Su relación fue un caso extraño, hasta para ella; a primera vista no tenían absolutamente nada en común pero con el tiempo Helmut Zemo se había ganado un enorme y permanente sitio en su corazón.
—¿Que va a hacer qué? —casi escupía su bebida cuando escuchó a Tony mencionar lo que había escuchado planear al alemán.
—No puedo asegurar nada porque no me lo ha dicho a mí, y cambió de tema apenas me vio, pero sé lo que escuché
—Debe ser una broma, estás jugando conmigo, ¿no es así?
—Oye, lo estás tomando peor de lo que creía, ¿no te gusta la idea?
—A ver, yo... Debo admitir que nunca me había cruzado por la mente —pero si lo pensaba, Helmut era justamente el hombre con el que querría pasar el resto de su vida.
—¿Asustada del compromiso?
—Sabes que no le temo a nada, Stark —pero la idea nunca formó parte de sus planes.
—Entonces le dirás que sí
—¿Quieres probar de mi café? —le amenazó acercando su vaso hacia el rostro del castaño.
El tema, para gusto suyo, fue cambiado por Stark, pero ciertamente no prestaba atención del todo a lo que decía, seguía pensando en la posible propuesta. Para cuando Stark se despidió ella seguía con la mente hecha todo un desastre; en verdad se lo estaba planteando. Sí, era más que claro que Helmut había logrado cambiar gran parte de ella, de buena manera.
Le tomó un día entero hacerse por completo a la idea, pensar que sucedería en cualquier segundo. Pero los días seguían pasando y no había ninguna señal de que el momento hubiese llegado. Pasó de no tener en mente una boda a futuro a creer que cualquier movimiento curioso del alemán era porque estaba por proponerse.
Stark era el culpable de su nuevo deseo de matrimonio, así que era él quien la escuchaba quejarse de los momentos perfectos en los que pudo suceder pero se desperdiciaron.
—Creo que la única que los desperdicia eres tú; te lo pedirá en algún momento, pero todas esas citas, ¿recuerdas algo?
—No mucho
—Dale su tiempo, lo hará cuando esté listo; o podrías pedírselo tú —era claramente una broma, pero no parecía una idea tan terrible.
—Tienes toda la razón
—No es la primera vez pero me alegra que lo aceptes —observó a la peliroja, decidida, ponerse de pie—. Espera, ¿en qué tengo razón?
—Se lo pediré yo
—No, creo que perdiste el hilo; esa parte era juego
Dejó a Tony a media conversación, si su memoria no fallaba, su última clase estaba próxima a terminar, y el campus no estaba tan lejos. Unos cortos quince minutos y estaba frente a la puerta del aula, justamente segundos antes de que su pareja saliera por la misma.
—¿Natalia, ha pasado algo? —aunque no era extraño que se esperasen mutuamente al final de clases, no habían hecho ningún plan para ese día, razón por la que debió parecerle extraño verla ahí.
—¿Quieres casarte conmigo? —su meta era clara, y no iba a darle más largas
—¿Qué?
—Lo que escuchaste —en cualquier otro momento o situación, el rostro confundido de su amado habría sido suficiente para hacerla olvidarse del mundo entero, pero ese día el tema tenía toda su concentración y seguridad puestos encima.
—P-Por supuesto, sabes que te amo y casarme contigo es un sueño pero ¿de dónde viene la idea? —pasar el resto de su vida al lado de Natasha era justamente lo que quería, pero cuando James le habló sobre proponerle matrimonio a su pareja, que resultaba ser mejor amigo de la rusa, le pareció algo rápido y creyó ella pensaría lo mismo.
—¿De dónde viene? De ti, se lo dijiste a Barnes
—No, creo que hubo un... —ante la mirada ligeramente decepcionada de su amada, buscó entre el maletín que solía llevar, sacando una pequeña caja de joyería de este— Esto puede que no sea lo que esperas pero... —le mostró los anillos dentro de la caja, con apenas pequeñas diferencias entre lo que creía vería
—Anillos de promesa —sonrió ante la idea, le parecía mucho mejor en realidad.
—Espero sea suficiente, por ahora.
—Entonces no ibas a proponerte
—James lo hará; temía que la sorpresa se hubiese arruinado cuando Tony nos escuchó pero al parecer...
—No escuchó suficiente e hizo conclusiones —prefirió reír para no molestarse con el futuro novio, no quería arruinarle la sorpresa, por mucho que eso le resultara tentador.
—Te amo, Natalia, y ser tu esposo es mi sueño —extendió su mano hacia ella, tomando la ajena para colocarle el pequeño anillo con detalles en carmesí, besando sus nudillos antes de regresarle el completo control sobre su propia mano.
—Puedo esperar unos años
—No serán demasiados, en especial ahora que sé que compartes el deseo.
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Fʟᴜғғᴛᴏʙᴇʀ [2021]
FanfictionUn drabble/narrativa por día, todos con una pareja que se ha robado mi corazón y de la cual no he leído mucho, así que... WidowBaron supremacy. Los temas son de la página Es de fanfics (https://www.facebook.com/EsDeFanfics/) Los personajes son propi...