hablemos de Oliver, era un niño feliz y risueño, un poco llorón pero no insoportable. Tenía unos ojos cafés y un cabello del mismo color pero más fuerte. Siempre le daban dolores de cabeza y ganas de vomitar, decía que tenía sueños extraños y aveces se quedaba bloqueado, como cuando se te traba un videojuego y el personaje no se mueve, después de gritarle y sacudirlo reaccionaba como si nada hubiera pasado.
A pesar de todo, su nana y el vivían bien, Oliver no sabía que vivían en un laboratorio ya que los habían puesto en un piso donde todos tenían el paso restringido y estaba acomodado de tal modo que parecía una casa.
#El día en concreto#
Tenía cuatro años. El día había empezado normal, él y su nana estaban desayunando.
—¿Qué vamos a hacer hoy?— pregunto Oliver con con tono alegre y cantarín.
—No lo sé ¿qué te gustaría?, ah, ¿Quieres que vaya a comprar un juego de mesa nuevo?
—No, porque tardas mucho y no me gusta estar solo— dijo con un gesto tierno.
—Je je, esta bien, no más salidas.
—Pero... Am— estaba avergonzado—... Tal vez, si tu quieres, me gustaría... Bueno, solo si se puede... Me gustaría... Acompañarte...— dijo esto último en un pequeño susurro apenas audible.
Elena, el nombre de su nana, se quedo con los ojos abiertos y después frunció un poco los labios, como solía hacer cuando iba a tomar una decisión.
—¡No hay problema si no quieres!— se apresuro a decir Oliver cuando noto que se había quedado en silencio. Levanto la mirada, que había estado clavada en su cereal.
—Claro que quiero pero yo no tomo esas decisiones.
—Lo sé, las toma Edgar, una persona que ni siquiera conozco— dijo con los ojos vidriosos.
—No te preocupes Oliver, hablaré con él, seguro nos deja ir a los dos ¿te parece?
—¡Si!—dijo resaltando la "i" con euforia.
—Pero primero acaba tu cereal, después bajaré para hablar con él— aunque bajar no hacía falta, ya que había cámaras en cada rincón, incluso en el baño.
Oliver comenzó a comer con grandes bocanadas pero de la nada paro.
—¿Qué pasa Oliver?— pregunto ocultando nerviosismo, a pesar de que a Oliver se le había echo más común el quedarse bloqueado, le seguía preocupando como la primera vez. Quién le diría que esta vez no era un simple bloqueo.
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Child experiments [Niño de experimentos]
Ciencia FicciónEs duro perder tu vida, en especial si te es robada a la fuerza. Oliver, llamado 08 por los científicos que cuidan de él, tuvo que perder 10 de sus 11 años de vida en un laboratorio donde lo han tratado como un experimento, un objeto sin vida, voz n...