9.- Beso en la frente

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Kris se mantuvo quieto en su mismo sitio mientras observaba a su alrededor, estaba acostado en la cama de su habitación del Dark World. A pesar de que el colchón se hundía suavemente debajo de él, no tenía deseo alguno por dormir... tan sólo estaba pensando. No le gustaba pensar en su pasado, sobre el cómo se había sentido abandonado luego de que sus padres adoptivos se divorciasen y Asriel se fuese a la universidad.

Aunque no lo pareciese, era demasiado para él. Pero Kris había logrado salir adelante sin ayuda de nadie, ya estaba bien.

Logró por sí mismo hacer amigos y otros tantos fueron creados por él, pero eran tan reales como los otros monstruos. No tenía nada por qué arrepentirse, por el momento estaba satisfecho.


Giró sobre las sábanas, dando la espalda a la pared y simplemente se quedó inmóvil. Sus pensamientos se silenciaron momentos después, dejándolo en un abrumador silencio.

No reaccionó al ruido de la puerta al abrirse.


¿Puedo pasar, Kris? — Preguntó Ralsei con suavidad. Parecía no saber si el humano estaba durmiendo.

Kris no respondió, tan sólo se sentó en la cama.

Pensé que dormías... — Respondió el monstruo, acercándose para sentarse junto él. — ¿Sabes? Estaba pensando en que sería lindo hacer algo así como un jardín al frente del castillo, o quizás en alguna de las plantas superiores. Me gustan las flores coloridas del Dark World. — Ralsei suspiró y miró al suelo, sus ojos parecían un poco más opacos que antes. — Pero entonces me di cuenta.

Por algún motivo, el príncipe de la oscuridad se quedó callado y miró al humano.


Kris se quedó quieto, él era un experto en predecir las acciones de otros... pero no sus sentimientos. Ahora mismo, no entendía por qué Ralsei le miraba de esa forma ni mucho menos qué era lo que quería expresarle.

¿Qué relación tenía hablar de un jardín con la tristeza? Sólo eran plantas.


Presentí... — Empezó Ralsei, su voz era extrañamente tranquila. — Presentí que no sería bueno cuidando plantas. En realidad, no me gustan demasiado, sólo pienso que son bonitas. — Explicó. — Quizás... como no puedo tener plantas reales, podría tener algunas plantas falsas. — Hizo una larga pausa, antes de mirar al suelo. — Tú... ¿Pensaste lo mismo con nosotros?

Ante la pregunta, Kris se acomodó mejor en la cama y clavó su mirada en Ralsei, quien seguía viendo el piso de la habitación.


Analizó detenidamente a Ralsei para comprender su punto, a simple vista para Kris aquello sonaba como un reproche... pero conocía al príncipe demasiado bien, ese no podía ser su motivo. El monstruo tenía ambas manos detrás de la espalda y estaba parado firmemente ante él, aunque notaba que temblaba un poco.

Kris entonces se relajó. Eso no era un desafío pero... ¿Por qué Ralsei dudaba de ello ahora?


Disculpa, creo que fue una pregunta tonta. — Ralsei soltó un suspiro y volvió a mirarlo, sonriendo un poco. — No necesito saber la respuesta de esa pregunta. Por favor, Kris, olvida lo que dije. — Se dio la vuelta, dispuesto a irse. — Creo que mejor iré a ver qué están haciendo Lancer y Susie, puedes venir si quieres o...


Pero Kris fue mucho más veloz que Ralsei, inmediatamente se puso de pie y lo abrazó desde atrás de la misma forma en la que el príncipe lo había hecho varias semanas atrás. El cuerpo de Ralsei pareció quedarse rígido por unos segundos, conteniendo la respiración; luego se relajó poco a poco y suspiró profundo.

El pelaje del monstruo era suave y esponjoso era suave contra su mejilla, la cual descansaba en la nuca del contrario. A diferencia de él Ralsei era tan cálido y agradable, le hacía sentirse cálido por dentro y tranquilo por fuera, como si lentamente calentase su corazón.


K-Kris... — Murmuró. Él no pudo ver su rostro, pero lo imaginó sonrojado y con una sonrisa. — No sabes lo que esto significa para mí viniendo de ti. No sé si te lo he dicho pero me encanta cuando haces esto... y me dan ganas de hacer algo por ti también.


Sintió cómo Ralsei se liberaba suavemente de su agarre para girarse hacia él con una pequeña sonrisa nerviosa y, con lentitud, apartó el pelo que cubría su frente antes de darle un pequeño beso ahí. Sus labios eran suaves y, como pensó, cálidos contra su piel azulada. Kris cerró los ojos por reflejo ante ello, sintiendo su corazón latir un tanto más rápido de lo normal y una sensación extraña en su vientre.

Era extraña pero agradable... ¿Por qué era agradable?

Apenas se separaron, volvió a acomodar su cabello y se le quedó mirando al monstruo, cuyos ojos parecían brillar.


Ambos se quedaron callados unos momentos y el ambiente se tornó un poco tenso, cómo si aquel momento fuese a desvanecerse en el olvido para nunca más repetirse. Kris se sintió abrumado por esas emociones pero se negó a retroceder por ello, tan sólo se quedó viendo mientras Ralsei se soltaba y alejaba una vez más.

"No quiero eso".


B-bueno... — Empezó Ralsei, luciendo inquietado por todo el silencio. — Como dije... antes, estaré con Susie y Lancer. ¿Sí? — Su voz tembló un poco por los nervios. — Nos vemos más tarde...


Kris apretó los puños extrañamente frustrado cuando, una vez más, Ralsei huyó de la situación y lo dejó ahí solo para pensar en todo lo que acababa de suceder. Pero ahora él lo entendía, no era capaz de reconocer los sentimientos de otros pero había logrado conseguir respuestas.

Se acercó a la cama y sacó debajo de la almohada una hoja de papel arrugada que había tomado del cuarto de Ralsei mientras él no estaba mirando. La letra era difícil de leer pero la había descifrado al cabo de unas horas de intentarlo.

'Carta de Amor' se leía en el título.

Un Príncipe Encantador ¦ #FlufftoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora